Cap 25. Los socios.

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SEBAK

Hermano, qué alegría que estés bien. Bienvenido —le digo a Senne, quien ha despertado hoy después de casi dos meses y medio.

Me encargué del negocio junto con Yanka, y he estado tan ocupado en este mundo que no he podido llamarla.

Aunque también evito hacerlo porque ella pregunta mucho y es muy ansiosa. Makarena siempre ha sido controladora, y ahora que no sabe nada de mí, se desespera.

Sebak, ¿cuándo volviste? —pregunta Senne. Sé que él y yo no tenemos la mejor relación del mundo, pero esto que pasó me hizo recapacitar. Voy a hacer lo posible por recuperar y reparar la relación de mi hermano con Senne.

Hace casi tres meses —contesto. Este sonríe con malicia.

No te gusta el caldo y te dan dos platos. ¿Estás llevando mis negocios? —pregunta, y ambos reímos.

Luego de estar con Senne, vuelvo a casa. Yanka me necesita por un asunto.

Hay que estar muy atentos, Sebak. Le hicieron un atentado a Lucían Hoffmann en Nueva York. Según me contó León, lo salvó una chica —me dice Yanka, mientras yo permanezco callado.

—¿Está muy grave? Que envíen flores o fruta —pregunto frío y odioso. Trabajar en esta mierda saca lo peor de mí.

No seas idiota, Sebak. Está bien, recuperándose. La mujer que lo ayudó le sacó la bala —se queda callado, toma un poco de licor, lo saborea y vuelve a hablar—. Si quieres más detalles, pregúntale tú mismo a Lucían o a León —dice.

Y puede ser esta noche. Nos reuniremos por este asunto. Hay que encontrar quién quiere hacernos daño. Primero Senne y ahora Lucían —Yanka se ha convertido en un ser muy serio, amargado y frío. Claro que yo soy igual.

—¿Y tú asistirás? —pregunto. Este asiente y me contesta.

Estará Mika Meister —dice. Yo volteo a verlo.

—¿El suizo? Guao, esto está feo entonces. No es tu santo de devoción, Yanka.

Exactamente, Sebak. Esa es mi molestia, pero los patriarcas, específicamente Cyrrill Lombart, lo están solicitando —me dice.

—¡Ese quesito es insoportable! —dice—. Pero aunque soy el líder y máximo representante, debemos obedecer a papá.

Estoy perfectamente vestido con un traje italiano, muy elegante. Camino por los pasillos del club. Esta reunión es muy importante y nos hemos reunido una gran cantidad de socios y representantes de este mundo.

El club en Bélgica es famoso por sus extravagancias. Al llegar, el ambiente es una mezcla de luces tenues y música electrónica. El aire está cargado con una mezcla de perfumes caros y, por supuesto, el olor inconfundible de la adrenalina y la intriga.

Al entrar, noto a los hermanos Hoffmann, Lucien y León, conversando con Yanka. 

Lucien aún luce un poco pálido, pero está de pie y parece enérgico. Mujeres en trajes reveladores circulan con bandejas de cócteles y, en algunos rincones, se ven pequeñas montañas de polvo blanco que nadie se molesta en esconder.

—¡Sebak! —me saluda León al verme—. Justo a tiempo para la fiesta.

Más bien para la reunión —respondo, aunque no puedo evitar sonreír.

Nos reunimos en una esquina del club, lejos del bullicio principal, pero aún rodeados por la energía del lugar.

Unos minutos más tarde Mika Meister, con su habitual aparición con su  mirada fría, se inclina hacia adelante.

— señores. Gusto de saludarlos y se encuentren bien. — dice, toma asuento en un mueble solo y cruza su pierna.

Mika Maister es un hombre, frío, perfeccionista y muy habilidoso, es el mas mayor de nosotros, heredó su legado hace varios años y ha sabido mantenerlo, hacer negocios con Mikael Maister es asegurar su triunfo. 

—Estamos aquí por un motivo serio —dice Mika—. Necesitamos discutir la seguridad de nuestras rutas y encontrar a los enemigos responsables de los ataques.

Antes de que pudiera responder, una mujer extremadamente maquillada se acerca y se sienta en mi regazo.

Hola, guapo. ¿Te gustaría un poco de diversión antes de hablar de cosas aburridas? —pregunta, mientras mete una mano en mi bolsillo para sacar un billete.

Perdona, cariño, pero  hacemos  negocios.   —le digo, retirando su mano con suavidad. León no puede contener la risa.

—¡Sebak, siempre tan quisquilloso! —bromea.

Lucien, con una sonrisa torcida, se inclina hacia mí—. Ella probablemente te sacaría hasta la cartera sin que te des cuenta.

Para eso ya tengo a Senne —respondo, haciendo que todos estallen en carcajadas.

Yanka, serio como siempre, interrumpe—. señores por favor; tenemos que mantenernos concentrados. Sabemos que alguien dentro de nuestro círculo está pasando información. —

Mika Meister, sin perder su aire de superioridad, añade—. Y deberíamos empezar por los nuevos socios, ¿verdad, Yanka?

Yanka lo mira con frialdad—. Claro, Mika. Porque tú, siendo tan "confiable", eres el menos sospechoso aquí.

Vamos, señores , no discutamos; Al menos no en público, sabemos que nuestras  familias, son leales. —dice León, intentando aliviar la tensión.

Él y Lucien siempre han sido un equipo sólido, trabajando juntos con una sincronía que muchos envidian.

Sí, mejor dejemos las discusiones para luego. —respondo, sonriendo para romper la tensión. Todos brindamos, aunque Yanka apenas moja sus labios en el licor.

Debemos mantenernos alerta —dice Yanka—. Esta noche, observaremos y tomaremos notas. A nadie se le pasa un detalle.

Excepto tal vez qué color de ojos tienen las chicas —añade Lucien, guiñando un ojo a una morena que pasa cerca. Todos ríen de nuevo, incluso Mika.

A pesar de la rivalidad evidente entre Yanka y Mika, la noche y la reunión transcurren tranquilas. Sé que papá tiene razón; hay que hallar la manera de unir a las tres familias. Solo así aseguramos que ninguna familia nos traicione.

Lo mejor en estos casos es un matrimonio. El problema es que no hay mujeres disponibles, a excepción de la hermana mayor de los Hoffmann, quien ya se casó y tiene hijos con un magnate americano.

Yanka, ¿qué te parece si esta vez dejamos que Mika nos sorprenda con alguna brillante idea? —dice León, con un toque de burla.

Oh, claro. Estoy seguro de que el suizo tiene muchas "brillantes" ideas —responde Yanka, no sin cierta ironía.

La reunión continúa, entre tragos y risas, pero la tensión subyacente nunca desaparece. Sabemos que los enemigos están cerca, pero por ahora, en medio del caos del club, nos permitimos un momento de camaradería.

Luego de acabar, la reunión voy a casa, miro la hora. Es aún temprano en California, tomo el teléfono y marco, pero utilizo un teléfono irastreable.

Hola . — responde.  Yo no le digo nada, no quiero escuchar sus reproches y preguntas, aún no sé cómo haré para traer a mi mujer.

Hola, el mudo  quien hable. — dice ya enojada, típico de ella. — Si no va hablar para que marcan imbéciles, — cuelga enojada. Yo pego su teléfono en mi oído y suspiro.

« Te amo mi Odiosa Tontilla. » pienso, dejo el teléfono aún lado y aún nesecito tiempo, luego iré a buscarte preciosa.

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SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora