Cap 115. Lo Juro Lucien Hoffmann.

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LUCIEN HOFFMANN

«¿Qué pasaría si estuviera embarazada?»

«Jajaja, miren sus caras, jajaja, es broma».

Un hijo sería grandioso, me encantaría verla crecer esa panza a mi Pantera. Una mini versión de ella, con sus ojos, sería increíble. «No sabes cuánto me encantaría, amor

Hoy tuve que viajar muy temprano a la ciudad de Luxemburgo, prácticamente de madrugada. Ya vengo de vuelta y quiero sorprenderla, aunque también me sorprende que Senne haya convocado una reunión de carácter importante, y es inasistible. Me pregunto qué será tan importante.

Hace días que no follo a mi mujer, y un toque de adrenalina no me vendría mal. Bajo del jet y me subo en un Audi R8, me sorprende el vehículo.

— ¿Y mi Lamborghini? ¿Dónde me lo dejaste? —le pregunto a mi hombre.
Señor, está en mantenimiento. Estará en unas horas de regreso. —Asiento y desvío mi camino. Quiero ver a mi hermosa Pantera.

Al club deportivo —le digo. Miro el reloj, y justo está saliendo de sus clases. La sorprenderé. Cuando estoy llegando, noto que justo está arrancando el Lamborghini plateado de Senne.

Me sorprende. ¿Qué hace Senne aquí? Sé que tienen una amistad, él le solapa las fiestas y caprichos, pero nada más.

Una corazonada se pone fuerte en mi pecho y le digo a Emir, mi hombre:
Síguelos, que no se den cuenta.
Como ordene, señor.

Marco a Michelle, mi hombre y guardia de seguridad. Él está en otro auto, pero va con ellos.

Michelle, ¿dónde están? —le pregunto al guardaespaldas de mi linda esposa.
Señor Hoffmann, creo que de camino a casa, aunque no lo sé realmente. La señora es un tanto caprichosa... —me contesta Michelle. Decido probar su fidelidad y le pregunto:

— ¿Dónde está ella exactamente y con quién? —Michelle se queda callado, y un segundo después responde:

El señor Senne Lombart vino por ella, y está con él en su Lamborghini. —Aprieto mi mano. Esto no me está gustando, y menos creo que no van de camino a la mansión Lombart.

Decido seguirlos y esperar. Tal vez, solo tal vez, estoy equivocado, celoso, y estoy malinterpretando las cosas.

Ellos llegan y entran al parking del edificio. Yo los espero cinco minutos, llamo a Michelle y le ordeno:

Michelle, permíteme la entrada al edificio. No avises a tu señora, y que los guardias de Senne tampoco lo hagan. Es una orden, no querrás desobedecerme, Michelle. —Le hablo frío y dominante, como lo que soy: un gran mafioso; frío y sanguinario.

Michelle coordina mi ingreso al edificio y demoramos alrededor de 20 minutos en todo el proceso. Ya tengo el código y tomo aire.

Entro al ascensor que me llevará directo al penthouse. Han desactivado la alarma, no sonará cuando abra.

La puerta se abre y mi corazón martillea, estoy en estado de inercia. Escucho sus risas y hasta gritos, están jugando. Me detengo un segundo y espero.

No tengo el valor para abrir la puerta, pero no sé de dónde lo saco. Abro la puerta un momento y mi corazón se parte de inmediato.

No, no, no, mi Pantera no me puede estar haciendo esto. No es posible... ella, a quien le he dado todo.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora