Tardaron acerca de un mes y medio en despejar la comunidad de caminantes; ya fuera dentro o alrededor del bosque. Un mes y medio en poner orden en cada casa y en reconstruir la parte trasera de la muralla fronteriza de protección, la muralla divisoria entre vivos y muertos. Brie había recuperado el colgante de plata que Chris le regaló por uno de sus cumpleaños, colgándolo sobre su cuello junto con el triángulo dorado que todavía conservaba como el primer día que lo encontró bajo el colchón de la cama de sus padres. La organización que Brie estaba llevando era la adecuada y todos estaban conformes con el nuevo liderazgo de la muchacha, posiblemente la líder más joven de la historia del apocalipsis con tan sólo veintiún años de vida, los suficientes para haber vivido malas experiencias, las mismas que la hicieron madurar y pensar con calma y claridad hasta llevar un grupo bajo las palmas de sus manos.
Brie y Dexter seguían tan distanciados como siempre a pesar de esos sentimientos que iban creciendo cada vez más aunque no quisieran verlo ninguno de los dos. Él intentaba auto convencerse de que "quería" a Susan y ella de que no amaba a Dexter, que tan sólo había sido algo pasajero, pensamiento que tenía otra forma de ver las cosas cuando aquellos dos se cruzaban por cualquier rincón de Sheller, la comunidad que al fin había sido recuperada y retomada al principio tal y como Brie esperaba.
No obstante, Dean no se rendía ni anteponía sus sentimientos por Brie en ningún momento. Incluso Jacob le dijo que le diera una oportunidad a él y a ella misma, pero Brie había perdido el interés en los hombres, o tal vez, es que sólo tenía interés verdadero en una única persona que era casi tan orgullosa como ella. Era por la tarde cuando Brie se hallaba en el gimnasio, subida encima de un ring donde golpeaba un saco de boxeo con sus correspondientes guantes, poniendo en práctica todas las lecciones que Ellen le había enseñado, y a pesar de que las había olvidado, las seguía poniendo en práctica añadiendo movimientos y golpes nuevos de su propia cosecha. Tenía la mente en calma, simplemente se limitaba a entrenar sin ofuscarse por cosas pasadas que no tenían importancia. Sus golpes eran secos y correctos, así como también iban cargados de fuerza y precisión, golpes tras los que sonreía para sí misma al ver que seguía progresando de forma positiva. Antes de retirarse, decidió dar un par de patadas alternativas con puñetazos al saco que tenía en frente hasta que escuchó unos pasos y vio una silueta de reojo que reconocía, sin tan siquiera mirar directamente. Sólo una persona entraría al gimnasio para entrenarse: Dean. Él subió al ring y se detuvo tras ella a la vez que ella detuvo sus golpes contra el saco de boxeo sin voltearse todavía.
⸺Alguien ha robado mis guantes... ⸺dijo Dean⸺.
Brie sonrió y se dio la vuelta, alzando los puños y mostrando a la vez los guantes de los que hablaba.
⸺¿Será que los quieres o es que acaso vienes a cobrarte la pelea que tú y yo tenemos pendiente? ⸺preguntó Brie⸺.
Dean la escudriñó a los ojos con atención, parecía que la líder tenía ganas de jugar a pelear, y cómo negarle sus deseos a la señorita en cuestión.
⸺No quiero herir de gravedad a la nueva cabecilla del grupo ⸺dijo él⸺.
⸺Nenaza. ¿Ahora tienes miedo de golpearme? Vamos, igual ni siquiera me rozas.
Dean sonrió y aceptó la propuesta de Brie, la cual se quitó los guantes para lanzarlos fuera del ring y apartar después el saco de boxeo para tener una limpia pelea amistosa. Ambos se pusieron en posición de combate. Dean fue quien se lanzó a atacar en primer lugar al costado de Brie, golpes de los que se iba defendiendo sin costarle apenas nada. Se conocían perfectamente cada táctica de boxeo e intuía por dónde él la atacaría. Los dos se movieron por el ring, era el turno de la gran luchadora universal, la que haría pequeñas trampas y mezclaría distintas tretas de diferentes artes marciales para no ser derrotada. Por ello, se acercó rápidamente a Dean con el puño alzado. En principio, él detuvo los golpes y eso era lo que Brie buscaba para que él pudiera confiarse y estar desprotegido, después lo agarró del brazo y le hizo una pequeña llave que lo lanzó al suelo, inmovilizándolo del dolor. Dean dio un par de toques al mismo, y ella lo soltó. Aquella llave era una de las más dolorosas, incluso era de las que partían brazos si la cosa se ponía fea, pero los dos eran amigos y estaban peleando sin ningún tipo de cuenta pendiente. Brie le tendió la mano y Dean la agarró, levantándose gracias a su ayuda. Se quedaron mirando un momento en silencio. Él se perdió en su rostro tan hermoso y peculiar, en el brillo de sus ojos verdes por los que se reflejaba. Dean sintió un pequeño empujón interno, una fuerza que tiraba de él para acercarlo más hasta la silueta de Brie.
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Inmunidad.
Mystery / Thriller< El mundo ha sido cautivo por un virus letal que convierte a las personas en muertos vivientes y, un poderoso científico, es el causante de tal atrocidad, creyendo que nadie es capaz de detener su horrible plan de destruir la humanidad, pero no...