Complicated Love

Las maldiciones imperdonables.

Nazaret POV.

Los días siguiente pasaron sin ningún incidente. Solamente, la mayoría de los alumnos aprovechaban lo ocurrido y se burlaban de Draco cada vez que él caminaba por los pasillos. Esta era otra de esas veces. Me encontraba con Draco, caminando hacía el gran comedor para tomar el desayuno antes de nuestra primera clase de Defensa contra las artes oscuras, cuando unos chicos de primero se burlaron de Draco.

¿Qué se siente al probar de tu medicina, Malfoy? —pregunto uno de los chicos cuando pasamos por su lado—

¡Ser un hurón no debió ser muy satisfactorio para tu ego! —exclamo el otro chico soltando una risa—

Draco se limitó a ignorar los comentarios, agacho la cabeza y continuó caminando como si nada. Sin embargo, yo no iba a continuar consintiendo que fueran tan crueles con Draco. Draco llevaba días y días aguantando miles de insultos y comentarios desagradables, llorando en silencio en la sala común cuando estábamos solos. Me gire hacía los chicos y los apunte con mi varita.

Draco fue un hurón, pero ¿Queréis sentir como es convertiros en rata? —les pregunte a los chicos acercándome a ellos y apuntándolos con mi varita— Se el hechizo y, si volvéis a hacer otro  comentario, no duraré en usarlo. 

Draco tiraba de mi túnica, rogándome que los dejara en paz, que no pasaba nada. Pero yo sabía que no era así. Había visto a Draco pasar los peores días por culpa de esa clase de insultos y no iba a permitirlo más. Draco continuaba tirando suavemente de mi, pero ignoraba sus suplicas. No fue hasta que tuve al profesor Snape frente a mi, hasta que me di cuenta de que aquello era de lo que Draco me estaba avisando.

¿Qué se supone que ibas a hacer, Blackesley?  —me pregunto Snape mirando la escena—

Nada, profesor Snape. Ella iba a arreglarme un bolsillo de la túnica que se me acaba de romper. —contestó Draco en mi defensa—

Muy honorable por tu parte mentirme de esa manera para defender a tu amiga. —dijo el profesor Snape lanzando una mirada a Draco— Pero se perfectamente lo que hacía, por lo tanto, diez puntos menos para Slytherin por mala conducta. 

Los alumnos de primero salieron corriendo hacía el gran comedor. El profesor Snape se dio la vuelta y volvió a emprender su camino hacía el gran comedor. Guarde mi varita de nuevo en la túnica y solté un suspiro. No era justo que a mi casa le quitaran puntos por esto y aquellos niños se fueran de rositas. 

No debiste meterte en líos por mi. —me dijo Draco mientras entrabamos al gran comedor—

No voy a permitir que te digan semejantes chorradas. ¿Somos amigos, no?, pues los amigos cuidan el uno del otro. —le dije con una sonrisa mientras entrabamos al gran comedor— Tu harías lo mismo por mi. 

Draco me sonrió de vuelta y pude sentir como el corazón casi se me sale de la boca. Por mucho que pasara, no me cansaba de aquella hermosa sonrisa y aún menos cuando Draco solía sonreír muy poco. Me alegraba verle sonreír después de los días tan horribles que había pasado. Sabía que Draco también hacía esos comentarios, pero no los hacía durante todo el día ni todos los días. Como le dije a mi hermana, Draco tiene un lado bueno en el fondo y yo lo estoy viendo más a menudo. 

Desayunamos rápidamente, mejor dicho, yo desayune rápidamente y esforcé a Draco para que desayunara todo lo rápido que pudiera. Quería llegar de las primeras a la clase de Defensa contra las artes oscuras para obtener un buen sitió.