Cap 45. A qué Costo.

106 13 0
                                    

SEBAK LOMBART

Hago mi recorrido matutino. Me encanta el deporte, y siempre corro todas las mañanas. Un buen maratón me ayuda a llevar mis días, especialmente ahora que estoy desesperado desde que volví. Los investigadores han perdido su rastro y no hay señal alguna de ella.

Contraté a un equipo y están haciendo lo imposible por encontrarla. Sé que debe estar estudiando en alguna universidad o asistiendo a algún club deportivo. ¿Pero dónde? Hemos revisado países como España, Londres, Italia, y hasta Francia, y aún así, ni rastro de ella.

Nuestra última información es que está en Europa, pero... ¿dónde exactamente?

Mi teléfono suena. Es Yanka. No estoy de humor para nada, y mucho menos para lidiar con trabajo.

-Dime, estoy haciendo deporte -le digo, pero Yanka está de malas y prácticamente me grita.

-Es importante, carajo. Te espero en treinta minutos en mi oficina -y cuelga. Por su tono de voz, sé que lo es.

Cuando llego a su oficina y Yanka me muestra su laptop, lo primero que veo es una hermosa invitación de matrimonio. Pero lo que realmente me impacta son los nombres en la tarjeta.

"Con corazones llenos de amor, nos unimos para siempre. Únete a nosotros en nuestra celebración de amor y felicidad. Lucien Hoffmann y Makarena Gallego."

Yanka no dice nada, pero desliza la laptop, y puedo ver una serie de fotos donde Makarena, mi mujer, y Lucien Hoffmann, nuestro socio, se besan y abrazan de manera cariñosa.

Aprieto mis manos, y mis nudillos se tornan blancos de la ira, la rabia y, al mismo tiempo, la tristeza que siento.

Aunque fui el culpable, porque prácticamente la descuidé, la abandoné. Y si lo que dice Drey es cierto, ella llamó, y Charlotte contestó.

Prácticamente debe odiarme.

Salgo un poco de mi ensimismamiento cuando Yanka me pasa un trago puro de su lujoso whisky.

Acepto el whisky de Yanka y lo bebo de un trago.

El calor del alcohol me quema la garganta, pero no hace nada para apaciguar el caos en mi interior.

Makarena, mi Makarena, casándose con Lucien Hoffmann.
La sola idea me enciende una furia que hace temblar mis manos.

Yanka se sienta frente a mí, su expresión serena pero calculadora. Conozco bien esa mirada.

Siempre ha sido un estratega, alguien que ve más allá de lo evidente y manipula las situaciones a su favor. Pero esta vez, lo siento, hay algo más en sus ojos.

-No tiene por qué ser así -dice, su voz es baja pero cargada de intenciones-. Si estás dispuesto a actuar.

Levanto la vista, intrigado, a pesar de mí mismo.

-¿Qué quieres decir?

Yanka se inclina hacia adelante, sus dedos tamborilean sobre el escritorio de madera oscura.

-Mira, sé que la quieres, estás enamorado de ella, y sé que quieres recuperarla. No es demasiado tarde. Podemos hacer que esa boda no se lleve a cabo -deja que sus palabras se hundan en mi mente.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora