Cap 97. Su cumpless

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SEBAK LOMBART


Definitivamente, mi Maka no tiene límites, besándose con Senne en los corredores como si fueran una pareja normal y no el par de amantes que son.

Me carcome la rabia pensar que lo prefiere a él, y a mí me tiene ahí, en espera. ¿Hasta cuándo piensa castigarme?

Noto cómo el imbécil de Mikael la trae. Siempre estoy muy pendiente de ella y noté el escándalo desde el primer momento.

Pero no permitiré que este imbécil humille a mi mujer, a mi esposa, públicamente.

Paso por su lado, buscando al imbécil de mi gemelo, que está en el jardín fumándose un cigarro, creo.

Este idiota la dejó sola y no se ha dado cuenta de lo que está pasando adentro.

Desabrocho mi camisa antes de llegar. La mía es una camisa de vestir crema, la tengo arremangada y llevo pantalones negros. Senne, en cambio, tiene un camibuso blanco de cuello y pantalones cenizo oscuro.

Rápido, idiota, tu camisa —le tiro la mía mientras corro de regreso a la sala, acomodándome la camisa.

Senne me sigue, pero se demora más acomodándose la camisa. Entro y efectivamente, Mikael está intentando humillarla. O bueno, eso intenta.

Porque lo eres, ¿o cómo explicas besarte con tu cuñado en los pasillos? —dice Mikael. Pero yo interfiero.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué dices eso, Mikael? —pregunto, haciéndome el indignado.

Mikael mira mi camisa, fijamente. Está dudando.

—¿Por qué insultas y blasfemas a mi esposa, si era yo quien la besaba? ¿Acaso no puedo besarla donde quiera? Si ella también es mía —digo fuerte, y camino hacia ella.

La tomo del brazo con cuidado y ella se deja traer. "Claro, porque te conviene".

La beso despacio, saboreando el momento como siempre he querido. Ella me corresponde y alargo el beso.

Exijo una disculpa inmediata para con mi esposa —dice Yanka, molesto.

Mikael la ve y ella se victimiza.

Tienen razón. Makarena, lo siento. No sabía que eres esposa de Sebak, y me confundí de gemelo. Discúlpame, siento haberte tratado mal —pero no esperaba las palabras de Maka. Definitivamente, es una maldita bruja.

Pues fíjate que no te disculpo, y te pido el favor de no volver a dirigirme la palabra. No soy zorra ni mucho menos mujercita barata.

Tengo una gran fortuna en mis cuentas bancarias, soy igual o hasta más millonaria que tú, imbécil. —Todos nos volteamos a ver, y Mikael se pone rojo.

Lo siento mucho, Sebak, Lucien, Yanka, tíos... me confundí. Creo que los tragos me afectaron un poco el juicio. Espero ganarme unas verdaderas disculpas con la señora Hoffmann Lombart —dice.

Se disculpa y se va, al igual que todos.

—¿No sabía que ya te habías reconciliado con mi conejita? —pregunta Yanka, sentándose a mi lado.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora