Cap 82. Se fue de Fiesta.

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LEÓN HOFFMANN

No puedo creer que yo, el gran León Hoffmann, ande como un maldito perro por los rincones de esta casa.

Después de enfrentar a Makarena y ella confirmarme que ha dormido con Yanka, siento que el alma se me retuerce de ira.

Pero no puedo hacer más. Hoy la espero, pues me informó Michelle que Yanka se la llevó.

"Maldita sea", murmuro mientras le doy una patada al auto en el parking de la villa. Al instante, la alarma del carísimo modelo deportivo se dispara.

Sé que están follando. Lleva toda la maldita tarde con él...

Después de más de dos horas de espera, los veo llegar. Efectivamente, vienen juntos y se besan.

Le recuerdo que Lucien existe, su punto débil. Makarena ama a mi hermano como a nadie, y al nombrarlo, aunque lo disimule, se tensa.

Yanka me saluda como si nada, está feliz, el muy maldito.

Necesito hablar contigo de algo. Te espero en el despacho, ¿ok, amigo? —me dice, dándome una pequeña palmada en el hombro antes de entrar.

Cuento hasta cien para calmarme, luego entro dando zancadas, busco un trago y me dirijo a la oficina de Yanka.

Entro y me dejo caer en su silla. Yanka llega después, me ve sonriente y dice:

Vaya, hermano, estamos de malas.

—¿Y tú? Muy feliz probando las mieles de mi Risitos —le contesto.

—¿Es por ella? —sonríe, el muy maldito.

Es mía también —le aclaro. Él sonríe.

Lo sé, hermano. Lo tengo muy claro —me dice—. ¿Y por qué no estás con ella? Te conozco, León. ¿Qué le hiciste?

Suspiro.

La cagué. Después de declararle mi amor y decirle que la amo, discutimos, y le dije que lo que había dicho era solo para follarla. Que se lo decía a todas.

Guau, hermano, la cagaste en grande. ¿Qué te dijo?

Nada en realidad. Coqueteó con otro en mi cara y me dijo que podía darse los caprichos que quisiera, que Lucien se los cumpliría.

Jajaja... —ríe Yanka, algo amargo—. Ese será Lucien, yo no.

Ahora el que ríe soy yo.

Cambiando de tema, es sobre los checos y eslovacos —dice, y la conversación se pone seria mientras Yanka me informa.

Después de más de tres horas de investigación y de hablar sobre temas diversos de la organización, culminamos.

Saben sobre Makarena; hay que mantenerla resguardada —dice Yanka.

Tienes razón, pero ella es... difícil —concluyo.

No me importa. Conseguiré a otro hombre que esté con ella, al igual que Michelle.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora