Cap 51. Vienen por mi.

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MAKARENA


En realidad, León tiene razón; no me preocuparé más por ese tema.
Sebak es parte del pasado, y aunque nunca tuvo el valor de darme la cara, sé que es un mentiroso de mierda que me sacó de su vida como si nunca hubiera significado nada.

Sacudo la cabeza. Sebak Lombart, sea quien sea, ya sea un simple doctorcito o el hermano de un gran mafioso belga, es una basura de persona que no merece ni un solo pensamiento de mi parte.

Mi futuro está con Luci, y no le daré más vueltas al asunto. Aunque sé que nuestra relación nunca terminó formalmente, fue por su culpa, no por la mía.

Solo faltan tres días para mi gran boda, o mejor dicho, la de Lucien o su familia, ya que será algo ostentoso y muy llamativo.

No he involucrado a mi familia; no quiero a mi padre diciéndome cómo actuar cuando nunca se preocupó por mi futuro.

Tampoco le conté a mis amigos, porque sé que piensan que soy muy joven y que es todo muy precipitado, pero en realidad lo hice por darle gusto a mi Luci.

Luci me invita a un bar de unos amigos, y voy con gusto. Llevo un lindo conjunto azul eléctrico.

Cuando llegamos, saludo a su amigo Arturo y a su esposa Sofía. Son una pareja muy bonita, y ella es bastante chévere. Pero quince minutos después, cuando estábamos muy a gusto los cuatro, llega otro amigo, Máxim, con dos chicas como acompañantes. Y este par no se parece en nada a la esposa de Arturo.

Cuando me ven, lo hacen de una manera horrible, pero no me dejo; soy una reina, y lo hago notar.

Pero mi egocentrismo se va al diablo cuando aparece en nuestra reunión León, y ella no tarda en lanzarse a sus brazos.

Le pregunta si es verdad que rompió el compromiso con Susanne, y él, con una sonrisa encantadora, le confirma que sí.

Mi sangre hierve cuando León recibe sus halagos de manera cariñosa, y aunque Luci nota mi rabia y me aprieta las manos, no puedo calmarme.

La noche se vuelve divertida para todos, menos para mí, aunque sigo bebiendo mis shots de tequila.

León está muy cariñoso y risueño con la chica. Sé que es un hombre soltero y que no tenemos una relación, pero pensé que sí, o al menos yo lo creía.

Al final de la noche, justo antes de volver, me dirijo al baño. Un chico muy guapo me lanza un piropo, y sonrío por eso. Sí, "soy coqueta". Pero mi sorpresa es grande cuando León, visiblemente molesto, se me acerca con su voz baja, cargada de una furia contenida que no esperaba.

-¿Qué haces, Makarena, haciendo ojitos y sonrisas coquetas a ese tipo? -Su tono es tan afilado que siento cómo se me eriza la piel. Mi corazón se acelera por la rabia que me provoca su reproche.

Su comentario me irrita profundamente. León ha arruinado mi noche; no pude disfrutar por completo debido a su comportamiento con esa resbalosa, y ahora viene a reclamarme.

Lo miro desafiante, y tal vez por la cantidad de alcohol en mi sistema, no mido bien mis palabras y le reclamo como una tonta enamorada.

-¿Tú qué reclamas, Leoncito? -espetó con una mezcla de ironía y dolor-. Llevas toda la noche besuqueándote y riéndote con esa tonta.

Pero León no es un peluche tierno; este es el verdadero León, el líder de la organización.

-No tienes ningún derecho a reclamar, Makarena. Eres una mujer casada y, además, no tenemos nada -su voz es dura, sin rastro de la calidez que solía mostrarme-. ¿O acaso te he dado algún puesto en mi vida? -Cada palabra suya me hiere, pero él no parece detenerse.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora