Cap 122. Ciennecita Alpina.

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(13 de Mayo)

MAKARENA


Conejita, feliz cumpleaños, te amo, te amo, te amo —me dice Yanka. Me besa y acaricia; hoy desperté abrazada de él y de León.

Anoche me amaron intensamente.

— ¿Estás segura? —me pregunta Yanka, dudoso—. ¿No quieres fiesta? —Niego, él achica los ojos y me vuelve a preguntar:

— ¿Segura? ¿En una discoteca? ¿Un DJ? ¿Cantantes? ¿Strippers? Ooo... ¿el show especial de la cumpleañera? —pregunta sonriente Yanka.

Suelto una gran carcajada.

— ¡Jajaja! No puedes negarlo, bailo bien. —le digo riendo. Él me besa.

Yo diría más bien que te mueves bien. —hace un gesto con su cara y ambos nos reímos.

O muy felices —dice Sebak mientras me besa—. Feliz cumpleaños, amor —lo abrazo.

Discutimos que este año no tendremos show especial de la cumpleañera —dice Yanka, sonriente.

Ay no, y lo mucho que nos encantó; esa era mi parte favorita —añade Sebak, haciendo caras, y seguimos riendo.

Definitivamente, mis guapos dioses griegos y esposos han cambiado mucho, aunque yo también; me he vuelto más madura, bueno, solo un poco.

Hoy no quiero fiestas. Mi Ciennecita Alpina está muy chiquita.

Sí, la he nombrado así, no quiero que su nombre me recuerde a Luci, aunque sé que León lo hizo por esa razón.

Pero como la fabriqué en los majestuosos Alpes Suizos, la he rebautizado.

Todos mis cuatro esposos me sorprendieron con regalos, incluyendo un bello collar de oro con un trenzado diferente y una perla en el medio. Me pareció lindo. Lo usaré.

Ya es de noche y la casa está llena de flores, rosas y demás. Tengo dos nanas, además de Victoria, que está encantada con mi Ciennecita. La dejo a cargo de Céline, una mujer algo mayor, experta en cuidado de niños.

De repente, me sorprende Senne.

Ven, amor, es un regalo —me da una tarjeta de pistas con una rosa.

«1. Ve a nuestra habitación y ponte el regalo.»

Lo hago y efectivamente hay un lindo vestido negro corto con escote. Recuperé mi figura rapidísimo e incluso estoy más hermosa; mis pechos son más grandes. Y hay otra nota:

«2. Camina hasta la sala en la mesa.»

Me visto, me arreglo y recibo la segunda nota con otra rosa.

«3. Sabemos que no querías fiesta, pero tus esposos no pueden olvidarse de tus gustos... sala de descanso de León

Es la sala donde vemos televisión León y yo, o a veces con Senne. Están en silencio. Pero cuando abro, me sorprende ver que la sala de televisión se ha transformado en una discoteca improvisada.

Luces de colores parpadean por todas partes, y la música suena a todo volumen. Mis cuatro esposos están allí, con sonrisas traviesas, organizándose para hacerme un show especial.

— ¡Feliz cumpleaños, Risitos! —grita León, y los demás aplauden mientras se acercan.

— ¡Sorpresa, Conejita! —dice Yanka, empezando a moverse al ritmo de la música, mostrando un poco de piel. Llevan puestos trajes diferentes y especiales de...

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora