Cap 62. Insufrible..

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SEBAK LOMBART

La rabia me consume. No puedo creer que Makarena, en mis propias narices, me haya hecho esto.

Dormir con Yanka así, sin más, es inaudito, aunque no puedo quejarme; después de todo, él también es su esposo legalmente.

Yo mismo me presté para secuestrarla y compartirla, y ahora debo pagar ese precio. “Un precio muy caro”.

Esta mañana, cuando desperté con resaca, después de escuchar los múltiples gemidos de ella, me bebí hasta el agua del acuario de Nemo. Pero ahora mi cabeza quiere explotar.

Me ducho, tomo una aspirina y salgo en busca del amor de mi vida, mi odiosa tontilla.

Después de más de media hora, los encuentro caminando por los senderos, cerca de una hermosa playa.

Le reclamo a Yanka, pero ¿cómo enojarme con él? Con ella.

Al final, yo fui el único culpable de que las cosas llegaran a este punto. Me ahogué en mis mentiras y no hay vuelta atrás. Sé que Makarena se entregó a Yanka cuando recordó lo de Charly, cuando follamos, aunque en realidad no sé exactamente qué pasó.

Pero ella tiene todo el derecho de estar herida. “Le fallé, la abandoné y le mentí”. Prácticamente la ignoré, como si no me importara. Y en ese proceso, “la perdí”.

Es de noche y, nuevamente, estamos en la villa...

°°°°

La noche cae lentamente sobre la isla, y la brisa cálida acaricia nuestra villa.

El sonido del mar al fondo es casi hipnótico, pero no lo suficiente como para calmar la tormenta que llevo dentro.


La villa es lujosa, con cada detalle pensado para el placer, pero todo se siente vacío sin ella, o mejor dicho, con ella y sin ella. Soy consciente de todo lo que le hice y ahora ella me está devolviendo la jugada. “La maldita indiferencia.”

Ahí está, nuestra reciente “esposa”, una mezcla de fuego, veneno y desafío, todo envuelto en un cuerpo que me tiene enamorado u obsesionado.

Después de cenar, nos miramos con Yanka. Sabemos que la situación con Makarena no es la ideal, pero eso no significa que no podamos disfrutar un poco del tiempo juntos.

Si algo compartimos, además de una peligrosa ambición, es el deseo de hacerla nuestra en todo sentido.

—¿Qué te parece dar un paseo por la playa? —propone Yanka.

Ella lo mira, sé que le molesta el encierro.

Bueno, en realidad, estoy aburrida aquí en esta casa con ustedes, idiotas. —Sale corriendo hacia la habitación y grita:

—¡Cinco minutos! —Yanka y yo la vemos perderse en su habitación. Luego Yanka pregunta:

—¿Aún sigues enojado?

Lo volteo a ver de inmediato y puedo notar sinceridad en su mirada.

No. Pero igual me duele; ya la oíste, sabe de mi error con Charlotte, y está dolida. Debo lograr que me perdone. —Le contesto a mi hermano, y este se levanta, pues nuestra preciosa esposa viene con un pantalón corto, una franela corta y sandalias. Está sencilla, pero se ve hermosa.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora