Primera Prueba.

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Draco POV.

La primera prueba finalmente había llegado. Llevaba días sin hablar con Nazaret y me estaba volviendo loco. El no tenerla a mi lado era una autentica locura, me sentía vació. Había intentado hablar con ella varias veces, pero siempre me daba calabazas o me mandaba a un lugar poco bonito. Esta vez, sin duda alguna, había sido demasiado estúpido. Desde que ella me había dejado de hablar me sentía horriblemente mal. Apenas dormía y solo me alimentaba lo suficiente para aguantar durante todo el día. Sabía lo que debía hacer para ablandar su corazón. Y lo iba a hacer aunque tuviera que tragarme mi puñetero orgullo. En cuanto ella apareció por la puerta del comedor, junto a su hermana y sus amigos, me levante y me aproxime con rapidez hacía ellos. 


Granger. —la llame, consiguiendo que todos se giraran— Siento mucho lo de tus dientes. No fue mi intención que te pasara eso.

Draco Malfoy disculpándose, ver para creer. —se burlo Weasley—

Ronald, bromas a parte. Se esta disculpando. —le regaño Nazaret— Un acto muy noble por tu parte, Draco. 

¿Podemos hablar? —le pregunte—


Nazaret asintió. Le dijo algo a su hermana y a sus amigos que no logre escuchar y salió del gran comedor junto a mi. 


He sido un idiota. El idiota más grande del universo, pero haré lo que haga falta para que me perdones. —le dije— Le pedí perdón a Hermione y haré lo que haga falta.

¿Lo que haga falta? —pregunto Nazaret, cruzándose de brazos—

Siempre y cuando me perdones, haré lo que haga falta. —respondí, observando cada detalle de su hermoso rostro—

Le has pedido perdón a Hermione, lo que fue un acto muy noble viniendo de ti. —comento Nazaret— Una oportunidad. Solo una oportunidad más, Malfoy. Si la cagas de nuevo, ya no habrá más oportunidades. 


Sin pensarlo dos veces, me abalance hacía ella y la sostuve entre mis brazos en un gran abrazo. Abrazarla y sentir que estaba conmigo de nuevo era una sensación tan increíble que me quedaría corto explicándola. Durante el abrazo, enterré mi cabeza en su cuello, aspirando aquel aroma tan delicioso que había extrañado tanto. La había extrañado tanto que era difícil ocultar mi enorme alegría. 


Draco, debemos ir a desayunar. Pronto empieza la primera prueba. —anunció Nazaret—

Cierto. —dije, separándome del abrazo— 


Ella me sonrío. Aquella sonrisa tan hermosa me robaba el corazón. Aunque, mejor dicho, cada centímetro de ella me robaba el corazón. Entramos de nuevo al gran comedor, pero esta vez siendo de nuevo amigos. Nos sentamos juntos y desayunamos mientras nos poníamos al día. 

Tras un rápido desayuno, salimos del gran comedor y fuimos hacía donde se celebraría la primera prueba. Tomamos uno de los primeros sitios y esperamos a que la prueba comenzase. Fleur consiguió quitarle el huevo al dragón rápidamente, al igual que Cedric. Incluso Krum, que parecía tener el cerebro de un maldito mosquito, fue capaz de conseguir el huevo sin acabar en la enfermería con heridas graves. Lo cual era una lastima, porque habría pagado muchos galeones por ver al idiota de Krum en la enfermería. 

Cuando el turno de Harry llego, Nazaret fijo más su mirada hacía el centro. Los nervios la estaban comiendo y se que lo estaba pasando realmente mal por ver a su amigo allí. En cuanto a Potter casi le da el fuego del dragón, Nazaret agarro fuertemente mi mano y su rostro palideció aún más. 


Tranquila, todo va a ir bien, ya lo veras. —le dije, acariciando suavemente sus nudillos— 

No lo se, Draco. El hecho de conocer a Charlie desde hace mucho tiempo te hace ver que los dragones no son de fiar. —dijo Nazaret, soltando un leve suspiro—  Míralo, es enorme y Harry no sabe ni que hacer. 

Incluso yo se que San Potter se librara de esta e incluso apuesto que sale victorioso. —la anime, pasando mi brazo alrededor de  su cintura—  Además, estoy seguro que le habrás ayudado en todo lo que has podido. 


Nazaret se limitó a sonreír, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, sin apartar la vista de Potter y el dragón. Lo que le había dicho era verdad, Potter tenía tanta suerte siempre que aún sin saber lo que hacer, seguramente saldría ileso de la prueba. Potter comenzó a correr y a los segundos su escoba apareció. Potter se echó a volar, consiguiendo que el dragón rompiera las cadenas que lo sujetaran y volando tras él. Nazaret soltó un pequeño gritito y se agarro con más fuerza a mi. Sin duda alguna, si el hecho de que Potter este en peligro hacía que Nazaret estuviera así conmigo, desearía que Potter estuviese en peligro todo el tiempo. 

A los minutos, Potter volvió sin el dragón detrás de él. Victorioso, tomó el huevo entre sus manos y lo alzó por encima de su cabeza. En aquel momento, Nazaret sonrió alegremente y se lanzó a mis brazos. Sabía que aquel abrazo era porque Potter estaba bien, pero me daba igual. El hecho de tenerla entre mis brazos era la sensación mas increíble del universo. Ella se aparto del abrazo y me sonrió. Me dio un beso en la mejilla y fue corriendo junto a sus amigos. La vi irse con ellos. La observaba hablar desde lejos. Inconscientemente sonreí. Pensaba que siempre lo había tenido, pero entonces ella entró en mi vida y me hizo ver que aún me faltaban cosas. Me faltaba ella. 






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