Draco POV.
Las vacaciones de navidad estaban pasando muy lentamente, y más aún con el hecho de que Nazaret había dejado de hablarme. Todo el mundo pensaba que al gran Draco Malfoy le daría igual todo lo que paso, que sería algo sin importancia, pero no era así. Desde que había dejado de hablarme comía menos, me pasaba todo el tiempo encerrado en la sala común y apenas podía concentrarme en las clases y en los deberes. Le había comprado un regalo por navidades, pero no era lo suficientemente valiente como para poder dárselo. Le escribí a mi padre rogándole que detuviese la investigación, pero me respondió que me dejara de tonterías y que el debía tomar cartas en el asunto.
Me dolía como mil demonios verla pasear por los pasillos. Ella no se daba cuenta, pero la observaba la mayoría del tiempo en el que los pocos presentes nos reuníamos para comer. Me quedaba embelesado viendo su hermosa sonrisa, me robaba el aire cuando la veía caminar por los pasillos, mientras su pelo y sus caderas se movían al mismo compás y el corazón me latía rápidamente cuando escuchaba su hermosa risa. Si todos supieran lo que siento por ella, me llamarían loco. Me dirían que yo no tengo que salir con una ''traidora'', pero todo aquello me daba igual. Quizás, le hubiese importado al Draco de antes, pero el Draco de ahora estaba totalmente embelesado por esa chica. Muchas veces, me había replanteado si ella era una veela, pues muchos de sus encantos me hipnotizaban hasta la locura.
El día antes de que terminara navidad, me arme un poco de valor y decidí ir a darle mi regalo. Zabini, que se había quedado también, me animaba cada vez que no me sentía capaz. No negare que al principio él y yo nos llevábamos un poco mal, pero a comienzos del segundo año nuestra relación fue mejorando hasta convertirnos en los amigos que somos ahora. Zabini sabía lo que sentía por ella, me vi obligado a decírselo un día en el que me pillo embelesado en clase de pociones mirándola. Comencé a andar por todo el castillo buscándola para entregarle su regalo. La encontré junto a sus amigos en el patio y sin importarme lo que dijesen, me acerque a ella y le toque el hombro para llamar su atención.
¿Qué quieres, Malfoy? —me pregunto Nazaret mirándome—
Se que es tarde, pero no he tenido valor hasta ahora para entregártelo —le respondí dándole la caja—
No quiero tu estúpido regalo, puedes dárselo a Pansy si quieres —espetó Nazaret girándose hacía sus amigos—
Ella no sabrá apreciarlo como tu, además es para ti. —insistí agarrándola del brazo—
¿Si me lo quedo, me dejaras en paz? —pregunto Nazaret soltándose de mi agarre—
Si —respondí con un suspiro— En cuanto a lo del hipogrifo, le he escrito a mi padre y...
No me importa lo que hayas hecho, porque ya has hecho bastante —me interrumpió Nazaret—
Sin dejarme responder, se dio la vuelta y camino junto a sus amigos hacía la cabaña de Hagrid, dejándome tan solo como llevaba sintiéndome hace muchos días. Tenía a Zabini, Crabbe y Goyle, pero ellos no eran tan importantes comparados con ella. Suspire frustrado mientras volvía a entrar en el castillo. Nunca pensé que llegaría a enamorarme, y menos de una manera tan fuerte. De hecho, la mayoría de Slytherin comentaba que seguramente yo acabaría con Pansy, pero eso nunca sería así. Aunque no estuviese enamorado de Nazaret, nunca acabaría con Pansy, ella tiene todo lo contrario a lo que yo deseo, mientras que Nazaret me proporciona luz, tranquilidad, felicidad y cariño. Ella tenía todo lo que me complementaba, añadido a una belleza de escandalo. Apartando mi amor por ella, no podía negar que era una chica bastante atractiva. Tenía una piel suave, en su cara se mostraban unas cuantas pecas, lo que la hacía ver más hermosa, sus caderas volvían locos a la mayoría de los chicos y, lo mejor de todo, es que no se lo tenía creído como cualquier otra chica.
Camine de vuelta a la sala común, dándole vueltas a diversos pensamientos en como iba a recuperarla. Solía cagarla demasiado, pero esta vez me había pasado. Sabía el cariño que ella tenía con los animales y por la culpa de ser un estúpido y demostrarle que soy mejor que Potter he conseguido que condenen a un animal indefenso. Ella nunca iba a perdonarme esto. La había cagado antes y seguramente podría cagarla más veces, pero con esta me había pasado demasiados limites.
¡Draco! —grito Zabini mientras corría hacía mi— ¿Qué tal todo? Llevo un rato buscándote.
Se lo ha quedado con tal de que la dejara en paz —respondí con la cabeza gacha—
Venga, Malfoy —me animo Zabini dándome en el hombro— Si que te has pasado esta vez, pero ella no es una chica que guarde mucho rencor. Te acabara perdonando tarde o temprano.
No lo se. Es cierto que ella es tan tierna como un oso de peluche, pero esta vez me he pasado bastante. —comente mientras caminábamos—
Tu solo querías que ella te admirará. Tenías celos de Potter y te comportaste como un idiota, pero tu no querías que lo mataran Draco, no es tu culpa. Has hecho todo lo que esta en tu mano porque esto no pase —añadió Zabini—
¿Y de que sirve hacer de todo si la chica que me ha robado el corazón ni siquiera me mira a la cara? —le pregunte mientras me situaba frente a la mazmorra—
Antes de que Zabini pudiera contestarme, le di la contraseña a la pared y pase rápidamente por la sala común en rumbo a mi habitación. Me deje caer en la cama y cerré los ojos. Unas cuantas lagrimas caían por mi rostro mientras me dedicaba a sumirme más en la miseria mientras recordaba su voz, sus ojos, su sonrisa, su armónica sonrisa y todo de ella.
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Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...