Capítulo: 123. La horquilla de Ferdinand.

241 37 17
                                    


Pdv: Ferdinand.

La cena con Sylvester fue un completo desastre, un verdadero alboroto. ‘¿Cómo es posible que ese par de Shumil alborotadores, se las arreglen para causar problemas sin siquiera estar presentes?. El par de sinvergüenzas usaron a Justus una vez más, para hacer una travesura sin mi permiso’. Pensaba todo esto, mientras veía a lady Holenna sacando del comedor a su hija en completo pánico. Tratando de cubrir el rostro de su hija, para que nadie lo viera en ése estado. Todo mientras les daba instrucciones a sus séquitos, para que las rodearan y cubrieran en su apresurado camino de regreso a los aposentos de lady Galadrihel.

Las tontas no se dan cuenta de que con este tipo de travesura, podrían causar un conflicto entre ducados?. Lady Galadrihel perfectamente podría acusarnos, por esta extraña situación, como un ataque o un intento de envenenamiento. Aunque ya hayan comprobado que no hay tal envenenamiento.

“Pero madre, yo quiero estar con mi amado Sylvester”. Se quejó la dama mientras su madre junto a sus séquitos la sacaban arrastras del comedor. ‘Vaya espectáculo’. “¡Lo siento mi encantador prometido, debo irme por ahora.......!”. Esto fue lo último que logró decir la dama de Dunkelfelger, antes de salir del comedor. ‘Debo asumir que mis astutas y traviesas Diosas, sabían que no habrían repercusiones de parte de Dunkelfelger por esta travesura’.

No puedo creer lo estúpido de esta situación……… mis pequeñas Diosas le acaban de destrozar el rostro, y ella solo está preocupada de que no podrá estar cerca de Sylvester. ‘Esa poción es realmente peligrosa……… Mmm….. No, creo que las peligrosas aquí son mis vengativas Diosas’. Debí saber que para ellas, con la “poción de Bluanfah”, no sería suficiente castigo para la dama de Dunkelfelger………

Pero esta travesura tiene el nombre de Cattleya en ella, éste debe ser un nuevo hechizo que le ha enseñado a Justus, para vengarse de lady Galadrihel. Y como siempre Justus, la apoya en todas sus locuras, travesuras y tonterías, mi excéntrico erudito jamás le diría que no. Al igual que Rozemyne, a pesar de que es la más sensata de mis dos Diosas, ésta vez no le diría que no a su traviesa gemela, ya que la dama de Dunkelfelger las fastidió e hizo enojar a las dos. ‘Solo espero que tengan una muy buena excusa, para no haberme informado de esta nueva travesura con anterioridad. Y esta vez no se salvarán del castigo’. Esto pensaba, mientras frotaba mis sienes por el creciente dolor de cabeza, que me estaban dando mis pequeñas Diosas.

“Florencia, yo………. No se que fue lo que me sucedió……..”. Dijo Sylvester con la mirada nublada por el miedo y la confusión. Queriendo explicar su desvergonzado comportamiento con lady Galadrihel, pero no pudo encontrar las palabras. ‘No se que expresión era más idiota, si la que tenía bajo los efectos de la poción o la que está haciendo justo en éste momento’. La mirada suplicante y la expresión de vergüenza y culpa definitivamente no era digna de Aub Ehrenfest. ‘Esa mirada suplicante es linda en mis pequeñas Diosas. Pero en el idiota de Sylvester era simplemente patético’.

Pude ver la sonrisa tranquila en el rostro de Florencia, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos, los cuales tenían una mirada fría y dura en sus ojos añiles, mientras miraba en completo silencio a Sylvester. ‘Por alguna razón, en éste momento empaticé un poco con Sylvester. No me gustaría ganarme esa mirada de mis Diosas’.

Como sea, en estas circunstancias, no creo que Sylvester quiera hablar conmigo, estoy seguro que en éste momento lo único que tiene en su cabeza, es disculparse con Florencia por su actitud desvergonzada con lady Galadrihel. Por lo que será mejor retirarme a mi mansión, para recibir el reporte de Justus, y espero un reporte completo de los planes que elaboró con el par de Shumil traviesos y problemáticos.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora