Cap 17. Irte.

114 11 1
                                    

MAKARENA

Estoy en Monterrey, una ciudad hermosa de California. Viajé por el club deportivo; hoy tenemos un encuentro importante para la liga a nivel nacional.

Aún soy la capitana aunque varias de mis chicas se fueron lejos por sus carreras y otras cosas.

Por ejemplo, Marce está en Chicago. En fin, mi amorcito viajó conmigo, bueno en realidad por trabajo.
Él, es el fisioterapeuta y tiene que estar con nosotros.

Mi relación con Seb se está fortaleciendo. En realidad, ya siento que lo amo y se lo dije la noche de Año Nuevo. Sé que está muy feliz por eso.
Estamos en febrero y esto es fenomenal.

El juego pasa y, como siempre, ganamos. Iremos a la competencia nacional y estoy feliz por eso.

Este torneo empezó en enero y llevábamos un marcador medio. Todo mi equipo no es el más oportuno. Ya estamos a principios de marzo y estoy complacida.

Me consigo un desayuno y corro hasta la habitación 302, la de nuestro querido fisioterapeuta y mi novio. Toco su puerta y él abre algo alborotado y hablando por teléfono. Su rostro se desfigura cuando me ve, y yo me le tiro encima y lo beso.

Él me corresponde, se suelta de mí un poco y dice unas cositas más en ese idioma que no entiendo y cuelga.

Amor, ¿qué haces aquí, mi Maka? —pregunta—. Te hacía con tu equipo en la piscina o no sé —dice y yo niego.

Ahora en realidad lo único que quiero es que mi novio me mime y me haga el amor —le digo. No he tenido sexo esta última semana, mi coach lo prohíbe.

Él viene a mí, me besa y contesta.


Lo que diga mi Reina. —De un solo
movimiento quita mi camisa, que ya
venía sin sujetador, y desabrocha mis
pantalones.

Él solo se deja caer la toalla,
que es la única prenda que traía;
acababa de darse un baño.

Toma mis bragas por los lados y las
baja mientras besa mis piernas con
pasión y deseo.

Luego me mira y dice: —A la cama,
volteada en cuatro —dice firme y yo hago caso.

Se inclina sobre mí y con su
lengua explora y devora mi coño y ano
por la parte de atrás.

No tardo en empezar a gemir y a
moverme, aunque él me sujeta fuerte. La
sensación es tan rica que me corro
rápidamente.

Seb no espera más y, de
una sola embestida, me penetra.
— ¡Ohhh, rico! Sí, sí — digo con cada
embestida.

°°°°


E

stamos volviendo a casa y veo a Seb algo diferente, raro o pensativo. Ayer, después de hacer el amor, fuimos a pasear y conocer Monterrey. En la noche volví a dormir con él y a amarnos, solo que esta vez fue en el baño, en el mueble y en la cama.

Me subo en sus piernas y le pregunto:

—¿Qué tienes, amor? Estás extraño. —quiero que confíe en mí y me cuente.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora