Cap 83. Pero aún te Amo.

98 8 0
                                    

MAKARENA


Despierto con una agradable sorpresa: Lucien hizo pancakes para mí.

Gracias, mi amor. Están riquísimos —le digo mientras como.

Sabes que haré de todo por ti, mi vida —me dice Lucien.

Sé que no solo se refiere al desayuno, sino a la conversación de anoche, donde le pedí a mi Lucien poder compartir cama con Yanka.

En realidad, nunca esperé vivir una situación como la de ahora, y esto es algo, ¿cómo decirlo? “Invivible”.

Luego de mi desayuno, nos despedimos. Lucien tiene trabajo y yo clases en línea, además de que empezaré a tomar unas materias en esta universidad aquí en Bruselas, cortesía del gran amigo de mi abuelo, quien me ha ayudado a conseguir cupos en cada universidad que le pido.

El día pasa rápidamente y llega la noche, pero cuando cae la tarde, Lucien la pasa conmigo viendo un programa de televisión y dándonos cariños, nada sexual.

Son alrededor de las ocho de la noche, me estoy aseando en mi habitación, la que comparto con Lucien, cuando escucho que tocan la puerta.

La abro y me sorprende un poco ver quién es.

Vine por mi mujer —me dice Yanka, con un tono algo alegre.

La que pasará la noche conmigo —añade, y mientras lo dice, se acerca y me besa.

No estoy lista aún —le digo.

No te necesito lista, ya estoy aquí —responde y me carga como un costal de papas, llevándome a su habitación. Me baja despacio y con mucho cuidado en su cama.

Esperaba a Luci —le digo, mientras acaricia mi rostro.

Conejita, él no llegará temprano a su habitación; trabajará hasta tarde, lo conozco —me dice mientras me besa.

Sé que tiene razón, no debe de ser fácil para él saber que dormiré hoy con Yanka.

Se quita su camisa y puedo ver sus espectaculares abdominales, su pecho fornido y musculoso. Definitivamente me casé con unos dioses del Olimpo, puros Adonis.

—¿Qué hiciste hoy, Conejita? —me pregunta.

Mmm. Fui a la universidad de Bruselas, haré un curso y tomaré algunas clases —le digo.

—¿Sola? —pregunta alzando una ceja mientras va dándome besos por mi cuerpo y quitándome mi pequeña pijama de shorts y camisa de tiras sin brasier.

Pues sí, en tu moto. Pero Michelle se me pegó como garrapata. Ya sabes —le contesto inocente.

Mañana te presentaré a Julien. Es un hombre fiel, quiero que también sea tu escolta.

—¡¿Qué?! No. Definitivamente no —le contesto seria.

Mi Diosa, es por tu seguridad, por favor. Yo pude secuestrarte ese día, ¿te acuerdas? Y eso que tenías cuatro hombres. Ahora, solo con Michelle es muy poco. Eres mi esposa y la de los Hoffmann, corres peligro sola, sin protección —sigo negando.

No, no me gusta sentirme rodeada o seguida, además, solo soy esposa de Lucien. Leo y yo no somos nada, solo es mi cuñado —le aclaro.

—¿Así que solo tu cuñado? Mmmm —dice—. ¿Y te gusta follar cuñados? —me pregunta serio.

Esta es mi carta. Hago cara de maldad y le contesto:

Eso es otra cosa diferente, mis gustos exquisitos —digo sonriendo.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora