Cap. 40. Mi reina.

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LUCIEN HOFFMANN

Termino de preparar el desayuno: café, jugo, huevos revueltos con bacon y tostadas, yogurt y fruta picada. Tomo un clavel rosado del jarrón y se lo coloco en la bandeja.

-Buenos días, mi vida. ¿Cómo te sientes? -Le digo al verla despierta, revisando su teléfono. Se sienta en la cama y sonríe al notar el detalle.

-Gracias, mi amor, esto se ve delicioso -responde, y toma un sorbo de jugo de naranja-. ¿Tu cabeza duele? -pregunto, y ella niega.

Luego de comer juntos, noto que evita mirarme. Sé que está asombrada y no sabe cómo actuar. Yo soy el culpable, fui quien propuso todo esto. Sabía muy bien que la mujer a la que León se refería es mi Pantera, y Maka no es precisamente indiferente a él.

Pero soy un hombre responsable, y si planeo casarme con esta mujer, debo enfrentar nuestros problemas de frente y hablarlo.

-¿Te gustó? -le pregunto. Ella se atraganta y trata de cambiar el tema.

-No sé a qué te refieres -contesta.

Le doy un beso en el cuello y aclaro:

-A tenernos a los dos en la cama para ti, amándote, el trío. -Le digo. Ella me mira fijamente, sin saber qué decir, pero su gesto inocente me hace reír.

Hace una mirada tierna, como la del Gato con Botas, y asiente. Le doy un beso suave en los labios y le digo:

-Te amo, mi vida, y puedo darte todos los gustos o caprichos que desees.

Ella me abraza y dice:

-Yo también te amo, Luci.

Mi corazón martillea cuando lo escucho, pero ella pregunta, algo inocente:

-¿Gustos o caprichos? -Yo asiento-. ¿Como mi hermano, por ejemplo? -Ella calla y sonríe.

En realidad, no sé qué significa León Hoffmann para mi mujer, si es un gusto, un capricho, o si en realidad hay sentimientos. El problema será lo que León quiere de ella, porque sé muy bien que mi hermanito está enamorado hasta los huesos de ella.

Paso el día con ella. Hoy León viajó a Bélgica por negocios, así que puedo organizar todo para pedirle matrimonio a mi hermosa pantera esta misma noche.

Cuando son las siete de la noche, la invito a nadar un rato a un club deportivo. El lugar está listo, y cuando llegamos, ella se sorprende.

-¡Oh, Luci, esto es hermoso! -exclama al ver las flores amarillas y blancas, los faroles bellamente dispuestos, y la mesa decorada con la botella de la más exquisita champagne.

-Es para ti, preciosa. Te amo y quiero que nuestros momentos sean inigualables. -Le digo, y ella me abraza y besa.

-También te amo, Luci. Eres maravilloso -me dice, e inevitablemente, sonrío.

Luego de bañarnos, destapo la champagne. Mi pantera, muy risueña, pregunta:

-¿Y qué celebramos, Luci? -Yo destapo el plato principal, que es un postre exquisito, y dentro está el anillo. Ella lo ve, hace una expresión de asombro y lleva sus manos a la boca.

-¡Luci, eso es...! -No la dejo terminar y me inclino sobre una rodilla.

-Mi vida, sé que es muy pronto, pero he descubierto que te amo, que quiero pasar el resto de mi vida contigo y satisfacer todos y cada uno de tus deseos, caprichos, sueños, anhelos. Te amo y quiero casarme contigo. -Tomo el anillo del plato, le tomo las manos y le pregunto:

-Makarena Gallego, ¿te casarías con este pobre mortal que te ama y jura complacerte en todos tus deseos, mi reina? -Ella está en shock; sé que no esperaba esto.

Me levanto, la abrazo y ella me corresponde. La beso.

-¿Qué dices, mi vida? No me has respondido -insisto.

Ella respira hondo y dice:

-Wow, Luci, es que... -vuelve a respirar, pensándolo mucho-. Es que no esperaba esto. Mi amor, te amo, pero apenas cumplí 18, ¿no es muy pronto para mí?

La cargo por la cintura y, luego de besarla, me lanzo al agua con ella. Ella grita y ríe. Mi Pantera es hermosa.

-¿Por qué no quieres, preciosa? ¿A qué le temes? -Le pregunto mientras ella se cuelga de mi cuello.

-No es que no quiera, es que es pronto. Estoy joven y quiero terminar mi carrera, vivir más. -Pero yo no me rendiré. Makarena Gallego es mía y me la quedaré, cueste lo que cueste.

-Amor, ¿tienes dudas de amarme? Puedes terminar la carrera casada, vivir igual. Ya vivimos juntos. Te amo, déjame ponerte el anillo, sí. Amor, te lo ruego -le digo.

Pero no solo eso, necesito convencerla.

-Ya te lo dije, te lo demostré ayer, preciosa. Te amo y prometo complacerte en todo. Todo es todo, incluidos tus caprichos. Cumplirás tus sueños, mi vida, si me aceptas.

Ella toma mi rostro, me besa, y luego dice:

-Está bien, amor, acepto. Pero no olvides tu promesa.

-Que sea algo discreto -me pide, y yo la beso apasionadamente. Aseguro el lugar mandando un mensaje a mis hombres de confianza, porque quiero amar a mi mujer ahora mismo.

La beso nuevamente y ella se coloca a horcajadas sobre mí. Con una mano, deslizo las tiras de su traje, y rápidamente quedó solo en la parte de arriba, sus pechos a la vista. Luego quito sus bragas y ella niega con la cabeza, riendo.

Ella muerde sus labios, y luego de quitarme mis boxers, la subo a horcajadas. Entro en ella y la sensación es mágica. Mi pantera hermosa se mueve de manera increíble, deliciosa, y sublime.

Nuestros cuerpos se funden en uno, y la adrenalina, la magia, y estar dentro del agua es... exquisito.

Ella hace movimientos, y me es inevitable gemir, al igual que ella. Siento cómo su cuerpo se tensa, y acelero mis embestidas, profundizando más fuerte. La pego más contra la pared de la piscina y siento sus uñas en mi piel, y el gemido de placer que escapa de su boca.

-Ahhhh... mmm... mmm... -Me derramo en ella y la sensación es alucinante. Jadeo y respiro.

-Te amo, mi vida.

-Y yo a ti, mi Luci.

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SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora