SOY MAKARENA GALLEGO. « La Reina ».

Cap 114. Lindo conejito.

SEBAK LOMBARD

Salgo de inmediato en mi motocicleta. La alegría recorre mi cuerpo, ¿será esto posible? ¿Será que la vida me está regalando un poco de felicidad con esta noticia?

Estoy tan feliz que salto en un solo pie.

Salgo a gran velocidad en busca de una farmacia. Compro cinco pruebas de embarazo de diferentes marcas, las meto en mi chaqueta y, como un rayo, me devuelvo a casa.

Si mis cuentas son exactas, y ella menstruó del 14 al 16 de mayo, su ovulación fue el 28 de mayo. Sonrío, sé que su fecundación pudo haber sido en los cinco días siguientes, pero estuve con ella todos esos días, excepto el último, que según entendí, fue con el idiota de Senne.

No lo pensaré más, estoy seguro: este bebé es mío. (Sonrío) Sí, sí... seré papá.

Regreso y ella está sentada con León, en sus piernas. Este idiota la reclamó, e incluso tiene su anillo de compromiso en su mano. Nos citó a Yanka y a mí para informarnos.

León es muy posesivo y prácticamente nos reafirmó que Makarena Gallego también es suya, y que de ahora en adelante dormiría con ella, como también lo hacemos todos.

Solo que Lucien y él duermen con ella más días. El maldito la tiene más tiempo.

No puedo hacerle la prueba porque León está con ella, y este idiota no dejará que la aparte. Voy a mi habitación y dejo las pruebas allí.

Cuando llega la noche, tocan la puerta. Maldita sea, no he podido acercarme a ella; ahora están Lucien, León y Yanka, todos con ella, y no podré hablarle.

Toc, toc, toc.

Abro, y es Senne.
—¿Qué quieres, idiota? —le espeto. Él entra y se sienta en el mueble junto a mi cama.

—Mañana hablaré con todos. Mi princesita no quiere, pero asumiré las consecuencias. —me dice, mirándome serio—. Quiero tu apoyo, la Amo, Sebak. La compartiremos —añade, mientras se queda mirando el mueble, se levanta lentamente, camina hacia él y toma las pruebas.

—¿Qué es esto? —las mira y me ve, sonríe.

—Seré papá. Mi princesita está... —sonríe como idiota. Lo peor es que yo también sonrío y asiento.

—No es seguro, no se las ha hecho aún —le digo, pero el idiota ya está sacando cuentas.

—¿Sabes cuándo fue su último periodo? —asiento, alardeando feliz.

—Ni lo intentes, ya saqué las cuentas, y si hay un padre, soy yo —le contesto.

—La tuve todo el tiempo de fecundación, amándola y llenándola de mi semilla —le digo—. Solo el último día de fecundación no estuvimos juntos —añado, y al idiota de mi copia se le dibuja una sonrisa.

—Yo estuve con ella ese día, cuando llegó a la hacienda. Además, no te preocupes, hermanito; si son tuyos o míos, no lo sabremos con certeza —Senne sonríe con arrogancia—. Compartimos el mismo ADN, y seremos los dos los padres, genéticamente hablando.

—Auhss —tiene razón el idiota. En ningún examen de ADN sabremos quién es el padre, somos gemelos idénticos.

—Puedes estar tranquilo, te apoyaré mañana en la reunión. No le digas nada a Makarena de que te enteraste de que seremos padres —Senne me abraza y sale.

Es un nuevo día y no pude verla. Anoche, Yanka la abordó y no la ha dejado sola. Lo peor es que tengo que salir de viaje, aunque solo serán unas horas. Volveré por la noche para la reunión de Senne.

Dejo las pruebas en mi habitación y salgo. Debo ir a Suiza y reunirme con Mikael. Lo bueno es que es cerca, y en menos de una hora ya estaré allá...

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🅼🅰🅺🅰🆁🅴🅽🅰

Solo espero que Sebak no se ponga sapo y le cuente a alguien por presumir, pero creo qué si, estoy embarazada, él es el padre... o bueno, tiene un 80% de probabilidad de serlo.

¡Ay, que no sea! No estoy preparada para ser madre aún. ¿Qué haré? Y para colmo, con lo de Senne, estoy muriendo de los nervios.

Cuando Sebak se va, llega Senne con mis dulces. Últimamente quiero muchos. Luego llegó León y me cargó en sus piernas. Es sorprendente la personalidad de mis mellizos: Luci es tan dulce y tierno, me entiende y me consiente.

En cambio, León es tan posesivo y estricto, aunque últimamente está muy meloso conmigo.

Me da de su helado en la boca con besos y todo. Cuando llegan Luci y Yanka, sé que esta noche es de Yanka. Estoy tratando de compartir con todos y darles mi amor.

La serie acaba y hago una pregunta tonta, o quizá no tanto, porque estoy un poco nerviosa con ese tema.

— ¿Qué pasaría si estuviera embarazada? — Todos, absolutamente todos, voltean a verme.

León, que es quien me carga, de inmediato mira mi vientre y pregunta:

— Mi Risitos, ¿estás embarazada? — Lucien calla al igual que Yanka. Suelto una carcajada nerviosa y disimulo.

— Jajaja, ¡miren sus caras! Jajaja, es broma — digo riendo, pero por dentro estoy muriendo.

— ¿Es broma, mi conejita? A mí me encantaría ver crecer tu vientre con nuestros hijos, preciosa — dice Yanka.

— A ver, Risitos — León levanta mi blusa y mira mi estómago mientras da besos en mi barriga. — Estás aquí, nuestro osito — Prácticamente le grita a mi barriga y todos ríen. Miro la reacción de Luci, es el más serio, pero al notar que lo miro, viene y me da un beso.

Despierto abrazada con Yanka. Lo vi muy feliz anoche, aunque no se atrevió a preguntar y espero que no lo haga.

— Buenos días, conejito — Le doy besos en su cuerpo y en su espalda, donde tiene tatuado mi nombre.

Yanka ríe, y como si ya lo imaginara, pregunta:

— ¿Cuántos días de retraso tienes? — me pregunta serio.

Yo lo miro igual. Ya no puedo mentir, mis ojos se llenan de lágrimas y contesto a punto de llorar:

— Veintitrés — digo, llorando, y lo peor es ver el brillo en sus ojos y la maldita sonrisa.

— ¿Ya te hiciste una prueba? — Niego, llorando, y no lo aguanto más, lloro. Yanka me abraza y me consuela como si fuera una niña chiquita.

— Tranquila, mi amor, no te asustes. Esto es una bendición. Les darás alegría a todos al saberlo. Nos darás el honor de ser padres — dice, y yo aún lloro.

— Esta tarde iremos al médico, yo me encargo de la cita, mi hermosa conejita.

— Ahora vamos a buscar desayuno para este lindo conejito que se coló y tiene llorando a mami.

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