La acusación.

43 2 0
                                    

Nazaret POV.

La primera visita a Hogsmeade había llegado, lo que había sorprendido a muchos alumnos. Puesto que se habían tomado tantas precauciones, muchos creíamos que la visita a Hogsmeade quedaría prohibida, pero gracias a Merlín que no ha sido así.

Me vestí y terminé de peinarme para ir a reunirme con los chicos. Me despedí de Draco con un beso y salí de la sala común. Como Draco tenía su segundo castigo con McGonagall no podía venir a Hogsmeade, lo que me entristecía, ya que quería pasar más tiempo con él.

Me reuní con los chicos en el patio y pasamos los controles, lo que era realmente estúpido, ya que deberían realizarse al entrar y no al salir. Mientras salíamos, Harry nos contaba lo que había sucedido en los dormitorios con Ron y ese estúpido hechizo.


Pudiste haberle hecho daño. —dijo Mar seriamente—

Pero no lo hizo. ¡Fue alucinante! —exclamo Ron con una sonrisa—

Ron, no fue alucinante. Pudo haberte hecho un daño tremendo. —intervine—

Prometo que no lo usaré más, tranquilas. —se defendió Harry—

Lo sacaste de ese estúpido libro, ¿Cierto? —pregunto Hermione arqueando las cejas—

Si. —respondió Harry—

Ya te dijimos miles de veces que devuelvas ese libro, no te trae nada bueno. —comento Mar mientras se ponía bien la bufanda—

Solo estáis celosas porque gracias a ese libro soy mejor que vosotras en pociones. —dijo Harry—

Me da igual que seas mejor que yo en pociones, solo te lo decimos por tu salud. —dije encogiéndome de hombros—


Dejamos el tema y continuamos caminando hacía Hogsmeade. La caminata no fue para nada agradable; hacía tanto frío que parecía que estábamos en el polo norte. Todos nos cubríamos en nuestros abrigos y bufandas, pero nada funcionaba. El frio era más fuerte que cualquier capa de ropa que llevásemos. 

Cuando finalmente conseguimos llegar a Hogsmeade, nos encontramos que la tienda de Zonko había sido cerrada, lo que dejaba claro que toda la alegría se había perdido. 

Ron señaló la tienda Honeydukes, la cual estaba milagrosamente abierta, así que todos corrimos hacía la tiendas para ponernos en calor. 


Gracias a Dios. —dijo Ron frotándose las manos— Quedémonos aquí toda la tarde, por favor

¡Harry, mi chico! —grito una voz detrás de nosotros—

Oh no. —negó Harry mientras nos girábamos—


Los cinco nos dimos la vuelta rápidamente y nos encontramos de frente al profesor Slughorn, quien vestía un sombrero peludo, un abrigo de piel con collar de piel que hacía juego y que le quedaba ridículo y agarraba un bolso de piña cristalizada.


¡Ahora son tres las pequeñas cenas que te perdiste! —exclamo Slughorn dándole un cordial y suave empujón a Harry— Eso no funcionará, mi chiquito, ¡Estoy determinado a tenerlo conmigo en estas cenas! A la señorita Granger y a las hermanas Blackesleys les encantan, ¿no es así?-

Si. —respondimos Hermione, Mar y yo al unísono—

Entonces, ¿por qué no vienes Harry?—le pregunto Slughorn—

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora