Despierto y ella está abrazada a mí; Lucien duerme a nuestro lado y también la abraza. Me levanto con cuidado de no molestarla y le preparo un delicioso desayuno.
Es uno más nutritivo, ahora que ella está preñada nuevamente y necesita más vitaminas.
Le tengo preparada una sorpresa; espero que no se moleste, pues no usé un método muy ortodoxo a la hora de encontrarlo.
La despierto.
— Buenos días, amor mío —le digo y le ayudo a levantarse. Ella se despierta sonriente.
— Mika, buenos días. ¿Y esto? —pregunta por el desayuno. — Para ti...
Ella come y Lucien se dispone a ayudarla a alimentarse. Pero nos vemos interrumpidos por León, quien llega a la habitación junto con mi pequeño Evans.
— Mi pequeño, Osito busca a mami —dice y se lo pone en su pecho.
Evans no tarda en enloquecer por su pecho y come de ella, hasta quedar totalmente saciado.
Al pasar la mañana, ella está en el patio de juegos con mis chiquitos, cuando escucho una conversación.
— Señora Hoffmann, es una llamada de Renzo —le dice la empleada y ella contesta.
— Hola, Renzo, ¿cómo estás? —No escucho más, pero sí veo las caras de Senne y León, quienes se acercan a ella y no les gusta mucho este tipo.
Sé que es su director, pues ella es la dueña y heredera de Industrias Walton, una multinacional de hierro.
— ¿Por qué me avisas hasta ahora, Renzo? Ya mismo voy a América; hay que encontrarlo, no pueden simplemente desaparecer. —dice ella, seria.
Lucien se da cuenta de que se está alterando y viene a ella a abrazarla.
— ¿Qué pasa, mi vida? ¿Por qué estás así? —Ella está algo impactada.
— Es que... me han robado mi potro —dice y de inmediato llora. Pero ya mi hombre me avisó que mi sorpresa está en la villa, y yo voy donde ella y le digo:
— Amor mío, espera, ¿qué pasa? Tengo una linda sorpresa. —Ella niega y me dice:
— No, Mikael, ahora no; debo ir a América, me han robado mi potrillo, mi Monarko. —Yo me quedo con la boca abierta.
— Makarena, Monarko, yo lo había vendido; no había podido recuperarlo... ¿Acaso el potro que compraste le pusiste el mismo nombre? —le pregunto, pero ella ya está llorando y me dice:
— No, Mikael, logré comprar a mi Monarko en América; es el hijo de Edelweiss y es mío, ¡me lo han robado! —dice llorando y yo la cargo como a una niña chiquita, a horcajadas, y la llevo al patio.
Le hago señas a Senne, quien me ayudará con mi sorpresa. La pequeña princesa trae a Monarko decorado con muchas rosas y un lerero flotante.
Hay globos y mi proposición.
—« Amor mío, contigo encontré mi norte y las ganas de enfrentar el mundo solo por ti. Te amo y quiero estar contigo toda mi vida. ¿Mi pequeña Sabandija, te casarías conmigo? »—
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SOY MAKARENA GALLEGO. « La Reina ».
RomansaSoy Makarena Gallego; fui la causante de la depresión de mi madre, ella fue devil y no lucho por su vida; al sentirse sola y abandonada por el hombre que amaba, se llenó de tristeza y prácticamente se dejó morir... Me crío mi abuelo; y aprendí a ser...