Cap 158. Ajuste de cuentas

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SENNE LOMBART

Acaricio a mi pequeña princesita. Es tan hermosa, linda y tierna, su cabello rubio y sus ojos idénticos a los míos. Sonrío al pensar que fui, o fuimos, los primeros en preñarla.

Se ve tan tierna y linda con su nueva barriguita. La amo con todo mi ser.

Mi nena está prácticamente dormida, el baño en el mar fue agotador. Sebak y León están haciendo postres... Antojos de mi princesita, este embarazo la tiene muy dulcera.

Escucho unos pasos y, de inmediato, me asusto. Está temblando y llora. Me abraza con fuerza y yo la sostengo con todo mi ser.

—¿Qué pasa, mi amor? ¿Por qué tiemblas? ¿Estás llorando? —le pregunto. Pero llora más fuerte.

El embarazo la pone muy sensible y cualquier cambio la afecta mucho; ya tengo experiencia con mi princesita.

Empiezo a consolarla, a darle besos y a consentirla como lo que es, mi más preciado tesoro.

—¿Ya estás mejor? —Ella asiente y trata de contarme.

Mikael se enteró de mi embarazo y vino por mí y por su hijo... —solloza—. Cree que soy su muñeca para insultar, desechar y después recoger.

—¿Cómo? ¿Está abajo? —pregunto. Ella asiente y sigue llorando—. No puedo dejar de llorar. Me da rabia y termino llorando... Cucaracha. —me dice entre sollozos, y en realidad es gracioso.

Pero no permitiré que venga a burlarse en nuestra cara de mi princesita.

—¿Hermosa, estás bien? —pregunta Lucien entrando.

—¿Qué ha pasado? —le pregunto con voz fuerte a Lucien.

Se encerraron en la oficina a hablar de lo que está pasando —me contesta. Debo estar ahí, pero no puedo dejarla sola. Está muy susceptible. Miro ela Lucien; él podría cuidarla.

Ella está fuertemente abrazada a mí.

Podrías quedarte con ella, necesito estar en esa conversación —le pido a Lucien, quien asiente más que entusiasmado.

Sabes que es mi vida, Senne —me responde. La paso a sus piernas en la silla y él la abraza.

Amor, princesita, ¿podrás quedarte unos minutos con Lucien? —La dejo y bajo de inmediato al estudio de la villa aquí en Ayia Napa.

Toco la puerta con fuerza y Sebak me abre. León le reclama, pero no escucho su conversación, y ahora soy yo quien reclama.

—¿Qué diablos haces aquí, Mikael? Eres nuestro socio comercial, nada más. —pensé que vendría más humilde.

—¿Ahora solo soy su socio comercial?, cuando todos planificaron dejar a Makarena en mi hacienda con la intención de conquistarme. —dice Mikael imponente.

Yo no estuve de acuerdo. Además, ella nunca aceptó. —contesto.

Aceptó o no, se metió en mi cama. Y ahora carga a mi hijo. Quiero estar con ella. —dice, pero niego molesto.

Ella no es una puta, para que te refieras así de ella. —doy un paso y le doy fuerte puñetazo en su cara, lo cual lo hace volar y caer en una mesa del pequeño estudio.

Mikael se levanta rápido y se pone en posición de pelea.

No vine a pelear, vine por ella, por mi hijo.

Ella no está libre, Mikael, como lo dijiste. Tiene dueños y tú no estás en la unión. —comenta Yanka, algo molesto, con el ceño fruncido.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora