En menos de cinco minutos, todo era un revuelo en el patio de recreación; la fila horizontal de los nuevos reos ya se encontraba formada y sólo quedaba un hueco que rellenar en ella. Ray volvió a tirar de la correa y dirigió los pasos de Brie a la fila donde la arrodilló junto a los demás mientras se encargaba de liberar el cuello de su presa para, posteriormente, acariciar la carne magullada como si estuviera arrepentido de haberla herido. Un teatro sarcástico con el que a Ray le encantaba jugar todos los días cuando se le presentaba una situación como aquella.
Erron se encargó de sujetarle las manos a la espalda por orden del líder, sin embargo, él hacía mucha menos fuerza que las anteriores, en el fondo, ambos se alegraban de haberse encontrado pese a las circunstancias.
Ray se alejó y agarró su jabalina seleccionadora y, sin tan siquiera pensárselo dos veces, colocó la punta sobre el hombro de Dean, al cual, empujaron al centro del césped. En menos de lo que duraba un pestañeo, la punta ahora yacía sobre uno de los hombros de Dexter. El nuevo limpiador de Ray era el segundo elegido en enfrentarse contra un boxeador especializado. Él miró a Brie atreviéndose a sonreírle levemente como si fuera su último adiós. Dean sabía defenderse completamente bien y Dexter no era un fuerte rival para él.
Brie movía sus hombros con rabia para liberarse, si ese combate lograba llegar al final, todos tenían claro a quién verían triunfar y a quién morir. Pareció que la prisa y la impaciencia hicieron mella en Ray, que en cuanto se pusieron en posición de combate, ordenó que empezaran a matarse con un puño americano cada uno en una mano. Dexter y Dean se miraron sin querer hacerlo dando vueltas en círculo sin perderse de vista.
El boxeador asintió despacio, luego lo hizo Dexter. Aquello era una leve charla entre gestos que significaba que llegarían hasta el final sucediera lo que sucediese. Eran dos hombres peleando por su vida y ninguno de los dos tampoco estaban dispuestos a renunciar a una vida sin Brie, la única mujer que trajo esperanza a ambos corazones. Ellos nunca tuvieron una relación abierta ni de confianza, se soportaban como Susan y Brie, mas a pesar de eso, nunca se desafiaron y nunca serían capaces de matarse salvo ahora.
Y tras esos gestos con la cabeza, Dean fue el primero en lanzarse a por Dexter a la cara con el puño americano ya golpeando una de las mejillas del cazador, que giró la cara debido a la fuerza del puñetazo. Dexter se enfureció y contraatacó al oponente logrando esquivar varios golpes que iban directos nuevamente hacia su rostro. Consiguió golpear la cara de Dean con el arma en el estómago que casi lo hizo caer de rodillas al césped. El boxeador escupió al suelo e intentó concentrarse para poner sus mejores dotes de luchador antes de perder la vida en un juego sucio que parecía divertir a todo el mundo menos a los cinco miembros restantes de Sheller anclados en el suelo viendo el espectáculo al que Brie ni siquiera era capaz de mirar.
⸺¡RAY! ⸺gritó ella intentando llamar su atención⸺.
Él silbó como si no hubiera escuchado nada.
⸺¡Acepto el trato!
⸺¿Qué? No te he oído... ⸺añadió él burlándose de ella⸺.
⸺Me uno a ti.
Ray negó con la cabeza desde la posición en la que se encontraba.
⸺Me temo que ya no me interesa lo que tú quieras...Estoy entretenido, deja de molestarme ⸺comentó guiñando un ojo, siguiendo el combate⸺.
Brie, estresándose demasiado, sintió a sus instintos pidiéndole a gritos que saliera corriendo hacia los dos para detenerlos aunque eso significara más problemas. Se negaba a ver morir a alguien más. Conforme pasaban los minutos, ambos, físicamente agotados y golpeados, iban perdiendo fuerza e ímpetu para continuar. Sobre todo Dexter, a quien le resultaba ya prácticamente imposible vencer a Dean, el cual seguía golpeándolo hasta que lo tumbó al suelo de una patada en las rodillas. Los gritos de angustia de Brie sonaban por los rincones de la prisión. Ray tuvo la desfachatez de acercarse a los luchadores y ofrecerle a Dean su propia jabalina para que lo atravesara como un pincho a la carne. Brie intentaba liberarse. Y pronto, notó que Erron dejó de hacer fuerza sobre sus brazos dejándola ir al rescate de su hombre pese a que antaño, la habría sujetado con más fuerza. Brie sólo pudo mirarlo de reojo un segundo y, de inmediato, la audaz heroína salió correteando en dirección a ambos atestando una patada a la jabalina consiguiendo lanzarla lejos. Ray pudo enfadarse, es más, por dentro estaba impetuoso, aunque no iba a negar que en el fondo, esperaba que Brie interviniera justo en el final de la función.

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INMUNIDAD.
Mistério / Suspense< El mundo ha sido cautivo por un virus letal que convierte a las personas en muertos vivientes y, un poderoso científico, es el causante de tal atrocidad, creyendo que nadie es capaz de detener su horrible plan de destruir la humanidad, pero no...