Dos días después, Brie formó un grupo grande para salir a por gasolina a otra ciudad, un equipo formado por los de siempre: James, Jacob, Dexter, Paul, Dean, Susan y Kane excepto Claire, a quien le pidió quedarse y controlar al resto de miembros y que se encargara también de ejercer como líder mientras no estuvieran en Sheller. Claire le obedeció y el grupo se dividió en dos cogiendo dos vehículos y partir así hacia Marietta, Georgia; una ciudad que quedaba a media hora de Atlanta más o menos. En primer lugar iban Kane, Susan, Dexter y Paul, que eran los que sabían cómo poder llegar a la ciudad tomando el camino más corto sin demorarse. Normalmente, lo más lógico era llevarse a un equipo pequeño si la intención era sólo gasolina, pero Brie tenía pensado dar un rodeo por la ciudad y saquear lo que encontrara y llevarlo a Sheller. Los graves problemas vinieron después cuando, al cabo de un cuarto de hora de camino, se encontraron la carretera cortada por unas caravanas, un par de coches blindados y unos camiones que parecían más una especie de muralla para que nadie pudiera cruzar. Era el único camino hacia Marietta. Los coches se detuvieron y Brie sacó la pistola antes de salir, ordenando que los demás hicieran lo mismo. Pasaba algo extraño. Se acercaron a los vehículos parados. Brie tocó un par de veces la puerta de las caravanas y agudizó todavía más el oído, no parecía haber caminantes cerca y tampoco los presentía. Eso parecía más bien una trampa que cualquier otra cosa.
Brie escuchó cierto movimiento en los extremos del bosque, parecía que alguien los acechaba desde buenos escondites, por ello ordenó de inmediato que retrocedieran y volvieran a los coches, pero cierta orden fue dada demasiado tarde; tenían compañía. De ambos extremos, salieron hombres bien armados y equipados hasta con chalecos antibalas que los superaban en número, un número bastante elevado de unas veinte personas. Un muchacho de estatura alta, pelo rubio corto a capas, ojos grises y con una hoz de batalla por arma, se acercó a los ocho miembros que ahora estaban atrapados.
⸺Nadie se irá de aquí sin que él lo decida ⸺dijo el chico que, físicamente aparentaba más de treinta años⸺.
Brie, como líder de su gente, se hizo paso entre los demás y se colocó frente al ojo derecho de un líder que todavía no había hecho presencia en el escenario. Las miradas de esos dos chocaron con cierta seriedad, pero Brie debía mantener la calma y sus modales si quería que nadie saliera herido.
⸺Vaya, veo que eres el lameculos de tu jefe ⸺dijo Brie⸺.
Al contrario pareció no hacerle demasiada gracia.
⸺Y el tuyo parece esconderse tras la silueta de una niñata ⸺respondió⸺.
⸺He aquí la líder. ¿Te sorprende lo que puede hacer esta niñata?
El rubio rio a carcajadas sin creerse ese cuento demasiado. Ella era demasiado joven para mandar por encima de lo que se consideraba un pequeño grupo de ocho personas.
⸺Bueno, apártate de mi camino y dile a tu líder que dé la cara ⸺prosiguió él⸺.
⸺La tienes en tus narices. ¿Sabes? Te dejaría unas gafas, pero ni con esas conseguirías ver el ridículo que haces.
Él, le levantó la mano con intención de golpearla y Brie esquivó el golpe echando un poco su espalda hacia atrás.
⸺No está mal... ⸺dijo Brie⸺.
⸺Seré breve, niña. Soltad las armas y nadie tendrá por qué morir ⸺ordenó⸺.
⸺No pienso dar esa orden.
El hombre hizo un chasquido con los dedos y varios de esos hombres se empezaron a acercar a los compañeros de Brie con las armas cargadas dispuestos a dispararles. De inmediato, Brie les dio la orden y los demás les entregaron las armas quedándose desarmados. El joven se acercó lentamente al oído de Brie.
⸺¿Ves como no era tan difícil?
⸺¿Nos dejaréis ir?
⸺No. Ahora le toca decidir a él.
⸺¿Y dónde está?
Señaló los vehículos estacionados. De una de las caravanas se escuchaban ciertos ruidos hasta que vieron abrirse la puerta por la que salió un hombre armado con un martillo cuyo aspecto físico Brie reconocía por completo: Ray, el convicto que Ellen entrenó en primer lugar y que ahora estaba allí frente a sus ojos. Eso significaban serios problemas, pues se hallaba frente a una persona que en combates era igual o mejor que ella. Con una mano libre, Ray se limpió la espuma de afeitar del cuello mientras se paseaba con elegancia mirándola a los ojos estallando a carcajadas.
⸺¿Qué ven mis ojos? ¿Acaso no es una mujer liderando? No está mal, me esperaba algo mucho peor porque... ⸺Ray se dio la vuelta y señaló a Kane⸺. No creo que ese "japo" tenga los cojones de llevar un grupo, ni tampoco la otra, no ⸺volvió a girarse mirando a Brie de cerca⸺. Tenías que ser tú.
Ray silbó y el rubio de antes le lanzó la hoz de batalla que Ray cogió por el mango y así poder mostrarle el filo a Brie.
⸺Has desobedecido a la primera orden que mi chico te ha dado ⸺dijo él, señalando a su títere⸺.
⸺¿Es tu novio? Brillante pareja ⸺dijo Brie⸺.
Ray la tomó del cuello con fuerza. Todos, en especial Dexter, se pusieron nerviosos e intentaron atacar, pero los empujaron enviándolos de vuelta a su sitio.
⸺Doble Erre, cuéntale a esta chica lo que les pasa a los que desobedecen mis órdenes ⸺dijo Ray apretando el cuello de la chica⸺.
Doble Erre rió.
⸺Purga ⸺respondió⸺.
—Exacto. Purga ⸺dijo Ray enfatizando la última palabra⸺. Y tú serás la primera en ver caer a tu gente.
⸺¿De verdad lo crees, Ray? Te conozco más de lo que crees ⸺dijo Brie⸺.
El haber escuchado su nombre en los labios de esa desconocida, hizo que se detuviera en sus órdenes de matarlos a todos ahí y en ese momento. Ray sonrió y se acercó a Brie demasiado después de haber soltado su cuello.
⸺Querida, tenemos todo el tiempo del mundo para charlar. Os invito a mi humilde morada, pero os aseguro que vais a desear cada día que os hubiera matado aquí. ¡Atadlos y amordazadlos!
Brie sabía delante de la clase de hombre en la que estaba, pues a parte de haber sido entrenado por Ellen, él antes había tenido una vida sanguinaria cuyas víctimas mataba torturando hasta la agonía, y eso era todavía más grave que simplemente tener un carácter duro como el de Brie. Doble Erre le ató las manos a la espalda, poniéndole luego una cinta negra como mordaza en la boca de igual forma que al resto antes de subirlos a la parte trasera de un camión donde los encerraron a la vez. Acababan de ser secuestrados y desarmados por un hombre que tenía aún menos escrúpulos que Joey. Todo eso en un mismo día y lo que faltaba por soportar.
Una vez en la parte trasera del camión reclutados, Brie se levantó e intentó golpear la puerta para poder abrirla sin resultado alguno, sabía que era inútil y que se abría desde fuera, pero necesitaba golpear algo con lo que desahogarse de una vez. La única parte positiva de haber encontrado a Ray, era que él era la única persona que sabía o tendría noticias de su hermano, al cual intentó reconocer en medio de aquellos hombres en vano, ni siquiera sintió una corazonada que le hubiera conectado con alguien, era como si Erron hubiera desaparecido para siempre y tuviera que lidiar con ello. Si algo se preguntaban los demás, era el motivo por el cual, Brie conocía a Ray. James podría atreverse a preguntar, pero la mordaza le prohibía decir palabra alguna e incluso salivar como al resto de secuestrados.
Dexter gruñó en alto, quería que Brie se sentara y se relajara para evitar un estrés que le complicara el embarazo, pero Brie era demasiado cabezota y demasiado bruta como para estarse quieta. Lo raro sería si estuviera en completo sosiego dada su constante inquietud las veinticuatro horas del día de todo un año. Dexter se levantó bruscamente y tiró del brazo de Brie, acercándola donde ellos estaban sentados y así poder sentarla él mismo bajo su supervisión, a veces a las malas, no le quedaba otro remedio que obligarla a hacer las cosas por su bien.

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INMUNIDAD.
Mistério / Suspense< El mundo ha sido cautivo por un virus letal que convierte a las personas en muertos vivientes y, un poderoso científico, es el causante de tal atrocidad, creyendo que nadie es capaz de detener su horrible plan de destruir la humanidad, pero no...