Cap 121. Cobarde.

75 13 1
                                    

( Mayo 10)

LUCIEN HOFFMANN

Estamos a inicios de mayo, bajo del jet privado. Tenemos algunos problemas de seguridad y me vi obligado a volver a Luxemburgo. Hace casi un año que no venía.

Hermano, bienvenido. Que alegría verte. —León me abraza fuerte.

—¿Cómo estás, hermano? ¿Y tu pequeña Osita? —le pregunto. León sonríe y me muestra una foto, aunque ya la conocía. Todos los días Michelle me envía una foto de ella y otra de la bebé.

Es linda la regordeta —le digo. León sonríe y me cuenta.

Ya tiene dos meses y medio, está enorme —dice. Es una linda bebita de ojos verdes claros y cabellos rubios. En realidad, no se parece en nada a ella.

Luego de mi reunión debo quedarme unos 10 días por negocios. Me juntaré con los Lombart y también con Mikael. Es importante, últimamente la organización ha sufrido algunos contratiempos delicados.

Hoy es el día. Tenemos una reunión; estarán los líderes Lombart y Hoffmann, los gemelos Lombart, también León, Mikael, Pascal y otros socios minoritarios.

Yanka, ¿cómo estás? Felicidades. —lo saludo, y él me abraza.

Te hemos extrañado, Lucien, más ella. Ya somos padres, es hermosa nuestra nena —pero cuando Yanka intenta seguir con esa conversación, lo freno.

Por favor, Yank, no me interesa nada de ella, solo el divorcio. Le haré llegar los documentos esta misma semana —Yanka me ve, niega y me palmea el hombro.

Ok, lo siento, hermano, por nombrarla. Solo espero que no te arrepientas cuando ya la hayas perdido. —Yanka me regala una sonrisa triste y se retira.

Con los gemelos Lombart pasa exactamente lo mismo.

Lucien, ¿cómo estás? —dice Senne, dándome la mano. Se la doy.

Lamento lo que pasó ese día, por eso era mi reunión, pero no pensé que las cosas llegarían a ese extremo. —dice Senne, frío y serio como siempre.

Está bien, Senne, prefiero cambiar de tema. Nada de ella me interesa —le contesto, frío y autoritario.

—¿Ni siquiera te interesa saber de tu hija? —me mira fijo, con intensidad.

Ella no es mi hija —Senne me mira, niega y me responde.

—¿Tanto la detestas.? —Hace un gesto de disgusto y se aleja.

Me duelen sus palabras, pero no me dejaré quebrar.

Cuando ya todos se van, Sebak se despide.

Luc, lo siento, te extraña. Te ha necesitado, ella ha... —lo interrumpo.

No, Seb, no me interesa. Solo te voy a decir que pediré el divorcio. No quiero que nada me una a ella —le contesto.

—¡Guau! Tanto la odias... Pensé que la amabas, Luc —pero niego y le respondo.

La amaba, pero ella marchitó y mató mi amor —digo, pero él me contesta.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora