Vuelta a Hogwarts.

48 3 0
                                    

Las navidades habían pasado rápidamente y ya nos encontrábamos volviendo a Hogwarts. El viaje de vuelta se había hecho muchísimo más corto que el de ida, seguramente por lo impacientes que estábamos por llegar ya. Al llegar agarramos nuestras maletas y nos fuimos hacía el castillo. Al llegar allí nos encontramos con Harry y Ron que se encontraban en la puerta esperándonos con una sonrisa.

¡Tengo que enseñaros algo! -exclamo Harry cuando llegamos junto a ellos-¡Ahora mismo!

Pero tenemos que soltar nuestras cosas -dijo Nazaret señalando nuestras maletas-

Luego habrá tiempo para eso, ahora debéis venir -intervino Ron mientras me agarraba-

Harry agarro a mi hermana y ambos empezaron a tirar de nosotros por pasillos y sitios del castillo que desconocíamos. Al llegar frente a una puerta Harry nos hizo entrar a nosotras primero. La sala estaba completamente vacía, solo contaba con un espejo en uno de sus lados. Harry y Ron corrieron hacía el espejo y ambas fuimos tras ellos.

¿Para esto nos haces correr tanto? ¿Para enseñarnos un maldito espejo? -le pregunto Nazaret molesta a Harry-

No es un simple espejo. Dumbledore me explico que muestra nuestros deseos mas ocultos. -explico Harry- Poneos delante y mirad.

Me puse delante del espejo. Al principio solo veía mi reflejo, pero segundos más tarde vi mi deseo más oculto. Me vi a mi misma casada junto a Ron y con un par de pequeños pelirrojos. No pude contener mi sonrisa mientras tenía la vista clavada en el espejo. Pero tampoco es que necesitara aquel espejo para saber cual era mi deseo más oculto. Me aparte del espejo y mi hermana se puso delante de este. Tras unos segundos mi hermana miro con la boca abierta el espejo y luego sonrió para después apartarse del espejo.

¿Qué habéis visto? -nos pregunto Ron-

Nada, lo mío era una simple tontería -respondí encogiéndome de hombros-

Yo no lo dire, también era una tontería. Una gran tontería -contesto Nazaret- Me voy a soltar mis maletas, nos vemos a la hora de la comida.

Mi hermana agarro sus maletas y se fue de la sala, dejándonos completamente solos y a mi con una gran duda de lo que podría haber visto en el espejo. Ella seguramente podría intuir que había visto yo al ponerme delante del espejo, pero yo no tenía ni la más mínima idea de lo que mi hermana podría haber visto para poner aquella cara. Me despedí de los chicos y me dirigí hacía los aposentos de Gryffindor para soltar mis maletas y de paso saludar a Hermione, quien seguramente ya estaría estudiando para los exámenes que se nos aproximan cada vez más y más.

Draco POV.

Estaba en la sala común de Slytherin, leyendo el manual de transformaciones intentando entender una hechizo que no lograba asimilar, cuando escuche el golpe de las escaleras. Cerré el libro, lo deje sobre la mesa y me levante del sofá para ver quien era. Entonces la vi a ella. Bajaba con una maleta en cada mano mientras su pelo caía sobre su cara. Fui hacía las escaleras y tomé una de sus maletas haciendo que ella levantara la cara y me sonriera.

Me alegra volver a verte -le dije mientras soltaba su maleta-

Lo mismo digo Draco -dijo Nazaret con una sonrisa- ¿Qué hacías aquí solo?

Leía el libro de transformaciones. Ya sabes que tenemos los exámenes pronto y aún sigo sin entender un hechizo -le explique mientras me sentaba en el sofá-

¿Cuál no entiendes? -me pregunto Nazaret mientras tomaba el libro de transformaciones y se sentaba junto a mi- Puedo ayudarte, tenemos tiempo hasta el almuerzo.

Sonreí. Cogí el libro y puse la página en donde salía aquel hechizo que no entendía. Ella se sentó mas cerca de mi mientras me explicaba el hechizo. Nuestras cabezas estaban muy juntas mientras intentaba prestarle atención a lo que me explicaba, pero era imposible. Me distraía mirando la forma en que sus labios se curvaban y en como se tocaba la punta del pelo cuando se ponía nerviosa porque continuaba sin enterarme. Al final tomo la decisión de que hiciera un pequeño resumen del hechizo para poder entenderlo antes del examen o por lo menos saberlo de memoria por si caía. Tome la pluma que me regalo y un pergamino y me dispuse a tomar nota de lo que ella me explicaba.

Cuando estábamos casi terminando Pansy irrumpió en la sala común de forma muy ruidosa. Nos miro a ambos y luego su mirada se dirigió solamente a mi.

Draqui, que alegría volver a verte -dijo Pansy con una sonrisa- Bonita pluma ¿Dónde la has comprado? -pregunto pasando sus manos por mi pluma-

Me llamo Draco y no la he comprado, es un regalo de navidad. Me lo ha regalado Nazaret -respondí mientras mi mirada se dirigía hacía Nazaret, fijándome en que en su mano izquierda llevaba la pulsera que le regale-

Oh, pues que bien. Nos vemos en la comida -dijo Pansy molesta mientras subía a su cuarto-

Nazaret y yo nos miramos y ambos soltamos una carcajada al mismo tiempo. Era demasiado gracioso ver como a Parkinson le molestaba tanto mi amistad con Nazaret. Algunos rumores contaban que Parkinson estaba celosa porque pensaba que teníamos algo más que una amistad, pero yo pensaba que simplemente se sentía celosa porque ya no era el centro de atención de la mayoría del mundo. Guarde mi pluma y mi pergamino y espere a que Nazaret subiera sus maletas a su habitación. Había querido ayudarla, pero no pude puesto que los chicos no podíamos entrar a la habitación de las chicas por más que quisiéramos. Al cabo de unos minutos ella bajo con un jersey de color verde y unos vaqueros puestos. Ese día no teníamos clase, porque era la vuelta de muchos alumnos, por lo que no tendríamos que lleva el uniforme puesto.

Haciendo honores a los colores de la casa -le dije con una sonrisa mientras miraba su jersey-

Ella se limitó a sonreír y ambos salimos de las mazmorras para dirigirnos al gran comedor. Ella me contaba los regalos que había recibido y como lo había pasado en navidades mientras yo solo me limitaba a escuchar. Estaba acostumbrado a que siempre fuera a mi a quien me escuchaban, pero con ella todo se volvía diferente. Era la única que realmente era mi amiga. Crabbe y Goyle no eran más que dos personas que estaban conmigo y reían mis gracias solo porque llevaba el apellido Malfoy. Pero a ella no le importaba todo eso. A pesar de mi apellido, de la reputación de mi padre y de haberla insultado varias veces, ella acepto ser mi amiga sin ningún problema. Íbamos a entrar al gran comedor cuando note como tiraban de ella y la apartaban de mi lado. Me gire y vi a unos de los gemelos Weasley abrazarla y darle un beso en la cabeza. Sin saber porque, algo se removió en mi interior al ver aquella escena.

Me alegra verte de vuelta pequeña -escuche como el pelirrojo le decía a Nazaret-

A mi también me alegra verte George -dijo Nazaret con una sonrisa- Ahora iba a comer con Draco, ¿Hablamos luego mejor?

Claro, cuando quieras -respondió George para después darle un beso en la mejilla- Pero esta siempre alerta, recuerda que Fred y yo te debemos una.

El pelirrojo se fue hacía su mesa y Nazaret volvió un poco nerviosa, seguramente por las palabras de aquel pelirrojo. Saque las manos de mis vaqueros y nos dirigimos hacía nuestra mesa, la cual estaba casi vacía, puesto que mucha gente llegaba por la tarde ya que los traían sus padres. Nos sentamos a comer en silencio en mitad de la mesa. Pero aquel silencio no duro mucho. En cuanto Parkinson entro por la puerta del gran comedor supe que aquella paz que nos rodeaba se había ido totalmente en aquel instante. En ese momento fue cuando más odie que la mesa estuviera tan vacía, puesto que ya no podría poner pegas porque Parkinson se sentara a mi lado. Pero me había equivocado. Parkinson se sentó hacía el final de la mesa junto a sus amigas. Solté un suspiro y Nazaret río por lo bajo, haciendo que yo también riera un poco. Muchos pensaban que yo era algo dramático, pero ellos no sabían lo que era tener que soportar a alguien como Parkinson durante la mayoría del día.

Cuando la comida termino Nazaret se despidió de mi, ya que tenía que ir con sus amigos a tratar algunos asuntos. Decidí volver a la sala común a terminar de entender el hechizo que no había conseguido aprender en toda la mañana. Y así pase la mayoría de la tarde. Sentado en el sofá de la sala común con el libro de transformaciones en mis rodillas intentando entender todo lo posible.

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora