Cap 53. Despertar

120 12 0
                                    

MAKARENA

La oscuridad aún domina mi mente cuando empiezo a despertar. Un dolor sordo late en mi cabeza, pero poco a poco los recuerdos vuelven, filtrándose como veneno.

Las imágenes de mi huida, el secuestro, y Sebak... todo se mezcla en un torbellino de desesperación.

Intento moverme, pero mis músculos están rígidos, como si hubiera dormido durante horas. Me esfuerzo por enfocar la visión y, cuando finalmente lo logro, me doy cuenta de que estoy en una habitación extraña.

Es aún peor cuando escucho su voz.

-Tranquila, estás a salvo.

Entonces caigo en la cuenta. Es Sebak, la misma voz de mi secuestrador. Abro los ojos con fuerza, y la ira corre dentro de mí.

-¡¿Dónde estoy?! ¡¿Por qué me trajeron aquí?! -grito mientras intento ponerme de pie, pero mi cuerpo no reacciona.

Se vuelve aún peor .¡¿Por qué me trajeron aquí?! cuando siento que Sebak toma mis brazos para recostarme de nuevo. Esto me altera de una manera incalculable.

-Makarena, por favor, cálmate. No queremos hacerte daño -dice él, pero la ira crece en mí. No me dejaré dominar tan fácilmente.

No, no, no! ¿Por qué me trajeron aquí? ¡¿Qué hago aquí?! ¡SEBAK, QUIÉN ERES?! -grito, sabiendo que me debe muchas explicaciones.

No permitiré que ahora simplemente me secuestre, impida mi boda y pretenda que todo esté bien.

Mi forcejeo se intensifica y termino de rodillas en el suelo. Maldición, mis piernas aún no responden; la droga sigue en mi sistema.

De repente, aparece Yanka Lombart.

Basta! -ordena, tratando de imponer su voluntad, lo que me molesta aún más-. Nadie va a lastimarte, pero tienes que calmarte.

Sebak intenta levantarme mientras el estúpido de su hermano se acerca más.

-Makarena -dice Yanka nuevamente-, esto no te servirá de nada. Necesitas calmarte.

Pero mi rabia es tanta que no lo soporto y exploto.

Vete a la mierda, Yanka! ¿Por qué estoy aquí? -grito.

Yanka se acerca, se inclina levemente y levanta mi rostro, lleno de ira y determinación.

-Estás aquí, Makarena, porque ahora nos perteneces -dice, dibujando una sonrisa en su rostro-. Eres la mujer de Sebak, estás prometida a él, ¿no? Y también serás mía. Te compartiremos.

Aunque Yanka me toma fuerte la quijada, volteo mi rostro con fuerza, quitándole las manos de encima, aunque me lastimo en el proceso.

-No soy una posesión. No soy tuya, Yanka Lombart, y tampoco estoy prometida a Sebak -digo con firmeza, intentando levantarme aunque mis piernas siguen sin responder, obligándome a volver a sentarme en la cama.

-Claro que lo estás, cariño. Te dejé un anillo.

Miro de inmediato a Sebak, atravesándolo con la mirada.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora