Capítulo 5: <Al borde de la muerte>

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Los gritos de sus compañeros la estaban torturando, sobre todo cuando los vio caer uno por uno. El asesino iba vestido de negro y parecía llevar una máscara de Vendetta cubriendo su rostro. Avanzó, ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de la rubia detrás de él, sus pasos se aproximaban hacia las estanterías para ver si había alguien más escondido, poco a poco se iba alejando de Brie. La chica pensó que si se quedaba allí por más tiempo, la acabaría descubriendo y asesinando igual que al resto. Por ese motivo, se dispuso a salir despacio de su escondite sin hacer ruido. A pesar del miedo que se mezclaba con los nervios, logró salir de la biblioteca sin que el asesino se percatara. Ahora sólo necesitaba salir de allí para ir a casa. El problema, era que no sólo había un asesino en ese edificio, sino un grupo minoritario pero bien armado. Recorrió varios pasillos, de pronto, otro disparo justo en el aula que tenía a su derecha. Deseó que todo estuviera siendo un sueño o mejor dicho, una pesadilla de la que poder despertar, pero aquello era tan real como la vida misma. Las escaleras estaban despejadas, así que, las bajó a toda velocidad con cuidado de no resbalar.

Volvió a recorrer pasillos pasando justo al lado del baño, pero entonces, vio unos cuatro chicos vestidos de negro con la misma máscara que el anterior, se aproximaban hacia donde ella estaba. No tuvo más remedio que retroceder y esconderse en los baños con la esperanza de que no la hubieran visto a punto de cruzar la zona en la que ellos estaban. Paul había visto a Brie esconderse desesperada en el baño, pues había salido del aula para ir en su búsqueda tras escuchar el primer disparo. Al lado, él tenía la zona de ordenadores donde, con cuidado, se metió dentro de un armario no muy espacioso. Mientras tanto, Brie se había subido a la tapa de uno de los baños y cerró la puerta con cerrojo, rezando por primera vez en su vida, deseando que saliera viva de aquel infierno. Sus ojos se habían cerrado con fuerza, su mente pensaba en toda su familia, en sus amigos como si ya no los fuera a ver nunca en la vida. De pronto, su pie sufrió unos terribles pinchazos debido a la postura en la que se hallaba sobre la tapa. Tuvo el instinto de intentar incorporarse, pero su pie resbaló haciendo demasiado ruido. La mini banda se detuvo al escuchar el ruido, los cuatro quisieron entrar, pero uno de ellos se negó, ofreciéndose voluntario a hacerlo él mientras dio la orden a sus colegas de que verificaran que nadie había llamado a la policía. Los tres restantes así lo hicieron, marchando hacia otras aulas para controlarlas hasta que les diera la gana. Pasaron por el aula donde Paul estaba escondido, pero vieron que estaba vacía y eso no les interesaba demasiado. Brie seguía en el baño, incluso dejó de parpadear tras haberse quedado en shock con su torpeza. Comenzó a escuchar pasos que se aproximaban hacia el último de los baños donde ella estaba de rodillas. Escuchó como cada puerta se iba abriendo, después la carga de lo que parecía ser una escopeta de nuevo, ahora sí supo que le había llegado la hora de morir. La silueta se colocó justo frente a la puerta cerrada, atisbando con horror la sombra que podía penetrar por debajo de ésta. Todo se pausó hasta que aquel asesino dio un par de toques. Brie dejó escapar un leve sollozo que ya no podía seguir conteniendo y, aquel, volvió a tocar la puerta esta vez más fuerte. Evidentemente se negaba a abrir, su miedo psicológico subió de grado cuando los toques a la puerta no dejaban de sonar muy fuertes, ella se llevó las manos a los oídos comenzando a gritar con los ojos cerrados, la frente sudada y los lagrimales encharcados de sus propias lágrimas. Ahora comenzaron las patadas, los primeros tornillos ya se habían caído al suelo, no tardaría demasiado en derribarla. Unos minutos después, ésta cayó al suelo rota en mil pedazos, lastimándole un codo a Brie tras haberla rozado. La chica abrió los ojos, viendo frente a ella a otra máscara de Vendetta puesta sobre un rostro que, seguramente desconocería, un cuerpo masculino vestido de negro y una escopeta sobre dos manos ya cargada. Se oyó una carcajada, el dolor de Brie le resultaba divertido, aquel chico se metió más al fondo del aseo, pasando el dedo índice sobre las mejillas mojadas de la chica, la cual estaba al límite de caer desmayada al suelo. Suplicó que se le perdonara la vida, pero eso sólo hizo reír más al enmascarado, que ya había erguido el arma sobre sus manos apuntando a Brie. Sintió que la vida se le apagaba ya, así que sólo supo susurrar mirando el orificio por el que saldría el cartucho: "Os quiero". A escasos segundos de apretar el gatillo, el asesino recibió un fuerte golpe en la cabeza, pero eso no impidió que el arma se disparara, aunque por suerte, sí se desvió reventando la cisterna; unas enormes gotas de agua saltaron salpicando sobre Brie empapándola entera. Las manos de Brie tapaban su rostro, había perdido el interés de seguir mirando al frente, pero la voz de Paul la logró tranquilizar un poco. Le debía la vida. Él, la agarró de la mano sacándola fuera de allí, en seguida la abrazó al ver que había llegado a tiempo.

—Me iba a matar... —Dijo Brie en una especie de shock con los ojos abiertos y con la mirada perdida—.

Él, la tomó por la cara con ambas manos, su estado también era desesperante y tuvo un par de ocasiones en las que por casi perdió la cordura, pero logró estabilizarse para estabilizar a su compañera, y eso era digno de admirar.

—Mírame por favor, no debemos rendirnos, ahora no... —le dijo Paul—.

Brie logró recuperar la mirada perdida y le asintió deprisa mirándole a los ojos. Seguidamente, Paul cerró todas las puertas del baño para poner en marcha su plan.

—Tengo una idea, pero necesito que colabores, ¿de acuerdo?.

Ella volvió a asentir y Paul se aproximó hacia elcuerpo inconsciente del asesino. Se detuvo unos segundos antes de quitarle lamáscara: aquel chico no pertenecía a la Universidad, posiblemente un grupo deaficionados decidieron ponerse de acuerdo en disfrazarse para iniciar untiroteo que ya se había llevado varias vidas por delante. 

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