Capítulo 100: Consumidos.

4 2 0
                                    

El resto de los días fueron rutinarios, había nuevos turnos de vigilancia y nuevos equipos de caza para que los de siempre, pudieran descansar de vez en cuando, ya que la caza solía ser realmente agotadora. Era de noche, todos o casi todos dormían, pero Brie siempre al revés del mundo, aprovechó el calor de la noche para salir al exterior y respirar aire, por lo que al llegar al borde de la piscina, se despojó de su ropa hasta quedar en paños menores. Se metió al agua de cabeza, la temperatura del agua era perfecta, así que se hizo un par de largos buceando y nadando intentando hacer el menor ruido posible para no despertar al resto. Al sentirse algo agotada, se acercó a uno de los bordes donde apoyó los brazos para relajarse, pero le pasó todo lo contrario al no ver su ropa por ninguna parte. Sus ojos recorrieron cada parte sin resultado de búsqueda hasta que Dexter apareció de entre la oscuridad con la ropa en sus manos.

⸺Quieres esto, ¿verdad? ⸺preguntó él, meneando las prendas⸺.

⸺Hijo de...

Brie agrandó los orificios nasales, había tomado ventaja en el asunto le gustara más o le gustara menos.

⸺Pues ven a por ellas ⸺dijo él⸺.

Brie se impulsó hacia arriba saliendo con elegancia del agua mientras las gotas se deslizaban por todos los pliegues de su cuerpo, y los ojos de Dexter, no perdían ni un sólo detalle de ello. Al acercarse hasta el ladrón de su ropa, intentó alcanzarla y este escondió todo en su espalda.

⸺Esto te traerá consecuencias ⸺dijo Brie⸺.

⸺Quiero verlas.

Brie lo miró unos segundos, ignorando sus palabras, no pensaba hacer que Dexter se saliera con la suya. Pero entonces, ardió en deseos por tentarlo, si ella iba a casa sin su ropa, él se iría excitado sin resultado. Le dio la espalda y se inclinó un poco hacia abajo para escurrir su pelo mojado; las nalgas de la rubia se pegaron en el miembro del contrario, que estuvo a escasos segundos de darle un pequeño azote. Luego se volvió a incorporar recta, llevando ambas manos al enganche del sujetador, quitándoselo por completo dejando que Dexter pudiera contemplar su hermosa espalda desnuda aunque con ciertas marcas de guerra. Después de aquello, se tapó los pechos con ambas manos y se volteó de cara con él, pudiendo ver claramente cómo los ojos azules de Dexter estudiaban su piel intentando no caer.

⸺Ahora te jodes. Espero que tus huevos no te duelan demasiado esta noche ⸺dijo Brie, yéndose de allí⸺.

El cazador, cabreado por haber perdido puntos, le lanzó la ropa con rabia y Brie se inclinó para cogerla, tapando los senos con el antebrazo izquierdo, cogiendo el resto con la mano libre. Luego se levantó despacio, hasta podría decirse de forma sensual. Al darse la vuelta, Dexter se quedó contemplando ese contoneo de caderas, dándose por perdedor en esa precisa batalla de tentaciones continuas que por ahora, ella iba ganando. Brie desapareció, se sentía victoriosa y completamente satisfecha, no había nadie que pudiera hacerle sombra, como una reina pero sin corona. Al cerrar la puerta bajo llave, se puso la camisa blanca, la cual le trasparentaba por culpa de esas gotas de agua que se secaban en la tela. Dieron un par de toques a la puerta, Brie reconoció la silueta de Dexter tras los cristales pero no quiso abrir, quería dejarlo ahí sufriendo.

 Al ver que ella no le abría, Dexter empezó a tocar más fuerte y a ese paso, despertaría a toda la comunidad con tanto golpe. Cansada de estar así, acabó abriendo la puerta y él cerró, mirándola de arriba abajo mientras un fuego interno lo estaba haciendo ceniza conforme más la contemplaba. Se juró no caer en primer lugar, él había estado siempre acostumbrado a que fueran las mujeres las que le buscaran, pero en esta ocasión, los papeles habían cambiado de rol, ya no podía más al tener tan cerca a esa mujer y con los senos mostrándose a través de una camiseta mojada, así que la tomó por la cara con ambas manos y la besó apasionadamente mezclando la lengua contra la suya notando que Brie también le correspondía esos besos tan brutos con la misma intensidad. Fue él quien le quitó la camiseta a ella la cual, de un salto, enredó sus piernas en su cadera subida a él sin dejar de apartarse de su boca. Con ella en brazos, subió hasta la habitación de Brie donde la tumbó de golpe y él se echó encima quitándose toda la ropa con la ayuda de la chica, que ya ni siquiera tenía ropa interior. Una ola de atracción sexual los invadió a los dos y en este caso, ambos hicieron el amor con bastante más odio que un sentimiento amoroso dado que no había ninguno. Dexter abrió las piernas de Brie con fuerza, ella se incorporó mejor en la cama y lo agarró de la espalda, arañando la misma cuando lo sintió dentro de su cuerpo moviendo las caderas con violencia, como si se estuvieran dando una paliza en el ámbito sexual. El juego lo había ganado Brie; Dexter no había podido resistirse a las tentaciones de esa mujer, violenta hasta desnuda. Disfrutaron durante horas de lo que estaban haciendo, turnando las posturas y las posiciones como si fueran dos locos que, en vez de enfrentarse en duelo, preferían hacerlo de otra manera bastante peculiar. Él se apartó de Brie antes de eyacular dentro de su cuerpo, retirándose a un lado de la cama mientras se iba mojando poco a poco entre esos gemidos de placer. Ambas pieles sudaban, intentaron recuperar el aliento para descansar, ni siquiera se dijeron nada al respecto después de haber acabado, Brie le dio la espalda e intentó quedarse dormida, cosa que no le costó demasiado por culpa de la pequeña natación que había estado practicando en la piscina y.... Entre otras cosas.

Pasó la noche, el amanecer se estaba asomando por laventana y Dexter se despertó el primero por culpa de la luz, notando un pequeñocuerpo a su derecha que lucía precioso así sin ropa. No entendía el porqué nose había ido a dormir antes, así que cogió su ropa para vestirse y salir deallí lo antes posible sin mirar atrás, parecía arrepentido, enfadado consigomismo por haber ido a buscar por primera vez a una rebelde señorita que, de unmodo o de otro, siempre se salía con la suya. Salió, colocándose la camisa decuadros y peinando su melena castaña que poco a poco iba creciendo. Pensó queestaba solo, que nadie lo había visto, pero Dean ya estaba por allí corriendopara entrenarse físicamente. El hecho de ver salir a Dexter de casa de Brie alas siete de la mañana lo hizo todo sospechoso, pero luego pensaba en todo loque se odiaban y sus hipótesis se hacían todavía más confusas. Intentó no pensarpor respeto a su entrenamiento, mas lo peor era, que Brie era la chica másemocionante que había pasado por su vida y se moría de ganas por acercarse unpoco más conforme pasabanlos días, poder entrenar junto a ella, golpear a la vez el mismo saco de boxeo,competir, reír a su lado y, a ser posible, robarle algún que otro beso. Sólopudo resistir cinco minutos, el no saber nada le estaba jodiendo un poco lamente, por lo que se retiró para poder darse una ducha larga y templada. 

Inmunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora