Cap 132. Pequeña Sabandija.

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MAKARENA

Estoy en la piscina. Hoy mis guapos esposos decidieron consentirme y estamos todos, claro, mañana se marchan y yo deberé empezar con mi "conquista".

Esta tarde llegará Mika. Ya llevo dos semanas de recuperación, y Sebak me ha dado un intensivo de terapias.

Ya camino sin silla, tolero el dolor y no me duele respirar.

Mi Risitos, ¿por qué tan triste? —me dice León al verme pensativa.

Lo miro y le contesto:

La extraño, quiero estar con ella. ¿Podrían traerla? —Lo digo en voz alta para todos.

Pero Senne niega y contesta:

Amor, apenas iniciará este conflicto, es mejor mantener a nuestra princesita en lo clandestino. Ella está mejor con Viky.

Tienes razón —contesto—. Los extrañaré a ustedes...

Las horas pasan en la piscina y ya he podido tener sexo con ellos, aunque son muy delicados.

Hoy hay una cena y deberé empezar mi plan, supuestamente, pero en realidad nunca acepté. «Esto es una mierda», conquistar a Mika como si yo fuese una zorra barata contratada; mis suegros se pasan, son unos malditos.

No soy estúpida, estudio psicología y los he estudiado. “Fueron esos viejos, craquecos”, los de la ideita.

Mi pierna está sanando muy bien. Luco un hermoso vestido, ya mis raspones sanaron y parezco un ángel caído. Este vestido es blanco y sexy, pero como estoy aporreada, parezco un ángel caído y raspado.

Cuando entro al comedor, voy del brazo de Yanka.

Yanka es muy sobreprotector, está al pendiente de mí, aunque es feroz en el sexo y desea estar a cada rato conmigo.

Cuando entro, ya está Mikael y su perfecta novia. Todos voltean a verme. Les sonrío a mis esposos, y ellos se levantan; uno a uno me saludan y besan. Me dirijo a sentarme entre Sebak y León, pero me sorprende cuando Mikael se levanta.

Pequeña, es un gusto ver tu mejoría. Pensé que te me morías —dice Mika, me abraza y me da un beso muy apasionado en la mejilla.

Noto que su perfecta nos ve con la boca abierta.

Mikael, amorcito, creía que te molestaban los besos —le reclama ella, pero Mikael prácticamente la ignora.

Por favor, Emma, es mi invitada —contesta él. Noto la sonrisa de mis esposos.

Gracias, Mika, ya ves... —interrumpo contestando y procedo a sentarme. La cena se da tranquila y entretenida, hablamos de mi Siennecita Alpina y sus costumbres.

Noto que Emma me ve con fastidio, pero sonrío y sigo en lo mío.

Efectivamente noto cómo Mikael me ve, no es disimulado con mis esposos. Tanto que a Yanka le molesta.

Es hermosa mi esposa, ¿cierto, Mikael? —le dice Yanka, y yo me atoro. Esto será una mierda, no soy de temer, pero esto no me gusta. No saldrá bien.
Esto no está bien. No quiero.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora