Cap 80.. De todo por mi Pantera.

98 10 0
                                    

LUCIEN HOFFMANN


Cambiar nuestras vidas a Bruselas ha sido caótico; lo peor han sido los constantes viajes que he tenido que hacer cuando hay reuniones o cargamentos en la ciudad de Luxemburgo.

Por esta razón, no he podido acompañar a mi hermosa Pantera tanto tiempo como quisiera.

Sé que ha sido duro para ella; los Lombart han sido... ¿imposibles? Pero no soy tonto, sé que pasan cosas, y lastimosamente, los Lombart han puesto sus ojos en ella, mi Pantera.

Me informó Michelle que hoy temprano se fue en una moto con Yanka, y aunque me sorprendió un poco, me lo esperaba.

Miro el reloj y no ha llegado, y eso que le envié mensajes hace rato.

De repente, la puerta se abre y es la mujer que me ha atrapado con una sola mirada; ese par de ojos intensos y hermosos han cavado mi tumba en su cuerpo.

Hola, mi Luci. Perdón por demorarme. —Me levanto y noto que está nerviosa, la abrazo fuerte.

Mi vida, ¿qué pasa? Estás extraña. —La acaricio; ella no debe dudar de mí, si ella es mi vida.

Luci, hay algo que necesito contarte. —Está muy nerviosa; esto no me gustará—. Es sobre Yanka y yo...

Me es inevitable no mostrar mi desagrado con sus palabras.

—¿Qué quieres decir? —pregunto.

Hemos estado pasando más tiempo juntos, y lo que comenzó como algo inesperado... se ha convertido en algo más... —¡No!. Lo que temía.   “NO, por favor”, pienso.

Empecé a desarrollar sentimientos por él, y... —Ella ve mis ojos que se han cristalizado.

—¿Han tenido sexo, Makarena? —le pregunto, molesto. Pero enseguida pienso que no es eso y que este maldito ha abusado de mi mujer y la ha estado violando.

Lo mataré. ¿Te forzó? ¿Te obligó de algún modo, mi vida? —Le pregunto, alterado, y sin darme cuenta la tomo por los hombros y la sacudo.

Caigo en cuenta de lo que hago, la suelto y voy a golpear la pared, importándome poco que sangren mis nudillos.

No. Mi amor, lo siento. —dice mi vida llorando, y reacciono. Ella nunca me había visto en un episodio de agresividad y jamás la lastimaría; antes prefiero alejarme.

Voy a ella y la abrazo. —Lo siento, mi vida. Te amo, no te asustes de mí. Nunca te lastimaría. —La beso.

Yo... yo también te amo. —me dice, aunque aún llora.

No llores, mi hermosa Pantera, cuéntame, prometo no alterarme. —Le digo, y ella empieza su relato.

Pasó en las Maldivas. Estaba casada y con rabia por Sebak; aún me duele lo que hizo... —Trato de serenarme y entender...

Tomé a Yanka y lo llevé a mi habitación y... tuvimos sexo. —Le acaricio su cuerpo.

No sé qué pasó, amor, pero Yanka cambió a raíz de esa noche y me ha pedido innumerables veces que sea su mujer, verdaderamente. Y luego él hizo algo, y...

La acomodo a horcajadas sobre mí.

Me di cuenta de que tengo sentimientos por él, y hoy me invitó a un chalet, y fue lindo. Tatuó su cuerpo por mí a raíz de una broma mía, e hicimos el amor. — Termina.    No sé qué hacer, pero no puedo llevármela y encerrarla solo para mí; ¡acepté compartirla.!

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora