Capítulo 150.

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[ EN LA ACTUALIDAD: GUIZA, EGIPTO/OSIRIS ]

Una vez la avioneta, Emilie y James contemplaban a Dexter con las manos tras la espalda y, sobre la boca, una mordaza en forma de cinta de tela que se iba humedeciendo de su propia saliva hasta notar la garganta en completa sequía. Los orbes de Dexter observaban a esos dos, en especial a James, al que habría podido llamar hermano dada la relación que habían tenido y que ahora el ex líder de Sheller se encargó de romper a cambio de recibir una cura que no existía todavía y que si Brie no quería, jamás existiría para nadie. Durante el viaje, Emilie se carcajeó con su nuevo compañero, burlándose de su relación con Brie a causa de la diferencia de edad. A simple vista, Brie era una simple chiquilla al lado de ese hombre. Dexter apretaba los puños hincándose las uñas en la carne evitando lanzarse hacia ambos aunque recibiera una paliza. A pesar de las burlas de Emilie, no podía negar que Dexter era la clase de hombre físicamente que deseaba, así como también esa hombría y esas ansias protectoras a su chica, la cual se dirigía a por ellos contra todo el mundo. La morena se llegó a morder el labio inferior en alguna que otra ocasión, imaginándose en su cabeza su propio torso desnudo a la par que las manos ajenas rasposas y fuertes, apretaban con fuerza sus senos mientras acariciaba los pezones. Sí, Emilie fantaseaba con el prisionero en silencio, llegándose a excitar de tan sólo pensar en su miembro en su interior.

Fueron varias horas de viaje hasta llegar a la base principal en medio de un desierto, protegida por una especie de soldados que vigilaban con contundencia desde su posición en tierra y un par arriba en la torre cilíndrica que más bien, servía como helipuerto. Al llegar, Dexter fue sacado a empujones hacia fuera, analizando Guiza desde una gran altura, asombrado por lo bien organizado que estaba todo, empezando desde el ejército, siguiendo por el edificio cilíndrico y terminando por el interior del mismo al ver todas las instalaciones con sistemas de seguridad. Arriba en la azotea a modo de helipuerto donde se hallaban ahora, Emilie empujó al rehén dirigiéndolo hacia la única puerta que había, atisbando una gigantesca escalera que parecía no tener fin. El cazador bajó todos los peldaños luchando por no tropezar por culpa de la fuerza y la presión que la fémina ejercía en su espalda, obligándolo a bajar más rápido. Justo al final del camino, se hallaba Theodore Lauper esperando a su invitado; vestido de traje y con la barba gris recién afeitada, le dedicó una sonrisa un tanto forzosa retirándose un mechón del rostro con un simple meneo de cabeza hacia uno de los laterales.

⸺Bienvenido, Dexter ⸺dijo Theodore⸺.

Emilie le retiró la mordaza y, al ver que su boca quedó completamente muda, le dio un leve puntapié a la altura del gemelo para hacerlo hablar. A pesar de eso, Dexter siguió callado sin decir nada, es más, no iba a gastar saliva en el hombre que creó el virus y que tanto se encargó de destruir.

⸺Hemos traído un mudo a Osiris... ⸺comentó Theodore entre risas⸺. Veamos cuánto vales para Brie si es que viene. De lo contrario, te mataré.

Dexter prefería morir a tener que ver a Brie en ese lugar, aunque sabía de sobra que ya estaría de camino para ayudarlo. Ella nunca lo dejaría morir y mucho menos, morir solo. Ante tales pensamientos, Dexter se llenó de una rabia tal que desequilibraba todas las balanzas, lanzando un escupitajo a la cara de Lauper. Todo se detuvo, el jefe de la organización se limpió el esputo del rostro con cierta repugnancia, siendo él mismo el que empezó a golpear a Dexter, tumbándolo en el suelo mientras sus bonitos zapatos negros recién acicalados se hundían en el estómago del contrario con fiereza, logrando que la boca de Dexter expulsase sangre. Al dejarlo vulnerable a su merced, Theodre se inclinó y lo agarró del pelo levantándole la cabeza del suelo.

⸺Cuando Brie venga, serás el primero en caer frente a sus ojos. Mientras tanto, voy a poner a prueba tu fortaleza física.

Lauper hizo un gesto con la cabeza, soltando después el pelo ajeno con fuerza volviéndole a chocar la cabeza contra el suelo antes de que dos de sus hombres lo levantaran y se lo llevaran a una habitación especial donde no existía el día. Sólo la noche. Dexter recuperó el aliento perdido, aunque todavía seguía malherido con magulladuras en el rostro. Sus ojos divisaron una puerta en frente al detener el paso. Uno de los hombres sacó una llave del bolsillo y abrió para, acto seguido, arrastrar a Dexter al interior de un empujón. La puerta se cerró de nuevo y un par de luces plateadas se encendieron. Lo que él encontró allí, fueron dos internos vestidos de blanco y despeinados como dos auténticos locos de manicomio: Chandler y Lexie, los padres de Brie. Dexter no sabía quiénes eran, nunca les había visto ni en persona ni en las fotos, por lo que eran completos desconocidos o, más bien, dos desquiciados caníbales que se levantaron del suelo como si fueran caminantes sin llegar a serlo. Lexie dio un grito de histeria y se lanzó al cuello de Dexter con brutales intenciones de devoro instantáneo, pero éste se defendió completamente estampándole el cuerpo flacucho y debilitado contra una de las paredes. Entonces, Chandler se aferró a su espalda, Dexter golpeó al contrario con una patada trasera haciendo que la silueta de Chandler se arrodillara ante él. El hombre se quedó mirando los ojos claros de Chanlder, los cuales les resultaban familiares sin llegar a relacionarlos con la genética de Brie. Y entonces, Dexter cerró la palma de la mano y golpeó la cara ajena en repetidas ocasiones consiguiendo derribar al contrario hasta la inconsciencia y, finalmente, la muerte. Ahora, él buscó a Lexie y la tomó del cuello con ambas manos, redirigiendo el cráneo contra la pared, estampándolo en ella una y otra vez hasta sentir que sus huesos se partían con cada impacto. La cara de la fémina quedó completamente irreconocible, pero no había opción, una vez más era matar o ser matado. Dexter había matado a los padres de Brie en completa ignorancia, ni siquiera sabía quiénes eran realmente. El hombre retrocedió hacia la pared más cercana donde apoyó la espalda, dejándose resbalar en ella sintiendo su trasero en el suelo sobre el que descansó después de que dicha "prueba" de fortaleza física lo dejase demasiado agotado. Cinco minutos después, pudo ver la sombra de alguien al otro lado de la puerta que dejaba pasar algo por debajo de la misma. Frunciendo el ceño, Dexter se volvió a levantar y cogió aquello que fuese, sintiendo una fuerte punzada en lo más profundo de sí mismo al contemplar una foto familiar donde aparecía Brie junto a Lexie y Chandler, justo las personas que acababa de matar. La foto se resbaló de sus manos, de haberlo sabido, se habría dejado matar para no tener que herir a la chica y, por ende, no tenerla atada a él cada vez que a Dexter le pasara algo. Justo ahí, una parte de su mente se desquebrajó como una placa de hielo, parecía haberse ausentado a un mundo donde la locura mental era la reina del lugar, pues los ojos de Dexter comenzaron a buscar cualquier objeto que sirviera para quitarse la vida. Prefería eso que tener que vivir toda una vida con el odio que Brie sentiría hacia él cuando descubriera que él había sido el verdugo de sus padres. 

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