Cap 48. Senne Lombart.

108 11 0
                                    

SENNE LOMBART


La veo al otro lado del lujoso restaurante y no puedo evitar sonreír para mis adentros.

Charlotte siempre ha tenido esa habilidad para captar mi atención, incluso cuando no debería.

Sus ojos se cruzan con los míos, y sé que lo siente también: la tensión, el pasado no resuelto, las cosas que nunca dijimos.

Decide acercarse, como el cazador que acecha a su presa.

-Charlotte -mi voz es un susurro firme cuando llega a mi lado, mi presencia tan fría y calculada como siempre

-. Es un placer encontrarte aquí.

Ella levanta la vista, y su expresión cambia. Hay algo nuevo en su mirada, algo que me dice que no ha venido a jugar. Me gusta el desafío.

-Oh, pero mira, si es el mismísimo Senne Lombart -responde con una sonrisa que no llega a sus ojos-. Dichosos mis ojos por verte, guapo.

Ella se mueve con gracia, acercándose un poco más de lo que es apropiado.

Siento su perfume, y por un segundo, me dejo llevar por el recuerdo de todas las veces que quise tenerla solo para mí.

Pero no soy el mismo hombre de antes. Ahora, he logrado mi respeto y mi puesto en la organización. Y para eso, no puedo permitirme debilidades.

-¿Qué es lo que quieres, Charlotte? -mi tono es frío, cortante.

-Lo que siempre he querido, Senne -dice, sus palabras impregnadas de una seducción que antes me hubiera dominado. Pero esta vez, ella juega mi juego.

Me acerco, inclinándome hacia ella, pero mantengo mi distancia, porque sé que el control es lo que más la atrae, lo que más la frustra.

-Lo que siempre has querido no está a tu alcance -respondo, mi voz baja y cargada de significado.

Charlotte se ríe suavemente, un sonido que intenta desarmarme. Pero no funcionará.

Soy Senne Lombart, y aunque soy tres minutos menor que mi hermano Sebak, a diferencia de él, sí quiero ser digno representante de mi padre, Cyrill Lombart.

Sé que nunca podré ser el máximo líder, pues Yanka ya tiene ese puesto ganado por ser el primogénito, pero mi carácter y mi forma de ser son dignos de admirar.

Y aunque lo admito, Charlotte siempre fue mi debilidad y el motivo de mi distanciamiento con Sebak, pues ella se obsesionó con él, y aunque en el pasado le rogué a esta mujer por su amor, nunca dispuso un pedazo de su cariño para mí.

Pero cuando ella se inclina un poco más cerca, sus labios rozando mi oído, me doy cuenta de que esta vez nuestra batalla será más intensa.

Y aunque sé que no debería, siento una chispa de emoción ante la idea de que, por una vez, Charlotte y yo estemos jugando al mismo juego.

-¿Y si te equivocas? -susurra ella, dejando la pregunta colgada en el aire.

La miro, mi expresión es imperturbable. Fría. Calculadora. Sé lo que ella está intentando hacer.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora