Draco POV.
Nazaret había salido con Ronald para ayudarle a encontrar un regalo para su hermana, así que decidí que yo debía hacer lo mismo. Conocía muy bien los gustos de mi novia, pero no me manejaba para nada en el mundo muggle. Me arme de valor y pegué suavemente en el cuarto de Mar, esperando que esta me abriese.
Adelante. —dijo Mar al otro lado de la puerta—
Abrí la puerta y entre en la habitación, encontrándome a Mar tumbada en la cama mirando un objeto que su hermana me había calificado como portatil. Me situé frente a ella, consiguiendo que cerrase la pantalla de ese cacharro y me prestase atención.
¿Qué quieres? —pregunto Mar observándome—
Que me acompañes a eso que los muggles llamáis centro comercial para comprarle un regalo a tu hermana. —respondí encogiéndome de hombros—
Esta bien. Espérame abajo, voy a cambiarme. —dijo Mar levantándose de la cama—
Salí de la habitación y baje al salón para esperarla, admirando las fotografías que había puestas en muchos rincones de los muebles. Me detuve en una en la que salía mi novia, abrazada y sonriendo con aquel estúpido amigo que se llamaba Damon. No lo conocía, pero no me hacía falta hacerlo para odiarle. Iba detrás de mi chica, lo cual era motivo suficiente para odiarle.
La varita. —dijo Mar sacándome de mis pensamientos—
¿Qué? —pregunte apartando mi vista de la foto—
La varita, no vas a salir con ella en el mundo muggle. Además no la vas a necesitar. —repitió Mar—
Esta bien. —suspiré dándole mi varita y viendo como la guardaba en un cajón—
Ahora iremos al banco, debes cambiar tus galeones. —anunció Mar mientras salíamos por la puerta—
¿Por qué? —pregunte—
Porque en el mundo muggle no aceptan galeones, cuñadito. —respondió Mar con una sonrisa—
En lugar de decirle algo brusco ante aquel apodo únicamente me reí. Estar con Nazaret me hacía ser mejor persona y también estaba el hecho de que en el fondo Mar y yo éramos familia, por lo que debíamos llevarnos bien quisiéramos o no.
Tras caminar durante un rato y pasar varios minutos en el banco mágico, finalmente habíamos logrado cambiar mi dinero por dinero muggle. Después de tener mi dinero cambiado nos dirigimos hacía el centro comercial.
¿Qué crees que podría regalarle a un chico como Ron? —me pregunto Mar mientras entrabamos al centro comercial—
Bueno, sois pareja y ningún chico se niega a lo que ya sabes... —respondí arqueando las cejas—
¡Draco! —exclamo Mar mientras un sonrojo inundaba sus mejillas—
Oye, a mi me parece el regalo perfecto. —me defendí levantando las manos—
Porque eres un cerdo. —comentó Mar—
Claro que no. Soy un chico y tu hermana es demasiado caliente y sexy. —dije con una sonrisa—
¡Basta! —dijo Mar moviendo las manos— No quiero saber tus pensamientos con mi hermana.
Cierto, eres muy pequeña para saber de esas cosas. —comente soltando una carcajada—
Ya te dejare un libro que me he leído para que veas lo pequeña que soy. —se defendió Mar cruzándose de brazos—
Me reí mientras entrabamos a la tienda de libros y música. Nazaret me había dejado caer durante estos días que quería una saga de libros y un disco que llevaba deseando desde que salió. Y gracias a que siempre le presto atención y tengo buena memoria me acordaba perfectamente del nombre de ambas cosas.
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Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...