Capítulo 105: Rompiendo cadenas.

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Arrancó la moto al colocarla erguida sobre el asfalto, dando acelerones bruscos con tan sólo girar la muñeca derecha intencionadamente para escuchar como Brie le decía una de sus bonitas frases cuando se cabreaba. En vez de un "te quiero", un insulto para compensar los hechos. Brie, enojada por el ruido, se acercó a Dexter y colocó una de sus manos en el manillar, parándole las intenciones, algo que sin duda, no esperaba que fuera hacer.

⸺A veces me pregunto por qué eres tan lelo ⸺dijo enarcando una ceja antes de montar atrás⸺.

Sin que lo viera, Dexter sonrió por lo bajo sin mirar a los retrovisores sin hacer de su sonrisa, una evidencia para la rubia que seguía empeñada en agarrarse en esos hierros escurridizos.

⸺¿No te sujetas a mí? ⸺preguntó él⸺.

⸺Ni en tus mejores sueños.

Volvió a sonreír, esta vez, Brie lo había descubierto en pleno crimen y no pudo evitar hacer lo mismo. Sonrisa que desvaneció en cuanto se dio cuenta de que, sin querer o queriendo, su rostro sonrió gracias al cazador que tanto odiaba. ¿Le estaba pasando algo extraño?

En menos de treinta minutos, los dos llegaron a Sheller cuando el cielo ya había oscurecido; muchos dormían ya y algunos vigilaban la frontera que dividía a los vivos de los muertos. El turno de vigilancia esa noche lo componía Jacob a un extremo y Dean al otro, que no pudo evitar bajar a preguntarle qué tal estaba, si estaba o no herida, una preocupación notable de la que tanto Dexter como Brie y Jacob se dieron cuenta.

⸺Estoy como debo estar. Gracias ⸺respondió ella sonriendo amablemente⸺.

Después, Jacob y Brie se encontraron miradas y este le guiñó un ojo asintiendo con la cabeza, no había bajado porque la conocía tanto, que sabía que preocuparse por ella era como agobiarla y hundirle la cabeza en un cubo de agua por tiempo eterno.

⸺Y tú, pelirrojo...¿No bajas a preguntar qué tal estoy? ⸺dijo Brie, bromeando⸺.

⸺No puedo dejar mi puesto de guardia por ti.

Brie y Jacob se sonrieron y luego ella le dio una pequeña caricia a Dean en el hombro en forma de agradecimiento por haberse molestado en bajar. Pero ahora Brie tenía prisa por regresar a casa y poder continuar con su pequeña investigación en aquel dispositivo de batería automática que tanto le había llamado la atención. Desapareció del lugar de igual forma que una sombra tenebrosa, la verdad es que físicamente estaba agotada, y aunque no tuviera sueño, al menos estaría tumbada en su cama cómodamente.

Se despojó de sus botas nada más entrar, subiendo escaleras a la vez que se quitaba toda la ropa quedándose en una bonita ropa interior de color negro olvidándose el pequeño detalle de bajar la persiana de su habitación puesto que, desde el otro lado, Mac la observaba en el cuarto de Dexter con la luz apagada. Pero cuando Dexter apareció, los dos hermanos Skarsgard se quedaron contemplándola embobados hasta que el menor se dio cuenta de que no sólo era él el que la miraba, cosa que por dentro, le reventó inusualmente hasta el punto de alejar a Mac de la ventana y de la habitación como si fuera él, el único que tuviera derecho a mirarla así con esa piel de porcelana que podía cortar y destrozar el alma. Esa acción por parte de Dexter llamó la atención de Mac, ya que no era la primera vez que miraban juntos a una misma mujer en plena ropa interior, pero eso logró desatar la ira del mayor, que encendió la luz y se acercó a Dexter, dándole una colleja de la que se defendió con un empujón haciendo que Mac perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

⸺¿La quieres para ti solo? ¿Es que ya no te acuerdas de nuestra venganza? ⸺preguntó Mac⸺.

Lo cierto era que no, no recordaba que todo lo había hecho para el contento de su hermano. Y sin embargo ahora, ya no quería formar parte del mismo plan que él para hundir a la chica por extraño que pareciese.

⸺De mi venganza no. De la tuya. Estoy hasta los cojones de ser tu niño de los recados. A partir de ahora, tú solo te encargarás de tus cosas ⸺le informó Dexter, quien se sentía más liberado de los abusos y de las ataduras de Mac⸺.

El hermano mayor se levantó, incrédulo ante las palabras del menor al que cada vez iba sintiendo más lejos de su veneno por culpa de una mujer a la que odiaba. Que odiaban. Se pusieron cara a cara para, más que hablar, discutir, pelear y acabar ensangrentados como siempre solían hacer.

⸺Te va a dejar tirado como a un perro mugriento y sarnoso. Es una pena que te estés enamorando de alguien que intentó matarme ⸺siguió Mac⸺.

⸺Yo no estoy enamorado de nadie y nunca lo estaré.

El dedo índice de Mac se colocó en la sien de Dexter haciendo presión, volviendo Dexter a empujarlo de nuevo para alejarlo de él.

⸺A mí no puedes engañarme. Puedo notar en ti por primera vez cómo una chica te está lavando el cerebro.

⸺¡Eres tú quien me ha estado lavando el cerebro desde que mamá murió y papá nos abandonó! Dime una cosa, Mac. ¿De verdad Brie intentó matarte?

⸺Pues claro que no, pero se merecía que yo acabara con ella.

⸺Me has vuelto a envolver en tus mentiras para tu conveniencia...

Los gritos se hacían más y más fuertes. Brie pudo escuchar la discusión desde su habitación y se levantó de la cama sin tan siquiera ponerse una bata que tapara la carne que asomaba de su sujetador.

⸺Pues seguirás haciendo lo que yo te diga, Dexter. ¿Y sabes por qué? Porque al final acabarás dándome la razón. Tiempo al tiempo. Métetelo en ese cráneo sucio y podrido ⸺dijo Mac, escupiendo a los pies de su hermano⸺.

Dexter perdió la paciencia, dándole un fuerte golpe en el pecho sin tan siquiera ponerse a pensar dado que seguía teniendo el mismo lado violento de siempre. Mac, al reaccionar al golpe, le dio otro más fuerte. Y Brie, desde su ventana, sintió que su corazón encogió cuando vio que Dexter había sido golpeado. Su primer impulso fue detener la pelea, pero entonces se hizo a un lado de los cristales, apoyando la espalda en la pared escuchando golpes y más golpes. Eso antes le divertía; ver como esos dos canallas se peleaban como dos luchadores en un ring. No obstante, aquella noche sintió cada uno de los puñetazos a Dexter en su propia piel. Y eso le hizo replantearse unos sentimientos que creía incapaces de sentir por alguien.

Bajó la persiana intentando hacer el mayor ruido posible, captando la atención de ambos hermanos y por supuesto, dejaron de pelearse. Brie se tumbó boca arriba sobre la cama, dejando a un lado el dispositivo por el que había vuelto a ver a sus padres encerrados. En esos momentos, sólo le importaba pensar en algo más que en Osiris, y era en sí misma, en sus sentimientos hacia Dexter, los cuales, irremediablemente cambiaban sin querer. No sabía qué podía ser, si pasajero o permanente. Lo que sí sabía, es que no se creía capaz de sentir algo por alguien, y menos si con ese alguien estaba en disputa el noventa por ciento del día.

Intentó buscar miles de razones y todas la llevaban a una: Dexter fue el único que la ayudó a superar esa fobia a roces masculinos, una ayuda que había venido sin planear y obviamente sin querer.

Aquella vez en el bosque cuando Dexter se quedó atrapado en esas arenas, Brie no hubiera pensado nunca en salvarlo, pero a ciegas, se lanzó a por él y luchó contra todos sus demonios para salvarle la vida a pesar de ese miedo que por fin, había desaparecido.

Tras una noche entera, llegó a la conclusión de ignorar lo que sentía o lo que pudiera estar sintiendo por él, ya que fuera lo que fuese, era imposible por culpa de ambos caracteres tan fuertes y, a parte, Brie era demasiado libre como para engancharse al amor de Dexter. Finalmente y casi amaneciendo ya, Brie pudo quedarse dormida boca abajo profundamente sin soñar nada diferente a un fondo blanco y fluorescente. 

Inmunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora