Cap 119. El fin justifica los medios.

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LEÓN HOFFMANN

Mi linda Risitos está radiante; verla con ese vestido blanco y su pequeña barriga es simplemente espléndido.

Camina del brazo de Yanka, quien nos la entrega. Es nuestra boda y el día más feliz de mi vida, "aunque él no esté aquí."

Decidí cumplir mi promesa y mi juramento. Lucien viajó hace alrededor de cinco semanas a América y se instaló en Nueva York. Dirigirá algunas operaciones de Suramérica desde allí.

Me dolió mucho su decisión, y aunque intenté advertirle, no quiso escuchar nada que viniera de ella. Prácticamente salió huyendo.

Le hablé de nuestro hijo, pero "no le importó". Decidí dejar que el tiempo sane, si es que hay algo que sanar, y esperar.

Lo que sí tengo claro es que yo a mi Risitos no la abandonaré nunca, ni por algo parecido a lo que Lucien vio. La tomaría y le daría unos cuantos azotes hasta dejar su culo completamente rojo, pero de ahí a irme o dejarla, nunca.

Yanka la entrega y ella sonríe. Sé que le dolió o le duele lo de Lucien, pero se hace la fuerte, y tiene buen respaldo.

Ayer, en nuestra fiesta de despedida, hablamos los cuatro en una partida de póker sobre nuestra nueva vida y lo que compartiremos todos.

Hijos, mujer y hasta cama. Sé que ella se va a sorprender al ver nuestro cambio, pero seremos los cuatro uno para ella.

No salimos de fiesta; ella aún está deprimida, se notó cuando no quiso ir a bailar o a las discotecas que tanto le gustan. Dijo que se acostó temprano, y lo hizo.

No sé si es por su embarazo o por su depresión, aunque la maneja muy bien. Come, bebe, grita y hace berrinches igual que siempre; ella sigue siendo ella, con su esencia intacta.

Luego de que el ministro nos dio su bendición y nos declaró esposos, hicimos una recepción donde mi linda Risitos estaba tranquila y feliz.

Mamá está dichosa, ella ya imaginaba esto, y Filipe, ¿qué puedo decir? Él ya la conoce...

Duerme en los brazos de Sebak. Él y Senne se han puesto muy pegajosos con ella; la tratan mucho más dulce que lo que lo hacía Lucien. Creo que también es por el embarazo.

Hice cuentas, y ya sé por qué están tan apegados a ella: el maldito lo hizo bien en los Alpes Suizos, tanto que ahora tendremos un Osito.

Cuando llegamos a Punta Cana, el paisaje es espectacular.

Viajamos toda la noche y estamos llegando de día; pasaremos el tiempo compartiendo este eterno paraíso en la playa y sus alrededores.

Pero, como era de esperarse, cae la noche en República Dominicana, y Senne y yo estamos ansiosos por ella.

-Creo que es hora de llevar a nuestra diosa a la suite -dice Senne, algo impaciente, y la carga como su princesa.

La habitación es hermosa, con una decoración tenue y pasional, justo como lo pedí.

Senne la deposita en la cama, y yo la abordo por detrás, beso su cuello y acaricio su cuerpo.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora