Capítulo 133.

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Brie intentó conciliar el sueño sin mucho resultado, Dexter seguía sin aparecer y ya empezaba a temer seriamente por su vida, así que comenzó a dar vueltas de un lado a otro de la celda golpeando de vez en cuando los barrotes a patadas. Estar allí era peor que estar en la fábrica bajo el mando de Joey, un Joey que se quedaba en mantillas si se comparaba con Ray. Quería saber de él, tener noticias y así poder saber si alegrarse o lamentar su ausencia para toda una vida. Su primer impulso fue pedirle a Doble Erre que se lo dijera, pero era estúpido hacer algo sabiendo ya cuál sería su respuesta definitiva. Se pasó toda la noche en vela dando tumbos a la celda en completa desorientación y preocupación. Apneas amaneció cuando Ray entró y sacó a Brie de la celda pidiéndole que lo siguiera sin hacer preguntas. Tal como Ray dijo, ella no abrió la boca y lo siguió a otro pabellón donde Dexter se hallaba fregando el sucio y pegajoso suelo con varios moratones en la cara.

Brie corrió hacia él a gran velocidad. Del abrazo, la fregona cayó al suelo y Dexter la rodeó con sus brazos entre muchas miradas que los observaban. Se ausentaron del planeta y hasta del universo entero, ni siquiera pensaron en si Ray los estaba apuntando o no con algún arma de fuego. Sólo se centraron en abrazarse como si fuera la última vez. Dexter se perdió en el aroma de su cabello, el cual acariciaba suavemente con los ojos cerrados sin querer separarse de su lado. Las manos de Brie recorrieron su espalda sudada acariciando la nuca entremedias de su cabello castaño claro, retirándose ciertos milímetros para observarse uno al otro a los ojos. Brie limpió de su rostro ciertas gotas de sangre seca y luego de aquello, besó sus labios lentamente sintiendo unas cosquillas deliciosas en su estómago y una inmensa nube de felicidad que invadía tanto a ella como a él. Posteriormente, notó la mano de Dexter sobre su vientre dejando diminutas y afectuosas caricias, un gesto que a ambos les hizo sonreír.

⸺¿Estás bien? ⸺preguntó Dexter⸺.

⸺Estamos bien. Pero te necesito.

⸺No se alargará mucho, te lo prometo.

⸺¿Qué haces aquí?

⸺Estoy bajo chantaje. Creo que no hacen falta los detalles.

Brie lo comprendió. Ahora más que nunca le interesaba salir de allí con toda su gente. Si su estancia se alargaba, todos acabarían muertos excepto ella, la única que se quedaría soportando el castigo de vivir con la eterna ausencia de sus seres queridos. Necesitaba hacerles saber a Claire y al resto de los miembros de Sheller que estaban en peligro y eso sólo podía hacerlo con la ayuda de un aliado de Ray que la cubriera, pues la solución era emplear sus habilidades con los caminantes, meterse en el cerebro de uno de ellos y llegar hasta Sheller sin que un superviviente le reventara la cabeza. Su hombre perfecto hubiera sido Erron, pero ya no estaba, por lo que debía buscar otro como podía ser Doble Erre.

⸺Dexter ⸺intervino Ray con un tono seco y ronco⸺. Coge la fregona si no quieres emplear la lengua. Ya es suficiente.

Los dos despertaron de su sueño, Dexter agarró la fregona mirando a Brie.

⸺Vete ⸺le susurró⸺.

Brie asintió despacio y regresó al lado de Ray, el cual la llevó a una sala bajo llave donde por dentro, parecía una habitación con su cama, su escritorio, sus sillones y hasta una mesa circular de cristal donde lucía una jarra de vino con dos copas. Ray cerró la puerta y se sentó en uno de los sillones sirviéndose una copa de vino, y al ver que Brie seguía de pie, le ofreció asiento en el sillón de enfrente para poder charlar.

⸺¿Qué quieres? ⸺preguntó Brie, autoritaria⸺.

⸺Entenderte.

Brie frunció el ceño, pero finalmente acabó acercándose hasta la mesa cogiendo su copa vacía y estampándola contra la pared trasera de Ray. Él ni siquiera parpadeó.

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