El Funeral.

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Nazaret POV.

Era incapaz de asumir todo lo ocurrido. Era incapaz de asumir que Draco me había abandonado, que Snape había matado a Dumbledore y, sobre todo, el hecho de que no pude evitar nada. Nuestro última día en Hogwarts había llegado y con el también llegaba el funeral de Dumbledore. Ya había empacado todas mis cosas y estaba vestida con mi túnica, pero no podía levantarme de la cama. 

Desde lo sucedido, Crabbe y Goyle no se han separado de mi, defendiendo que tienen la orden de vigilarme todo el tiempo que puedan, aunque ambos estaban como pollos sin cabeza desde que Draco se fue. Cierro los ojos y suelto un suspiro. Los recuerdos con Draco no dejan de atormentarme todo el rato, incluso cuando duermo. Pero hay uno que no dejo de recordar, uno que sucedió hacía tan solo unas semanas.

Habían pasado unos días desde que Draco salió de la enfermería tras lo sucedido con Harry. Habíamos terminado las clases y como era temprano, Draco y yo decidimos ir a dar un paseo por los alrededores del castillo. Nuestras manos iban entrelazadas y el sol caía, por lo que el ambiente era agradable. De repente, en mitad de una pequeña colina, Draco para y mira hacía el cielo.

¿Sabes hacer un patronus? —me pregunta Draco mirándome—

Si. —respondo con una sonrisa— Cuando estuve en el ejercito de Dumbledore, Harry nos enseño. 

¿Puedes enseñarme? —pregunta Draco sacando su varita—

Para ello tienes que tener recuerdos felices Draco... —murmuro pensando en como ha sido su vida—

Tu me has dado suficientes motivos felices para conjurar un patronus. —dice Draco acariciando mi mejilla—

Esta bien. —sonrió mientras saco mi varita— Debes pensar en el momento más feliz. Tienes que sentirlo en cada poro de tu piel y, cuando lo sientas, te aferras a él y listo.

Hazlo tu primero. —pide Draco—

¡Expecto Patronum! —grito apuntando al cielo—

Un precioso hurón de color blanco sale de la punta de mi varita, corre alrededor de Draco y luego desaparece por el bosque. Miro a Draco con una sonrisa y veo que él se aguanta un poco la risa.

¿Un hurón? —pregunta Draco arqueando las cejas— ¿Esto va enserio? 

Parece ser que el destino ya preveía que estaríamos juntos. —digo encogiéndome de hombros— Tu turno. Recuerda todo lo que te dije.

Draco asiente. Empuña su varita con fuerza mientras apunta hacía el cielo.  Cierra sus ojos y su respiración se vuelve más calmada. Permanece unos segundos con los ojos cerrados hasta que los abre con una enorme sonrisa. Parece ser que ya ha encontrado su recuerdo.

¡Expecto Patronum! —exclama Draco—

Un precioso suricato de color canela sale de la punta de su varita, se mete entre mis piernas y sigue el mismo camino que mi hurón ha seguido hace apenas unos segundos. Miro a Draco, quien me mira con ojos brillantes y una enorme sonrisa.

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora