MAKARENA
Me miro en el espejo.Estoy hermosa con mi vestido de novia, blanco, corto y llamativo, confeccionado por una reconocida diseñadora inglesa. Mis botas blancas, igual de espectaculares, capturan todas las miradas.
Mi suegra, la señora Victoria, está aquí acompañándome, aunque no estoy muy segura de cómo me siento al respecto.
Es como si quisiera salir corriendo. Creo que Luci también lo percibe, porque su hombre de confianza, Michalle, no se ha despegado de mí ni un segundo, pegado a mi espalda como una sombra.
-Vamos, hija, ya es hora -dice la señora Victoria con dulzura. Me trata muy bien, aunque eso no significa que yo me deje intimidar. Me importa un bledo si es parte de la mafia, de la realeza o de la Inquisición.
Michalle nos escolta hasta el salón donde se celebrará la boda.
Es un club exclusivo, y la decoración es simplemente increíble: guirnaldas de flores pequeñas y blancas adornan el lugar, junto con faroles que crean una atmósfera mágica.
En cuanto llego, veo cómo León se acerca a mí primero. Con firmeza y elegancia, me guía por el camino adornado con un hermoso tapete de flores y me entrega a Lucien.
Hoy, León me ha confesado a su manera su amor por mí.
-Eres la mujer más hermosa, Risitos. Te amo -dice él, pero yo no respondo.
Después de la ceremonia, León me reitera que no seré solo de Lucien.
Sin embargo, mi ahora esposo me sorprende.-¿Estás lista, mi vida? -me pregunta con una sonrisa.
-¿Lista para qué, mi Luci? -pregunto, fingiendo inocencia. Él sonríe, me besa y responde:
-¿De verdad crees que hice todo esto solo para casarnos? Por supuesto que te llevaré de luna de miel. -Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro. No esperaba esto.
Es el inicio de la noche, y Luci me guía hacia su jet privado, con destino a Francia. No es París ni la Torre Eiffel lo que me espera. Lucien no es precisamente el cliché del romanticismo.
Lucien Hoffmann es un romántico salvaje y aventurero, lleno de adrenalina y pasión.
Me trae a uno de esos pueblitos de ensueño en la región de Provenza.
Llegamos rápido, y después de volar en su jet, nos trasladamos en automóvil, tomando unas cinco horas para llegar a Saint-Rémy-de-Provence, un lugar que parece sacado de un cuento de hadas, con calles empedradas y casas antiguas de piedra cubiertas de enredaderas.
El aroma a lavanda lo envuelve todo, y los colores pastel de los edificios bajo la suave luz del atardecer hacen que todo sea simplemente mágico.
Nos hospedamos en una villa privada en las afueras del pueblo, rodeada de campos de olivos y viñedos.
La villa es antigua, pero renovada con un lujo discreto que mantiene su encanto rústico. Desde la terraza se puede ver el Mont Ventoux a lo lejos, y todo el ambiente invita a la tranquilidad y al romance.
Lucien me sorprende con una cena al aire libre. Una mesa preparada solo para nosotros, adornada con velas y flores frescas, bajo un cielo estrellado que parece bendecirnos con su inmensidad. La comida es exquisita: platos franceses que no sé pronunciar, pero que me dejan sin palabras. Lucien se encarga de todo, eligiendo cada detalle con un cuidado que me emociona profundamente.
Lo que más me cautiva es la manera en que me mira. Sus ojos no dejan de recorrerme, como si intentara grabar cada segundo en su memoria.
Hay algo en su mirada, una mezcla de posesividad y adoración, que me hace sentir completamente suya.
Después de la cena, me toma de la mano y me lleva al interior de la villa, hacia nuestra habitación.
Es una estancia amplia, con una cama con dosel adornada con cortinas ligeras que se mueven suavemente con la brisa. El ambiente está iluminado por la luz cálida de las velas, y el suave sonido de la música francesa flota en el aire.
Hay pequeñas flores esparcidas por el lugar; pienso en lo horrible que será limpiar, pero ahora no importa.
Luci se acerca a mí con esa mezcla de dulzura y deseo que siempre me deja sin aliento. Me entrega una copa de vino y, después de brindar, dice:
-A la salud de la señora Hoffmann, el amor de mi vida.
-Salud -respondo, sonriendo.
-Bueno, hermosa esposa, hoy quiero amarte y hacerte el amor, como siempre lo hago. Te amo, mi vida -me dice, y no puedo evitar pensar en lo tierno que es este rudo ejemplar, lleno de tatuajes.
-Yo también te amo -respondo, y voy directo a él, comenzando a desabotonar su traje. Le quito el saco, luego la camisa, hasta llegar a su pantalón.
Cuando mi Luci está completamente desnudo, comienza a besarme y acariciarme de una manera que me eriza la piel. Suelta mi vestido, que cae al suelo, dejándome solo con un sexy conjunto de lencería blanca.
Luci me ayuda a quitarme las botas, besando cada pierna con una mezcla de pasión y ternura que es difícil de describir.
Sus besos se intensifican, y sus manos juegan por mi piel mientras me quita el brasier.
Sus labios succionan mis picos, y luego, con una sensualidad que me enciende por completo, me quita las bragas con la boca.
Cuando finalmente las retira, se sumerge en mí, y la sensación es tan increíble que no tardo en llegar al orgasmo. Luci se incorpora rápidamente, levanta mis piernas a su pecho y me penetra con una fuerza y pasión que me lleva al éxtasis. Sus embestidas, sus gemidos, todo en él me enciende y me llena de placer.
-Ohh, mi vida, eres fabulosa. Te amo, te amo, te amo -dice entre jadeos, y yo solo puedo sonreír, sabiendo que definitivamente mi Luci es increíble.
-Yo también te amo, mi Luci -respondo, mientras nos entregamos por completo el uno al otro, alcanzando juntos el clímax en una explosión de placer y amor.
Pasamos la noche amándonos, hasta que el amanecer nos encuentra rendidos de cansancio y satisfacción.
El aroma a café es tan fuerte y agradable que me despierta con una sonrisa. Me pongo la camisa de Luci y me dirijo a la cocina, en busca del origen de ese olor.
-Buenos días, esposo -le digo, viendo cómo se sobresalta y responde:
-Mi vida, arruinaste la sorpresa. Planeaba llevarte el desayuno a la cama.
Niego con la cabeza, me acerco a él, lo beso y lo abrazo con fuerza. Estar con Luci es una de las cosas más memorables que he vivido.
-Gracias, mi amor. Te amo mucho -le digo, mientras disfruto de su presencia y del café recién hecho.
La luna de miel que pasamos juntos es más espléndida y divina de lo que jamás había imaginado. Aunque solo sean unos pocos días, cada momento con Luci es simplemente perfecto.
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SOY MAKARENA GALLEGO. « La Reina ».
RomanceSoy Makarena Gallego; fui la causante de la depresión de mi madre, ella fue devil y no lucho por su vida; al sentirse sola y abandonada por el hombre que amaba, se llenó de tristeza y prácticamente se dejó morir... Me crío mi abuelo; y aprendí a ser...