Capítulo 141.

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Al llegar a casa, Brie se despojó de su disfraz y lo dejó sobre el asiento del copiloto de mala gana y con cierta repulsión. La situación ya la hastiaba de una muy mala manera. Los tres entraron dentro y tomaron asiento en el salón de la morada. Lars se prendió un cigarro y Erron le pidió uno también. Necesitaban algo con lo que poder desestresar su mal humor mientras conversaban. Brie estaba sentada sobre el sillón como Aladín subiría a su alfombra mágica, Erron tenía sus pies cómodamente encima de la mesa de enfrente y Lars simplemente estaba sentado normal y corriente a la espera de que alguien iniciara la charla, mas nadie se dio cuenta de que, tal vez, él era quien debía preguntar primero.

⸺¿Qué es lo que está pasando en ese campo o lo que quiera que sea esa mierda? ⸺preguntó Brie⸺.

⸺Experimentan con humanos y caminantes con el fin de hallar una cura ⸺dijo Erron⸺.

⸺¿Qué cojones estás...? ¿Y vosotros por qué lleváis tanto tiempo encerrados?

⸺Hacen pruebas de sangre a todo aquel que secuestran para ver si poseen el grupo sanguíneo Cero Positivo. Creen que es donde podría estar la cura. Los que no son Cero Positivo tienen dos opciones: colaborar en trabajos sucios o morir directamente. Elegimos colaborar. Aunque yo era el único que, al tener ese grupo sanguíneo no estaba a salvo y que en cualquier momento me usarían. Y justo ese momento fue cuando tú ⸺Erron desvió la vista a su hermana⸺. Me salvaste.

⸺Puede ser que la clave esté en la sangre, pero eso no lo es todo ⸺dijo Brie quitándole el cigarro a Erron, dándole un par de caladas⸺. ¿Y quién lidera eso?

⸺Ray.

Lars arrugó el entrecejo, extrañado. Por lógica era imposible que él estuviera al mando.

⸺¿Cómo diablos...? ⸺preguntó Lars⸺. Ese grupo ya existía antes de que Ray formara parte de esa pantomima.

⸺Sí. Y te dejo adivinar lo que pasó.

Brie movió la cabeza hacia un lado apagando el cigarro en la suela de su bota.

⸺Que se cargó al verdadero líder para ocupar su puesto ⸺dijo ella⸺.

⸺Así fue.

Todos guardaron un momento de silencio y pensar qué poder hacer ahora que Ray estaba al mando. Si Erron volvía a entrar y daba con él, le reconocería en la voz. Y lo mismo pasaba con Lars. Lo que era obvio, es que Ray se acabó obsesionando con la invencibilidad y daba igual el precio que tuviera que pagar o las vidas que tuviera que segar con tal de lograrlo.

⸺Busco a mi hermana. Es de estatura media, con el pelo castaño claro y ojos marrones. Se llama Anne y tiene un tatuaje en la nuca de un león ⸺dijo Lars⸺.

Tras la descripción, Erron le prestó atención. Sería extraño si no la conociera después de un año interno con los doctores Mengele en ese campamento.

⸺Sí. Ray la trajo. Se ve que tenían cuentas pendientes y personales ⸺comentó Erron sin mencionar un pequeño detalle⸺.

⸺Hijo de...Por eso a mí no me llevó. Porque la que le interesaba era mi hermana. Cuando la encontramos yo veía que él la observaba todo el rato. Si le ha hecho algo lo mataré.

Erron fue a decir algo importante como dato informativo, pero Lars se levantó del sillón retirándolo hacia atrás lanzando la colilla del cigarro contra un espejo colgado en la pared que lo apagó al instante. Luego agarró el mismo por los bordes y lo estampó contra el suelo, pisoteando los pequeños trozos donde se reflejaba su cara roja y malhumorada. Erron y Brie se limitaron a verlo en su estado de enojo y descontrol. Ella se acomodó más sobre el blando respaldo del sofá, divirtiéndose un poco con la escena. Cuando Brie solía ver a una persona que no le caía demasiado bien al límite, no podía evitar reír internamente y sonreír de medio lado y con cierta sorna por fuera. Erron en cambio, todavía tenía palabras en la boca que decir y que por ende, lo mosquearían más. Suspiró e intentó ocultar la información para cuando se le pasara el cabreo. Mientras tanto, le dio un leve codazo a su hermana para que evitara esa cara de satisfacción que, de seguro, a Lars no le haría ninguna gracia.

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