Capítulo 152.

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DOS DÍAS MÁS TARDE:

Era de madrugada. Brie estaba al mando del timón, observando de vez en cuando la brújula y las coordenadas que se había trazado en un pequeño mapa gracias a Erron, el que le había echado un pequeño cable. El rubio parecía saber bastante sobre navíos y ese tipo de cosas a las que Brie no entraría en detalle. Mientras el de hebras rubias descansaba en cubierta tumbado boca arriba tomando el sol, Brie seguía la dirección de las coordenadas con suma atención hasta que, de pronto, sonaron disparos a lo lejos. Brie alcanzó los prismáticos del asiento del copiloto y buscó a través de las lentes, atisbando un pequeño abordaje a unos cinco minutos. Erron apareció de inmediato tomando los prismáticos de su hermana, todo parecía ser una especie de atraco a gente inocente, así que debían ir al rescate.

⸺Levántate. Yo dirijo la marcha ⸺dijo Erron a la espera de que Brie obedeciera⸺.

⸺Puedo hacerlo yo.

⸺Yo tengo más experiencia. Además, estamos hablando de rescatar a personas, no es apto que una novata se ponga al mando.

⸺¿Perdón? ¿Qué sabrás tú de navíos?

⸺He traficado droga por mar y huido de policías.

Brie cerró los ojos, levantándose del asiento que a la postre, ocupó Erron.

⸺No sé si sentirme orgullosa o... ⸺dijo ella⸺.

⸺Deberías coger las armas y prepararte para disparar.

Brie lo miró de mala gana, pero no tenía tiempo ni ganas de discutir, por lo que se armó con un par de pistolas recién cargadas y listas para usarse. Los tipos que atacaban al otro barco allá a lo lejos, eran más bien como el típico grupo de "macarras" adultos que se aprovechaba de la anarquía en la que todos vivían, cometiendo delitos y maldades sin que el peso de las leyes les cayera encima. Por lo poco que pudo ver Brie, eran unos cinco en cubierta y, el más alto de todos, parecía llevar la voz cantante. Erron iba a la velocidad de la luz también con una pistola en una de sus manos. La chica tenía que intentar mantenerse equilibrada y no caer, efectuar sus disparos con puntería. Los ya declarados enemigos habían visto a los Sheller aproximarse, así que se prepararon para encargarse ambos a base de una lluvia de balas que cayó sobre el Interestelar en menos de dos minutos. Brie se había lanzado al suelo con rapidez y Erron se dispuso a girar, protegiendo a su hermana de las balas a la vez que se acercaba. La primera pistola en dispararse fue la de Erron contra uno de esos tíos cuya bala le atravesó el pecho y posiblemente perforado un pulmón. Brie se puso en pie, iba a saltar al otro lado sin previo aviso y empezar a pelear. El único yate en movimiento sobre el mar era el que Erron manejaba, pues los otros dos estaban anclados dadas las circunstancias. El tipo alto de cabeza calva y corpulento, sujetaba a una muchacha de cabellos dorados como comodín para que a su gente no se le ocurriera disparar mientras se encargan de los dos intrusos. Erron disparaba, ahora Brie también lo hacía. El Interestelar se acercaba más y, la fémina, ya preparada, cogió impulso y se abalanzó de un solo salto al yate enemigo donde uno de los hombres la apuntó con una pistola, no obstante, Brie fue más rápida y le reventó los sesos al apretar el gatillo. Ahora, un gordo robusto con su panza bailando al compás de sus pasos, se acercó hacia ella. Brie pateó sus costillas de una patada lateral, dándole un puñetazo a la altura de la sien. Uno de sus compañeros se dispuso a disparar, Brie agarró por el cuello de la camiseta al hombre obeso, poniéndolo delante de ella justo en el momento en que la bala se disparó y fue directa al cuello ajeno. De un empujón, lo lanzó contra el suelo haciendo temblar el mismo cuando su cuerpo impactó con tanta violencia.

Quedaban dos a bordo y uno en el yate atacado sujetando a esa pobre muchacha bajo amenaza de dispararle en la cabeza. Brie se fue acercando a esos dos hombres, haciendo girar la pistola entre sus dedos de igual forma que un juguete. Apenas le dio tiempo a seguir avanzando; el de melena negra y larga alzó la escopeta y disparó, pero Brie logró esquivar ese cartucho a bastante velocidad. Entonces, una bala de Erron atravesó la nuca de ese desdichado haciendo crujir la columna vertebral tras haberla partido. La rubia corrió hacia el penúltimo cuya gran parte de su piel, estaba cubierta de tatuajes satánicos y mierdas similares. El impulso del muchacho fue lanzar una patada, Brie la detuvo más que esquivarla, dándole un puñetazo en el diafragma con tanta fuerza, que el contrario se quedó sin apenas respiración. Como remate, Brie le puso la pistola en la boca y disparó sin parpadear, llevándose el rostro de sangre ajena una vez más. Con lentitud, fue girando su cuerpo hacia el barco restante, o más bien, hacia el alto que aún quedaba con vida. Esbozando una amplia sonrisa, Brie se acercó, pasando al otro lado de un pequeño salto limpiando el arma con su propia camiseta.

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