Harry POV.
Tras un día de horribles clases, Mar y yo nos dirigimos hacía el despacho de Umbridge para cumplir nuestro castigo. Un castigo que no merecíamos porque nuestro único delito fue decir la verdad delante de toda la clase y contradecir la horrible mentira que esa mujer decía. Aún así, teniendo la razón y el apoyo de nuestros compañeros, fuimos castigados.
¿Estás listo? —me pregunto Mar mientras nos situábamos frente a la puerta del despacho de Umbridge—
Creo que si. —respondí no muy seguro—
Pegué suavemente en la puerta. Desde el otro lado, escuche a Umbridge decir <<Adelante>>. Abrí la puerta y ambos pasamos al despacho. Todo el despacho y cualquier cosa que hubiese en el despacho era de color rosa. Había platos colgados con imágenes de gatos que se movían. Incluso el azúcar que Umbridge estaba usando en su té era de color rosa.
Veo que habéis sido puntuales. —dijo Umbridge con una sonrisa— Tomad asiento, por favor.
Mar y yo tomamos asiento de mala gana. Nuestra cara dejaba claro cuanto odiábamos estar aquí, pero Umbridge no parecía darse cuenta de eso, ya que nos sonreía amigablemente. Umbridge le pego un sorbo a su té y, tras soltar la taza, se levanto y camino hacía la ventana.
Solo tendréis que copiar ''No debo decir mentiras' unas cuantas veces. —dijo Umbridge mirando por la ventana—
¿Cuántas veces para ser exactos? —pregunto Mar—
Las que sean necesarias hasta que el mensaje os cale. —respondió Umbridge manteniendo su mirada en el paisaje—
No hemos traído plumas, profesora Umbridge. —dije intentando sonar lo más amablemente posible—
A vuestro lado tenéis dos plumas, podéis usar esas. —comento Umbridge señalando las plumas—
No nos ha dado tintero, profesora Umbridge. —dijo Mar mirando por la mesa—
Esas plumas son especiales, no les hace falta usar tintero. —explico Umbridge, volviendo a mirar el paisaje— Comenzad a copiar.
Mar y yo nos miramos sin entender nada, pues estábamos bastante perdidos en todo esto. Agarre mi pluma al igual que hizo Mar y ambos comenzamos a escribir en el pergamino. A medida que escribía, notaba como mi mano izquierda ardía cada vez más y más. Deje de escribir y miré hacía mi mano, viendo como las letras que escribía en el pergamino se quedaban inscritas en mi mano. Dolía como el infierno y salía un poco de sangre, pero me mantuve callado para no darle la satisfacción a Umbridge de escuchar como me quejaba.
Mire a Mar, quien continuaba escribiendo con lagrimas en los ojos. En todo este tiempo la había visto llorar, pero no la había visto tal vulnerable como ahora. Mar se mantenía callada mientras las lagrimas resbalaban por sus mejilla y el dolor continuaba aumentando
Mar no merece esto profesora Umbridge. —dije de pronto. No soportaba más ver como Mar rabiaba de dolor— Ella merecía otro tipo de castigo.
Señor Potter, su amiga digo una calumnia al igual que usted, por lo que debe cumplir el mismo castigo. —dijo Umbridge con una falsa sonrisa— Además no sienta lastima por ella porque ella solo cumplirá castigo hoy. Usted, sin embargo, estará un semana.
ESTÁS LEYENDO
Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...