Cap 101. Nuestro Refugio.

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YANKA LOMBART


«¿Esposa? ¿En serio, Lucien? ¡No me hacen sentir como su esposa, sino como su prisionera!»

«Si tanto les importa lo que los demás piensen, entonces tal vez deberían preocuparse menos por cómo me comporto y más por cómo me tratan

«¡Ni siquiera puedo tener un maldito cumpleaños en paz sin que todo se vuelva una escena!»

«¡Yo no soy su enemiga! Todo lo que quería era disfrutar de mi cumpleaños sin sentir que me están controlando. ¡Me siento atrapada!»

—¡Basta, Makarena! —.

«¿Sabes qué? ¡A la mierda todo esto! No voy a quedarme aquí para que me sigan gritando. ¡Me largo!»

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Mierda! Carajo. Estrellé mi trago contra la pared.

Llevamos toda la noche sin saber nada de ella. Estoy con Lucien, quien está tan desesperado como yo.

No debí gritarle. Soy un imbécil —digo, y Lucien solo me mira.

—¿Crees que está enojada y oculta, o se la llevaron? ¡Maldición, qué impotencia! —grito.

Cálmate, Yanka. León está investigando, me estás desesperando. Pero si está oculta o de fiesta, ahora sí se ha ganado un buen castigo —dice Lucien, con la mandíbula tensa.

Revisamos varias cámaras y la buscamos con sus amigos, pero nada. No hay rastro.

Ahora ha vuelto Mikael y nos está ayudando a buscarla. Lleva toda la noche con nosotros.

Fue a su hotel, se cambió y volvió. Nadie ha dormido, ni mis hombres ni Senne han descansado.

León es un gran experto en rastreo y operaciones especiales. Está al frente, junto con Senne y Sebak, creo. Aunque en realidad no los he visto.

Ya está amaneciendo nuevamente, casi son las cinco de la mañana, y seguimos buscando.

Llega León corriendo, agitado.

Lucien, Yanka, hay una grabación —dice León, visiblemente alterado.

Voy hacia él. —Carajo, habla, estoy desesperado. Mi conejita no aparece —prácticamente le grito.

—¡Sebak se la llevó! —nos dice.

Están en la grabación, a dos cuadras de la discoteca. Ella salió caminando sola y Sebak y sus hombres la interceptaron —dice León, mostrando los videos donde la carga al hombro y se la lleva.

Pensé que Sebak estaba contigo buscándola —digo, confuso.

Nosotros también lo pensamos —responde Senne, entrando en la sala donde también está Mikael.

Bueno, por lo menos está bien. Espero que Sebak no le haga daño —dice Lucien, ya más tranquilo.

Bueno, señores, yo me retiro a mi país. Espero que puedan arreglar sus diferencias con su ¡pequeña sabandija...! perdón, con su esposa —dice Mikael antes de irse.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora