The return of the gold quintet.

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Nazaret POV.

El día para regresar a la escuela había llegado. Después del regreso de Voldemort, la mayoría de nosotros tenía ganas de volver allí, porque era el lugar más seguro donde podríamos estar. El camino hacía la estación había sido un infierno; estuvimos veinte minutos andando con las maletas a cuestas y la seguridad de Harry siguiéndonos. Tras aquellos dichosos veinte minutos, finalmente llegamos al anden, esperamos que no hubiese nadie y cruzamos hacía nuestro correspondiente anden. Al llegar allí, soltamos rápidamente las maletas en su sitio y soltamos un suspiro. Al cabo de unos segundos, los miembros que faltaban de la orden se unieron a nosotros.

Cuidaos mucho. —dijo Lupin, dándonos un abrazo a todos— Sobre todo tu, Harry. Ten muchísimo cuidado. 

Sí, no os metáis en ningún lío y tened los ojos bien abiertos. —nos aconsejo Moody mientras nos estrechaba la mano—  Y esto tenedlo muy presente; cuidado con lo que ponéis por escrito. Si tenéis dudas, no las escribáis en las cartas.

Te echaremos mucho de menos, Moody. —dijo Mar, dándole un abrazo a Moody— 

Ya sabes que eres como un tío para nosotros. —dije, dándole también un abrazo a Moody— 

Ha sido un placer conoceros y estoy segura que volveremos a vernos pronto. —dijo Tonks, abrazándonos— 

Al terminar el abrazo, observe como una cabellera rubia se abría paso entre la gente y se quedaba frente a mi. Era nada más y nada menos que mi adorado novio Draco Malfoy, quien ya lucía puesta  su brillante insignia de prefecto. Corrí hacía él y lo abracé con todas mis fuerzas. Llevaba mucho sin sentir su presencia.

Yo también te he echado de menos. —dijo Draco cuando nos separamos del abrazo— 

Sabía que serías el prefecto. —le dije, depositando un beso en su mejilla y tocando su placa—  Serás un buen prefecto, espero.

Mientras que la prefecta no sea Parkinson, me doy por satisfecho.—suspiro Draco— 

Debo decirte que se quien es perfectamente la prefecta de Slytherin. —le anime, sonriendo— 

¿Quién es? —pregunto Draco— 

La tienes delante. —respondí— 

Draco sonrió como no había sonreído nunca y me abrazo fuertemente. En cuanto me solté de su abrazo, Draco volvió a agarrarme y me beso.  Volví a sentir aquellos suaves y cálidos labios que tanto había extrañado estos meses. Entonces, durante este perfecto beso, sonó un silbido de aviso. Los alumnos que aún estaban en el andén se apresuraron a subir al tren. Draco y yo nos separamos con una sonrisa y corrimos hacía el tren. Mientras corríamos, me despedí de Molly y de todos con la mano. 

Vamos a nuestro compartimento. —sugirió Draco mientras caminábamos por el tren— 

Más tarde. Ahora tenemos que ir al vagón de los prefectos. —le recordé, entrelazando su mano con la mía— 

Cierto, lo había olvidado. —dijo Draco, acariciando mi mano— Vamos al vagón de los prefectos. 

Agarrados de la mano, nos dirigimos al vagón de los prefectos para reunirnos con los prefectos de las otras cosas. Al entrar allí nos encontramos a Ernie Macmillan y Hannah Abbott como prefectos de Hufflepuff, a Anthony Goldstein y Padma Patil como los de Ravenclaw y a mi hermana y Ron como los de Gryffindor. 

En la reunión estuvimos todo el rato sentados, escuchando al profesor contarnos cual eran nuestras labores y los derechos que teníamos. Tendríamos que dirigir a los alumnos de primer año de nuestras correspondientes casas, vigilar los pasillos los días asignados, quitar o sumar puntos dependiendo de lo que viéramos y castigar a los alumnos que tuviesen mal comportamiento.

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora