Death Eathers

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Nazaret POV.

No podía creer nada de lo que estaba viendo. Deseaba que todo fuese una broma o, mejor aún, alguna pesadilla de la que despertaría en escasos segundos. Pero no era así. Lo que estaba pasando era tan real como los mortifagos con los que habíamos luchado hacía apenas unos segundos. Draco desarma a Dumbledore y cierro los ojos con fuerza, esperando que todo esto acabe. 

Buenas noches, Draco. —dice Dumbledore—

¿Quién más está aquí? —pregunta Draco dando un paso— Le escuche hablar con alguien.

A veces hablo solo. —responde Dumbledore— ¿Y tú? ¿Actuar solo? 

No. —responde Draco sin dejar de apuntarle— Hay mortifagos en la escuela.

Bien, bien. —dice Dumbledore y por un momento pienso que está alabando a Draco— ¿Cómo conseguiste que entraran? 

Repare el armario evanescente de la sala de los menesteres. —responde Draco— Y lo conecte con su gemelo.

Ingenioso. —comenta Dumbledore ante su respuesta— ¿Y donde están ahora? Porque te veo solo y sin apoyo.

Luchando con algunos miembros de su guardia. —dice Draco— Yo me adelanté. Tengo un trabajo que hacer.

Haz tu trabajo entonces, mi querido muchacho. —dice Dumbledore suavemente—

El silencio volvió a inundar la sala. Draco no apartaba la varita de Dumbledore, pero pude ver como sus manos temblaban y su cara reflejaba miedo. Él no quería hacer esto, pero por alguna razón lo estaba haciendo. 

No debí venir aquí, no debí seguir a mi hermana. Debí quedarme ayudando a los demás a luchar contra los mortifagos, así no hubiese visto está horrible escena. No hubiese visto como el amor de mi vida está convirtiéndose en un monstruo en este momento.

Draco, tú no eres ningún asesino. —dice Dumbledore rompiendo el silencio—

¿Cómo lo sabe usted? —pregunta Draco rapidamente— ¡No sabe de lo que soy capaz!

Oh, claro que lo se. —asiente Dumbledore suavemente— Intentaste matar a Katie Bell y por error envenenaste a tu propio cuñado. Y has estado intentando matarme durante todo el año. Así que, discúlpame Draco, pero tus tentativas han sido tan débiles que me pregunto si de verdad lo intentas con el corazón.

¡Claro que lo intento! —exclama Draco y en su voz puedo notar angustia— He estado trabajando en ello día y noche.

Lejos, en algún rincón del castillo, se escucho un atroz grito que llego hasta nosotros. Draco se puso rígido de golpe y miro por encima de su hombro. El hecho de que no quisiese hacer esto o tuviese miedo no quitaba que no pudiese dejar de verlo como el monstruo que es en este momento. 

Tienes miedo de hacer algo sin que estén ellos aquí. —dice Dumbledore después de escuchar otro grito—

¡No tengo miedo! —grita Draco— ¡Es usted quien debe tener miedo! 

¿Yo? ¿Por qué? Ciertamente creo que no vas a matarme, Draco. —niega Dumbledore tranquilamente— El asesinato no es tan fácil ni inocente como crees y no creo que a ella le gustase saber que lo hiciste.

¡Es por ella que lo hago! —exclama Draco y se que ambos hablan de mi— ¡Es por ella por la que le sirvo a él! ¡Es por ella por la que cumplo sus putas ordenes! 

Dumbledore cierra los ojos y suelta un suspiro. No puedo creer que Draco esté haciendo esto por mi. No puedo creer que todo lo de está noche sea mi maldita culpa. 

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora