Cap 72. Condiciones.

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LUCIEN HOFFMANN


Camino cargando a mi hermosa Pantera; la veo pensativa, va callada. La expresión que hizo al ver a Senne me sorprende.

—¿Qué pasa, mi vida? ¿Te hicieron daño? ¿Te forzaron a algo? ¿Te maltrataron, amor? —pregunto.

Ella niega con la cabeza.

No, solo no sabía que Sebak tuviera un hermano gemelo. Son idénticos —dice.

Sí, pero sus personalidades son diferentes, amor. ¿Quieres descansar? ¿Tienes hambre? —ella me ve como una niña pequeña y dice:

Solo mimos. Me hiciste mucha falta, amor. Te quiero. —Mi corazón late muy rápido al escuchar sus palabras...

Estoy totalmente enamorado de mi hermosa esposa, mi Pantera.

Lo siento, amor, no pude evitar someterte a esto, a compartirte... —callo por un segundo—. ¿Te casaste con ellos?. ¿Eres su esposa?. —Ella frunce los labios en una línea y asiente.

Sí. Yanka me chantajeó.

—¿Pero no te forzó sexualmente? —pregunto. Si la violó, lo mato.

No. Ninguno me forzó a nada, solo no me dejaron comunicarme y después me encerraron en una mansión.

Mi vida, no sé exactamente qué pase ahora, pero debemos ser conscientes de que ellos también son tus esposos; la boda es válida —le digo, y ella, con una carita tierna, me contesta:

Ya lo sabía, mi Luci, leí las cláusulas y no las puedo romper. Soy su esposa legalmente, así como la tuya.

Mi vida, no pensemos en eso hoy. Permíteme amarte, te deseo, y me hiciste tantísima falta —le digo.

Voy hacia su boca; estamos ya en una habitación y la recuesto lentamente, dándole besos en su cuello, mientras le quito la ropa lentamente, con todo mi amor.

Le quito la chaqueta, las zapatillas y los pantalones; la veo en bragas y sostén, y primero la llevo a la ducha. Me quito la ropa en un instante, y entre besos y caricias nos bañamos.

No puedo aguantarme más y me lanzo a sus pechos. Quisiera tomarla con rudeza y follarla salvajemente, pero mi hermosa esposa necesita amor y mimos.

La cargo en horcajadas y la llevo a la cama; la seco con todo mi amor, y empiezo a besarle el cuerpo.

Ella besa el mío, mi pecho, mis tatuajes, y baja a mi V; acaricia mi miembro ya listo y deseoso de ella.

Te amo, mi vida —le digo.

Yo a ti, mi Luci —contesta, y nos besamos de la manera más intensa y apasionada.

Caigo sobre ella, y con mis piernas abro las suyas y llego a su centro. No hay juego previo, quiero fundirme en su interior, estar dentro de ella.

Tomo mi miembro y lentamente me hundo en ella; es tan deliciosa la sensación, su calor, cuando su carne se abre y lo espectacular que se siente... magia.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora