Cap 150. ¿Por qué mikael?

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MAKARENA


Me acaricio mi aún, plano abdomen, estoy tan feliz. Por fin podré reencontrarme con mi chiquita, mi Ciennecita Alpina.

Sé que esto no lo esperaba, pero Victoria me confirmó que está de vuelta en la villa de Bruselas. Sin embargo, les pregunté a mis chicos, específicamente a León y Yanka, y ellos lo niegan.

Dicen que aún es peligroso y que debo permanecer aquí.

No aguanté la duda y les pregunté también a mis guapos gemelos, pero me contestaron lo mismo.

No entiendo cómo mi chiquita está allá y yo debo estar aún aquí, “sola”. Han pasado muchos días y aún no la veo.

No sé qué hacer, estoy desesperada. León me ha preguntado varias veces por mi periodo, creo que sospecha... y cómo no, si fue él quien me obligó prácticamente a embarazarme.h pollo

Las cosas con Mikael están de maravilla, y aunque no es como si fuera su mujer, prácticamente cumplo con esa función.

Últimamente amanezco en su cama y soy consentida. Mikael es dulce y a la vez rudo, pero meloso. Sé que es un Dom, y aunque lo intente, siempre termina dándome órdenes.

La puerta es tocada, y me sorprende. Es Lorenzo.

Lorenzo, ¿qué pasa?

Señora Hoffmann, el señor Maister me ha pedido que le informe de un almuerzo hoy, de carácter importante —me dice.

Guau, me sorprende.

Ok, Lorenzo, Gracias... —mi estómago se revuelve, y salgo corriendo al baño y devuelvo todo mi desayuno.

Cuando salgo, miro la hora y es justo a tiempo para alistarme para el dichoso almuerzo.

Esto es extraño, pero con Mikael nada me sorprende. Tal vez ahora las sorpresas serán fuera de la hacienda.

Me visto con un hermoso vestido de color blanco, botas altas, y me maquillo de manera armoniosa. Prácticamente parezco una reina.

Salgo y mis guardias ya me esperan.

—¿Listos? —pregunto.

Sí, señora.

Subo al automóvil y arrancan. Mi estómago sigue moviéndose, es como si me dijera que algo malo pasará.

Cuando llego, me sorprende ver la decoración. El lugar es hermoso, lleno de flores, y la elegancia del sitio. Bueno, al menos no estoy mal presentada.

Me guían a un lugar. No es solo un almuerzo, esto parece una recepción o una especie de celebración.

No veo a Mikael por ningún lado. Me siento en un lugar donde dice mi nombre. Hay invitados, personas que no conozco, pero no me importa.

La recepción comienza y veo aparecer a Mikael. Pero un roce de amargura me recorre cuando es a ella a quien lleva de su brazo. La maldita perfecta tiene una sonrisa que no puede con ella.

El almuerzo inicia y algunos acompañantes hacen bromas y preguntas tontas. Pareciera que todos saben por qué estamos aquí, menos yo.

Prácticamente todos celebran su bonita relación y lo mucho que se aman. Y yo, como una tonta, expectante sin saber realmente lo que está pasando.

Estoy sentada a un lado de ellos en la mesa, pero no cerca de él. No me ha dedicado ni una sola mirada.

Sé que Mikael puede ser frío, pero así no estaba. Habíamos avanzado en esta “relación”.

Disfruto el delicioso almuerzo. Cuando traen el postre, Mikael se levanta de la mesa. Veo que a todos nos sirven champagne, y él golpea la copa y habla.

Quiero agradecer a todos por estar hoy aquí —miro a los ojos a Mikael.
¿Qué es esto?    No lo teníamos planeado.
Ella se planta a su lado y, como si fuera una maldita pesadilla, ocurre...

Como ya saben, llevo años prometido con esta hermosa mujer, y hoy queremos informarles que le hemos puesto fecha a nuestra boda. —escucho aplausos y Mikael, muy sonriente, es abrazado por ella. Él me busca con la mirada, pero en sus ojos hay enojo y prepotencia.

Niego con la cabeza. Aunque esto parece un maldita pesadilla, es real. Mikael sigue con su discurso, pero no escucho nada más de lo que dice.

Me levanto y corro al baño, vacío mi estómago. Quiero llorar. Esto no lo esperaba, pero... ¿Qué? que  pasó? ¿Por qué?.

Espero alrededor de 20 minutos hasta lograr calmarme. Cuando salgo, ya no hay platos servidos, ahora hay personas charlando y riendo, disfrutando de una agradable tarde, mientras que yo siento que estoy muriendo.

Cuando salgo, noto que Mikael me ve y camina hacia mí.

Hay un lindo balcón y camino hacia allá. Quiero una maldita explicación, no es justo que me haga esto. Prácticamente me está humillando de una manera horrible.

—¿Te gustó la sorpresa, pequeña? —niego.

—¿Qué pasa, Mikael? ¿Por qué esto? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué así? —pregunto de manera frágil. No estoy de humor, y en realidad, todo lo que quiero hacer, es llorar.

Por qué así, ¿Qué? Makarena.  ¿Qué es lo que preguntas? ¿Por qué anuncié la fecha de mi boda? Emma es mi prometida, una verdadera mujer digna. Es con ella con quien me casaré.

Pero yo niego. No es eso exactamente lo que quiero preguntar.

Pero pensé que teníamos algo, Mika... algo bonito, algo especial...

Mikael suelta una risa.

Jajaja. Tú...   Tú no eres más que la zorra que mis tíos y socios mandaron para calentar mi cama.    ¿Ya lo olvidaste? ¿Crees que no sabía cuál era tu misión?.

Quisiste enamorarme, pero tú no eres una mujer valiosa. Solo eres una maldita puta que se mete en la cama de quien sea sin escrúpulos. — me ve con odio y sigue insultandome.  — Una maldita manipuladora, narcisista, que se cree la reina y no le importa nadie —me dice con ira.

—Te creías lista, ¿verdad? Quisiste meterte en mi cama, jugar conmigo como si fuera un niño. Pensabas que podías manipularme, que me tenías en la palma de tu mano.

Mikael ríe mientras yo lo niego. No fue así...

Yo nunca te utilicé —logro decirle.

—¿Nunca? ¿En serio? Solo me usaste porque tus machos no estaban cerca. Porque fui tu misión, ¿cierto, Makarena?

Te divertías conmigo mientras ellos no estaban. ¿Pensabas que no lo sabía? —Mikael da un paso más y queda muy cerca, prácticamente al oído.

Tú no eres nadie, Makarena. Jamás serás importante para mí. Lo que hubo entre nosotros fue solo eso: una distracción. Un juego.

No es cierto... —trato de defenderme. Yo sí tengo sentimientos. Yo sí he puesto corazón.

Mikael se inclina hacia mí y dice de la manera más horrible y fría.

Tú jamás serás mía, y yo jamás te querré en mi vida. A partir de hoy, no eres más que un mal recuerdo.

—¿Por qué, Mikael? ¿Qué ha pasado? —pregunto con lágrimas salientes.

Jajaja,    ¿todavía preguntas? Eres una sabandija, traicionera. No me utilizarás más. ¿Piensas que me dejaré manipular por ti?      Jajaja...

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SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora