Capítulo: 145. El despertar. (Parte 2).

212 29 25
                                    

Pdv: Rozemyne. La pesadilla.

Temprano en la mañana. Cuando aún mis asistentes no venían a levantarme, yo aproveché para ir a ver y comprobar que Cattleya estaba bien, y si tal vez había despertado durante la noche. Entonces me bajé de la cama con rapidez y silenciosamente, para que no me descubrieran mis asistentes. Caminé rápido hasta la habitación oculta.

Abrí la puerta y entré a hurtadillas, para no despertar a la hermana Heidemarie, quien se había quedado dormida, cuidando a mi hermanita. Me acerqué a la tina con jureve para verla, pero ella ya no estaba allí.

El pánico inundó mi mente, y mi corazón se llenó de pavor. Cuando me asomé y miré mejor en la tina, lo único que había en el fondo, sumergida en la jureve, era una piedra mágica. Yo horrorizada metí mi mano en la jureve para tomar la piedra mágica. Y al tomarla en mis manos lo supe…….. yo sabía que era de Cattleya, que era todo lo que había quedado de ella. Caí de rodillas sin poder sostenerme en pie, acunando en mi pecho la piedra mágica de mi hermanita. Por el inmenso dolor que estaba sintiendo, y en mi completa desesperación, comencé a gritar…..

“¡¡¡Nooooo!!! ¡¡¡Cattleya, regresa!!”. Yo grité entre sollozos, y sentía que mi maná se salía desbocado de la caja, donde había estado guardado.

“¡Lady Rozemyne! ¡Tranquilícese solo fue un mal sueño! ¡Su maná se está filtrando, debe controlarlo!”. Trataron de despertarme y tranquilizarme mis asistentes femeninas, junto con Brigitte quien estaba de guardia. Yo había estado llorando en mi sueño, por lo que al despertar también estaba llorando y llamando a mi hermanita a gritos. Al ser consiente de que había sido una pesadilla, yo sentí una sensación momentánea de alivio. ‘Cattleya no estaba muerta, solo fue una pesadilla’.

Pero como su lugar a mi lado estaba vacío, yo recordé que Cattleya, aún estaba en la jureve. ‘Y si ella ya no está allí, como en mi pesadilla?. Y si solo encuentro su piedra mágica?’. El miedo me segó, tenía que verla, tenía que comprobar que Cattleya estaba bien. Pude sentir como mi maná se hinchaba y desbocaba, en una tormenta de emociones.

Vi como mis asistentes se apartaron de mi y se agarraban el pecho, cayendo de rodillas. Las estaba aplastando, no era mi intención hacerles daño. Por eso yo, rápidamente me bajé de la cama a toda prisa y prácticamente corrí a mi habitación oculta. En mi mente sólo tenía un objetivo llegar a Cattleya y comprobar que estaba viva.

“¡Damuel, envía un ordonnanz a Lord Ferdinand, de inmediato!”. Oí gritar una orden a Brigitte, justo antes de entrar a mi habitación oculta. Dentro solo estaba la hermana mayor Heidemarie, quien estaba parada junto a la tina con jureve. Cuando entré me miró con los ojos muy abiertos e hizo una mueca de dolor. Pero yo la ignoré en mi camino a la tina con jureve. Cuando miré dentro Cattleya seguía allí profundamente dormida.

Sentí un inmenso alivio y dolor a partes iguales. “¡¡¡Aaaaaah!!!”. Lloré con un grito ahogado. ‘Ella estaba viva…… Solo fue una pesadilla….. no es una piedra mágica……..’.

Me dije a mí misma, para tranquilizarme. Mientras me acercaba a la tina con mi hermanita dentro. Ya era muy tarde en la noche, yo había pasado todo un día sin Cattleya. ‘¿Cómo voy a dormir, si las pesadillas me atormentan?. ¿Cómo se supone que voy a seguir adelante, sin mi hermanita?’.

“¡¡¡Cattleya despierta!!!”. Yo grité. “¡¡¡Lo prometiste, dijiste que no me dejarías sola!!!”. Sabía que estaba siendo tonta y egoísta. Pero yo la quería devuelta desesperadamente.

“¡Lady Rozemyne! ¡Tranquilícese, su maná. Dañará a lady Cattleya si no se contiene!”. Cuando oí esta advertencia de la hermana Heidemarie, yo retrocedí apartándome de la tina con jureve. No quería hacer daño a mi hermanita, solo quería que despertara. Por lo que controlé mi agitado maná, regresándolo a su caja, luego respiré profundamente y tomé una decisión.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora