Cap 145. Vino Suizo.

69 12 1
                                    

MIKAEL MAISTER

Esta maldita guerra es una mierda, ni siquiera puedo disfrutar de mi pequeña.

Salgo rápidamente, el jet me espera con destino a Bruselas, donde han sido los ataques.

Mi teléfono suena y suena, es ella. Pero no quiero enfrentarla ahora. Después de unos minutos decido contestar.

—¿No ves que estoy ocupado? Si no te contesté, es por algo, Sabandija —le respondo de mala gana. Me enerva que se crea mi reina.

Te llamo para algo importante, no para darte una dulce despedida, idiota —aunque ella es dulce, como un limón.

Déjame salir, necesito comprar la pastilla, el anticonceptivo —dice, y de inmediato la amenazo; no quiero hijos.

Más te vale no embarazarte, sabandija, y no puedes salir. Arréglatelas de otra manera.

—¿Cómo? Da la orden y yo resuelvo. Tú fuiste el idiota que me folló sin condón, Mikael. Es tu culpa, consíguemela tú —me dice, y tiene razón. Siempre los uso, no medí las consecuencias.

Ok, te la envío luego —le digo.

Cuelgo e inicio el viaje.

Pasan alrededor de diez días, pero estoy que me lleva el diablo. No logro sacarla de mi cabeza: su cuerpo, sus labios, esos ojos... Emma es hermosa, pero Makarena tiene algo que te marca el alma.

Ese día la follé como quise y fuerte, y la mañana fue gloriosa, pero aún no he saciado mis ganas.

Podría ser una simple obsesión y mando a buscar a Emma. Cuando llega, intento follarla de manera parecida a como lo hice con Makarena, con menos barreras y más contacto físico, pero solo logro desencadenar casi un ataque y una asfixia horrible.

No puedo, Emma, vete —le digo serio, soltando mi camisa. Necesito respirar aire puro.

Pero amor, te puedo hacer un masaje o alguna terapia respiratoria...

Ya dije que no. ¡Vete! —le alzo la voz, y ella baja la cabeza y obedece. Eso me gusta de Emma, su obediencia y sumisión.

Pasan los días e hice el intento, pero nada. Maldición, Makarena, ¿Qué me hiciste? Tal vez en la hacienda, en la habitación sexual, pueda...

Los enfrentamientos han estado fuertes. Hoy se reunirán Yanka y Lucien en Alemania con el líder eslovaco.

Espero que podamos hacer acuerdos de paz y concertar territorios.

Vuelvo a casa. La seguridad de ella ha estado vulnerable, y soy su responsable directo.

Emma llega junto conmigo, pues quiero follarla en la habitación y dejar toda esta obsesión llamada Makarena atrás.

Pero cuando llego, logro verla. Me estaba esperando. Sin embargo, cuando ve a Emma, se levanta.

Mi hombre Lorenzo me informa.

La señora lo estaba esperando, pero no sé qué pasó y se levantó...

Gracias, Lorenzo —contesto. Yo sí sé. Sonrío, estás celosa, pequeña.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora