Tres días pasaron ya; era casi de noche cuando todos cenaban llenando sus estómagos hambrientos antes de que cayera finalmente el ocaso. A pesar de que Brie estuvo vigilando a Emilie, no volvió a encontrar nada sospechoso en su forma de actuar ni de hablar. Es más, parecía la misma mujer que conoció hace unos días. Esa noche, James tenía de nuevo el turno de vigilancia, parecía que últimamente se encariñaba con hacer la guardia y no dejaba que nadie más lo sustituyera a no ser que estuviera realmente agotado. Su actitud era demasiado extraña, como si se estuviera obsesionando específicamente con esa tarea. Al llegar la hora de dormir, Dexter y Brie se pusieron juntos uno en cada saco para aprovechar una de tantas noches donde no hacía mucho frío. Se dieron las buenas noches con un beso en los labios y se acomodaron intentando conciliar el sueño de una vez por todas. En mitad de la madrugada, Emilie agarró una pequeña piedra camuflada en la tierra y la lanzó hacia Brie, la misma que le golpeó en su antebrazo y la despertó lentamente y con un atisbo notorio de confusión. Sin despertar a Dexter, se incorporó aún dentro del saco y miró alrededor sin ver a nadie con los ojos abiertos. Su vista se fue al exterior y pudo ver a James cogiendo su arma de fuego y abandonar su puesto de vigilancia. Extrañada, se levantó con cuidado y cogió el arco con sus respectivas flechas dentro de la aljaba, saliendo fuera viendo que James se alejaba del terreno. ¿Qué demonios hacía? Al pensar que ocultaba algo bastante grave, no dudó en seguirlo a hurtadillas sin alertarlo y caminó despacio escondiéndose de vez en cuando de árbol en árbol siempre y cuando los hubiera. Finalmente, la persecución sigilosa se acabó en la elevación rocosa donde James se detuvo y se abrochó la cremallera de la chaqueta marrón, dándose después la vuelta. Allí estaba Brie ya al descubierto y alejada de sus escondites buscando respuestas.
⸺¿Qué cojones haces, James? ⸺preguntó ella⸺.
Sin acercarse ni un solo paso más para no ser abatido de un plumazo por Brie, cargó la pistola y apuntó directamente a la cabeza de la que antes fue su amiga.
⸺Lo siento, Brie.
⸺¿Vas a matarme?
⸺Si intentas marchar, es lo más probable.
Brie frunció los ojos, aún seguía sin entender absolutamente nada, pero sabía a quién estaba obedeciendo con toda certeza.
⸺¿Qué te ha prometido esa tía?
⸺Algo que no podrías proporcionarme tú.
En ese momento, el sonido de avionetas invadió el lugar paulatinamente. Brie desvió la mirada al cielo y atisbó dichos transportes acercándose a gran velocidad.
⸺¿¡Qué has hecho!? ⸺dijo Brie⸺.
⸺Salvarme a mí mismo.
Las avionetas pasaron de largo de aquellos dos, dirigiéndose hacia la cueva donde comenzaron a escucharse disparos. Ahí supo realmente Brie de qué bando formaba parte Emilie y de que, en un descuido, su dispositivo fue robado para pedir ayuda a Osiris. Dio un leve traspiés intencionadamente para acudir al rescate de su gente, pero James disparó el arma haciendo que la bala pasara muy cerca de una de sus rodillas. Intimidarla no fue tarea sencilla, de hecho, fue imposible. Pocas cosas eran las que intimidaban a Brie.
⸺Intenta detenerme si puedes, pero te juro, que tu traición me la voy a cobrar con sangre ⸺le advirtió ella⸺.
Brie se dio la vuelta y corrió en dirección a la cueva, esquivando las balas que James disparaba en su contra con tal de herirla y no dejarla llegar al escenario del caos. Justo al plantarse allí, la cueva lucía completamente destrozada y no se vio a nadie de los suyos salvo a Emilie posando una pistola sobre la cabeza de Dexter amenazando con volarle la cabeza. Antes de que las avionetas disparasen para matar a todos los compañeros de Brie salvo a Dexter, Emilie ya había aprovechado cogiéndolo de rehén. De rabia y dolor, Brie cargó una flecha y apuntó a la cabeza de Emilie decidida a disparar en cualquier momento con tal de salvar a la única persona de su entorno que al parecer, quedaba con vida. O eso era lo que ella creía.
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Inmunidad.
Misteri / Thriller< El mundo ha sido cautivo por un virus letal que convierte a las personas en muertos vivientes y, un poderoso científico, es el causante de tal atrocidad, creyendo que nadie es capaz de detener su horrible plan de destruir la humanidad, pero no...