Capítulo 140.

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Los dos se pusieron manos a la obra. El primer objetivo era descubrir la guarida del lobo y conocerla antes de atacarla. Lars le entregó una de las túnicas y una máscara para vestirse de ellos y salir a la calle a la espera de que un grupo los acogiera para que los llevara de la manera más sencilla. Se equiparon con buenas armas antes de disfrazarse de carnaval; Brie tuvo que recogerse el pelo con un coletero que Lars le entregó de su hermana y una vez preparados para la aventura, salieron de la granja camino hacia donde se encontraron a los últimos la última vez.

⸺¿Crees que puede funcionar? ⸺preguntó Brie⸺.

⸺He estado observándolos. Sé por dónde suelen moverse y te aseguro que no tardaremos mucho en encontrarlos.

Siguieron caminando en silencio, lo cierto es que las túnicas abrigaban, y más gracias a la capucha, que llevaba cierto terciopelo por dentro. Lars estaba bien con esos andrajos, pero Brie ya estaba harta del calor y del agobio que sentía con eso puesto, sobre todo porque respirar sobre una máscara le resultaba incómodo.

⸺También he estado a punto de descubrirlos más de una vez. Y lo hubiera hecho, pero una vez me retiré. No es que me diera por vencido, es que necesitaba a alguien que me echara una mano ⸺dijo Lars⸺.

⸺¿Y cuál se supone que es tu plan?

⸺Por el momento, conocer la tierra hostil a la que vamos y averiguar sus puntos más débiles. Cuando lo tengamos, alguien tiene que estar dentro y otro fuera para planear la destrucción de esos cabrones. Lo cierto es que no sé a qué nos estamos enfrentando, pero que me cuelguen si no es algo gordo.

Ambos siguieron avanzando, ya eran varias las horas que llevaban caminando en busca de algo que no llegaba hasta que llegó el empujón. De nuevo, el estridente sonido de una camioneta tras ellos los interceptó. Disimuladamente, Brie tomó el brazo de Lars y, con la punta de una flecha partida, le hizo un corte vertical en el susodicho que comenzó a liberar sangre de sus venas.

⸺¿Qué demonios haces? ⸺preguntó Lars⸺.

⸺Inventarnos una excusa. Aunque no voy a negar que me ha encantado hacerte una pizca de daño.

⸺Sádica.

⸺Me viene de familia, capullo.

Detuvieron el paso cuando la camioneta los alcanzó y paró. De nuevo, eran tres los que iban subidos en un vehículo similar a los primeros.

⸺¿Qué hacéis? ⸺preguntó el conductor enmascarado⸺.

Lars y Brie se quedaron pausados, fue ella quien se dispuso a hablar hasta que Lars reaccionó primero y mostró su brazo malherido.

⸺Nos atacaron y robaron. ¿Acaso tengo yo la culpa de que el grupo fuera mayoritario? Y ahora, si no te importa, no me apetece responder tu estúpido interrogatorio.

Lars subió a la parte trasera y exterior de la camioneta seguido por Brie. Al parecer, fue la respuesta correcta, la clave para montar atrás y marchar a la cueva del lobo rodeados de peligro. El vehículo se puso en marcha y Brie suspiró de alivio, nunca llegó a pensar que fuera tan fácil y con adrenalina incluida.

⸺¿Se puede saber por qué me has cortado cuando iba a hablar? ⸺preguntó Brie⸺.

⸺Porque no sabemos si hay mujeres en sus filas...Eso lo hubiera podido complicar. Pero oye, si quieres hablar y exponerte a una pequeña matanza, por mí no hay problema.

⸺Claro, las de la prisión no te parecieron suficientes.

⸺No busques mi ira, te lo advierto.

⸺Wow, ¡qué bárbaro!

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