Exámenes.

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Nazaret POV.

Los exámenes habían comenzado y con esto nuestra felicidad se había ido. Ahora mismo, vivíamos entre un montón de libros y un gran agobio. El primer examen llegó el lunes y era el de transformaciones. Por la mañana tuvimos la parte teórica y por la tarde la parte practica. A todos nos había ido muy bien ambas partes, por lo que habíamos empezado bien los exámenes.

Al día siguientes, Martes, llegó nuestro siguiente examen que era el de transformaciones. La profesora McGonagall se porto bien en ambas partes, por lo que a todos nos volvió a ir bastante bien, aunque también habíamos cometido algún que otro fallo. Ninguno de nosotros era perfecto. 


Parece ser que los profesores no están siendo bastante crueles, a pesar de que son los TIMOS. —comento Hermione mientras salíamos del examen practico de transformaciones—

La verdad que no, pero si es verdad que en algunas preguntas van a pillar. —dije soltando un suspiro—

Aún nos quedan exámenes por delante, no hablemos antes de tiempo. —intervino Harry—

Harry tiene razón y más aún cuando nos queda el examen de Snape, por ejemplo. —comento Mar encogiéndose de hombros—

Cierto, aún nos queda mucho por delante. —dijo Ron rodando los ojos—


A penas teníamos tiempo de descansar, puesto que salíamos de un examen y ya estábamos estudiando para el siguiente. El miércoles tuvimos el examen de Herbología, que nos resulto un poco más difícil en la parte practica, pero aún así logramos superarlo bastante bien, o eso creíamos al menos. El jueves llegó el examen del que ninguno teníamos ganas; el de defensa contra las artes oscuras.  Umbridge era tan predecible, que tanto su examen teórico como practico resultaron una tremenda basura y un gran aburrimiento.


Un poco más y me duermo en mitad del examen. —comento Hermione mientras caminábamos por los pasillos— 

Y yo que pensaba que el examen más aburrido sería el de historia de la magia. —intervino Ron soltando un suspiro—

Estáis en lo cierto, pero es Umbridge. No podíamos esperar mucho de ella sabiendo como le gusta manejar las cosas. —dije encogiéndome de hombros—


Al día siguiente, Viernes, tuvimos el examen de pociones. Tal y como nos imaginábamos, Snape fue aún más severo que lo que solía ser en sus clases. Tanto el examen teórico como el practico fueron un autentico dolor de cabeza, tanto que algunos alumnos salieron llorando y otros tuvieron que salirse a causa de ataques de pánico.

El fin de semana llegó, pero no fue el mejor de ninguno. Todos estuvimos todo el fin de semana encerrados en nuestras salas comunes estudiando como locos, saliendo únicamente para comer y asearnos. 

El lunes llego el examen de criaturas mágicas, que fue bastante fácil teniendo en cuenta lo bueno y dulce que era. Al día siguiente toco el examen de Astronomía, que llego junto a una sorpresa. Por la noche, cuando realizábamos la parte practica, escuchamos como Hagrid gritaba fuertemente intentando librarse de dos hombres. Umbridge también se encontraba presente y McGonagall corría hacía el lugar.


No puede se. —negué con la cabeza mientras mirábamos por la ventana— ¡Esa arpía quiere echar a Hagrid de noche! 

Teniendo en cuenta lo que paso cuanto lo intento con la de adivinación, es normal que quiera hacerlo así para que nadie se de cuenta. —dijo Hermione—

¡Diez minutos! —exclamo el profesor mientras daba vueltas por la habitación—

¡Esa mujer no puede ser peor! —exclamo Seamus observando por la ventana—

McGonagall no dejará que eche a Hagrid, antes muere en el intento. —intervino Mar soltando un suspiro—

Pues si, tienes razón. —afirme mirándola—

Chicos, adoro a Hagrid tanto como vosotros pero si no volvemos al examen lo suspenderemos. —comento Harry volviendo a su sitio—


Todos volvimos a nuestros sitios rápidamente y terminamos el examen. Cuando salimos, pudimos observar como Hagrid seguía en su cabaña, por lo que no habían podido echarlo y también sabíamos que McGonagall había salido trasladada a San Mungo tras recibir unos cuantos hechizos.

Al día siguiente los chicos tuvieron el examen de Adivinación, menos Hermione y yo, puesto que yo tenía el de alquimia. Gracias a la paciencia de Draco y a sus apuntes, logre que el examen fuera bastante bien, lo había comprendido todo. Antes de salir, le di un fuerte abrazo y un beso. Salí corriendo y me dirigí hacía donde se llevaba a cabo el examen de adivinación y me quede esperando a que saliesen los chicos.


Que alegría que el año que viene podré quitarme de esta signatura. —comento Mar saliendo de la clase—

Tendríais que haberos idos cuando pudisteis, como yo. —dijo Hermione uniéndose a nosotros— ¿Qué tal os ha ido?

Bastante bien. —respondí con una sonrisa— La verdad que ha sido todo gracias a Draco. 

A nosotros nos ha ido bien también, o eso creemos. —respondió Ron encogiéndose de hombros— ¿Qué tal tu, Hermione?

Fenomenal, cometí solo un fallo, pero estoy segura de que el resto de mi examen lo compensa. —respondió Hermione con una sonrisa—


Al día siguiente, para gracia de todos, llegó el último examen, el más aburrido de todos; el examen de Historia de la Magia. Como era previsto, el profesor Binns puso preguntar que dejo caer en clase que le encantaban, por lo que la cosa pintaba bastante bien para todos. 

A mitad del examen, Harry tuvo que salir porque se encontraba bastante mal, algo que nos preocupo mucho a todos. Así que en cuanto terminamos el examen salimos corriendo en busca de Harry.


¿Qué ha pasado? —le pregunte a Harry—

¡Voldemort tiene a Sirius! ¡He visto como lo torturaba en el ministerio! —respondió Harry entre gritos—

¡Cálmate, Potter! —grito Mar— El ministerio a esta hora está lleno, así que no podrían entrar si ser visto. Y por otro lado, si eso fuese así, nuestros padres nos habrían avisado.

¡Se lo que he visto! ¡He visto como lo torturaba y no es ninguna mentira! —exclamo Harry—

¿Qué está pasando aquí? —pregunto Ginny, quien llegaba junto a Neville y Luna—

Nada que a ti te importe. —respondió Harry de mala gana—

Que borde eres. —le espetó Ginny cruzándose de brazos—

Harry ha visto que Voldemort torturaba a Sirius. —les dije—

Seguro que está jugando con tu mente para que vayas allí, deberías asegurarte antes. —le aconsejo Hermione—

Hermione tiene razón. —afirmo Ron— Deberías comunicarte con la orden antes de cometer una locura.

¿Y como hago eso? —pregunto Harry—

Fácil, querido Potter. —contesto Mar con una sonrisa— Usas la chimenea de Umbridge mientras que nosotros la distraemos. 

No os pondré en riesgo a todos por una visión mía. —negó Harry—

Tarde, Harry. —le dije con una sonrisa— Ya habéis escuchado cual es el plan, así que manos a la obra. 




Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora